CVS y Walgreens, dos de las principales cadenas de farmacias del país, han obtenido la certificación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. para vender la píldora abortiva mifepristona en algunos de sus establecimientos. Walgreens ha anunciado que comenzará a dispensar el fármaco en ciertos lugares de varios estados, mientras que CVS tiene planes de hacer lo mismo en estados donde es legal. La medida ha sido celebrada por defensores del aborto, pero criticada por defensores provida, especialmente en un momento en que la Corte Suprema está por pronunciarse sobre un caso que podría afectar el acceso a la mifepristona.
El caso en cuestión se centra en la forma en que la FDA permite la prescripción de la píldora. A lo largo de los años, ha habido controversia en torno a su prescripción a través de la telemedicina y por correo, lo que algunos críticos consideran arriesgado para la salud de las mujeres. Recientemente, el Tribunal de Apelaciones del 5º Circuito de EE. UU. ha restablecido medidas de seguridad para su uso, limitando la administración de la mifepristona hasta la séptima semana de embarazo y exigiendo la presencia de un médico durante su administración.
La decisión de CVS y Walgreens ha generado reacciones encontradas, con críticas que señalan los riesgos asociados con los medicamentos abortivos y la falta de supervisión médica adecuada. Grupos provida han condenado la venta de la píldora en estas farmacias, argumentando que pone en peligro tanto a las mujeres como a los bebés no nacidos. Mientras tanto, se ha llamado a boicotear estas cadenas de farmacias, con organizaciones como March for Life instando a que los establecimientos farmacéuticos promuevan la vida en lugar de facilitar su finalización.