La reciente presentación de 7-Eleven a sus inversores revela una estrategia ambiciosa y audaz para remodelar su modelo de negocio a través de un nuevo formato de tienda, denominado «New Standard». Con planes de abrir 500 nuevas tiendas entre 2025 y 2027, la cadena busca incorporarse de manera más competitiva en el mercado de las tiendas de conveniencia, que ha evolucionado significativamente en los últimos años. Este enfoque hacia la expansión no solo pretende aumentar su número de ubicaciones en Estados Unidos y Canadá, donde ya cuenta con 13,229 sucursales, sino que también apunta a adaptarse a las cambiantes preferencias de los consumidores, que están cada vez más interesadas en opciones alimenticias de calidad. Las nuevas tiendas no solo serán más grandes, sino que estarán centradas en la oferta de alimentos y bebidas, lo que refleja un cambio estratégico hacia la gastronomía y la experiencia del cliente.
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Dentro de este contexto de expansión, la empresa también ha aprendido de su formato de tienda «Evolution», lanzado en 2019, que ha puesto a prueba la idea de ofrecer un espacio más atractivo y funcional para los clientes. Joe DePinto, director ejecutivo de 7-Eleven, ha subrayado que las nuevas construcciones incluirán innovaciones digitales que permitirán una experiencia de compra sin fricción, así como instalaciones como asientos y estaciones de carga para vehículos eléctricos, lo que subraya un enfoque contemporáneo y sostenible. Este cambio no solo tiene como objetivo atraer a un público más amplio, sino también capitalizar las actuales tendencias de consumo que favorecen la comodidad y la accesibilidad, integrando elementos tecnológicos que optimizan la experiencia de compra.
Sin embargo, la estrategia de crecimiento llega en momentos de desafíos significativos para la cadena, dado que recientemente anunció el cierre de 444 tiendas de bajo rendimiento. Este movimiento ha sido impulsado en parte por factores económicos, como la inflación y la disminución de las ventas de productos como cigarrillos, que han afectado el comportamiento de compra de los consumidores. A pesar de este contexto adverso, las proyecciones para el nuevo formato de tienda son prometedoras. Según la compañía, las nuevas ubicaciones de estándar están mostrando un aumento del 13% en las ventas en su primer año de operación, lo que sugiere una recepción positiva del mercado y una capacidad de 7-Eleven para adaptarse a las demandas de los clientes.
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DePinto también ha destacado el compromiso de 7-Eleven con la modernización de sus productos, particularmente en el área de alimentos y bebidas. La expansión de su surtido de comida caliente y las nuevas ofertas, como vitrinas de comida para llevar y parrillas de autoservicio, son pasos claros para satisfacer la creciente demanda de opciones alimenticias convenientes y de calidad. Esto no solo posiciona a 7-Eleven como un competidor más fuerte dentro del sector de tiendas de conveniencia, sino que también genera una experiencia de compra que podría alentar a los consumidores a optar por 7-Eleven como su destino habitual. En resumen, a través de una mezcla de innovación, adaptabilidad y compromiso con la diversidad de productos, 7-Eleven se posiciona para afrontar el futuro con un enfoque renovado que promete transformar su negocio en Norteamérica y más allá.