Zara enfrenta movilizaciones y paros en Punta Carretas por reclamos salariales
Trabajadores de la tienda Zara en Montevideo llevan a cabo paros y movilizaciones en protesta por irregularidades salariales y denuncias de malos tratos.
El conflicto laboral en Zara, una de las marcas más emblemáticas del gigante textil Inditex, ha sacudido al Punta Carretas Shopping en Montevideo. Este miércoles, un grupo de empleados, respaldados por el Sindicato Único de Zara y la Federación Uruguaya de Empleados y Empleadas del Comercio y los Servicios (Fuecys), se congregó en la entrada del centro comercial para visibilizar sus demandas.
Se trata del primer paro registrado en 25 años desde la llegada de la empresa al país, marcando un hito en las relaciones laborales de la firma en Uruguay. Los trabajadores denuncian falta de transparencia en el pago de sus salarios, así como maltratos laborales que han llevado a tensiones significativas entre la plantilla y la empresa.
Salarios opacos y falta de recibos: el núcleo de las demandas
El conflicto se centra en irregularidades en los salarios percibidos por los empleados. Según los trabajadores, más del 50% de sus ingresos proviene de las comisiones por ventas realizadas, lo que convierte la transparencia en los cálculos salariales en un asunto crítico. Sin embargo, desde hace seis meses, los empleados han dejado de recibir recibos de sueldo y detalles sobre las comisiones, generando incertidumbre y malestar.
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“Hace meses que no sabemos cuánto cobramos realmente. La empresa nos dice que tienen problemas con el sistema, pero cada mes es peor. Vendimos muchísimo más este mes, pero nuestros ingresos bajaron”, declaró una de las delegadas del sindicato en diálogo con Caras y Caretas.
El malestar alcanzó su punto máximo este mes cuando, a pesar del aumento en las ventas, los trabajadores percibieron una disminución notable en sus salarios. Aunque Zara intentó apaciguar las críticas con una reliquidación salarial, esta acción fue percibida como insuficiente por los empleados.
El descontento no se limita a cuestiones salariales. El sindicato también denunció una serie de maltratos por parte de los encargados de tienda y un ambiente laboral hostil. Una de las situaciones más graves reportadas fue el despido de una empleada con 22 años en la empresa, quien además formaba parte del sindicato, lo que levantó sospechas de prácticas antisindicales.
“Los encargados nos tratan mal y, cuando levantamos la voz, las represalias no tardan en llegar. Esto no es solo por los sueldos; es por la dignidad de trabajar en un lugar justo”, añadió otra trabajadora.
La falta de comunicación con el departamento de Recursos Humanos, cuya sede se encuentra en Buenos Aires, agrava la situación. Según los empleados, las respuestas de la empresa a sus reclamos han sido vagas, atribuyendo los problemas a cambios en el sistema interno. Sin embargo, la paciencia de la plantilla parece haberse agotado.
El paro y la movilización en Punta Carretas Shopping, que también contó con la participación de trabajadores del Montevideo Shopping, reflejan una creciente unidad entre los empleados de Zara. Durante una asamblea celebrada en Fuecys, a la que asistieron 50 miembros del sindicato, se discutieron los próximos pasos a seguir.
Entre las medidas que evalúan, se encuentra la posibilidad de paralizar las operaciones durante los fines de semana, lo que podría tener un impacto significativo en la actividad comercial de la tienda. “Si no hay avances, no descartamos que Zara Punta Carretas no abra sus puertas los fines de semana”, advirtieron desde el sindicato.
Ante la escalada del conflicto, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social convocó a una reunión tripartita entre el sindicato y la empresa para el próximo viernes 13 de diciembre. Si bien los trabajadores han confirmado su participación, aún se espera la respuesta de Zara, cuyas oficinas de Recursos Humanos operan desde Argentina.
Esta instancia será crucial para determinar si el conflicto puede encauzarse hacia una solución negociada o si, por el contrario, derivará en nuevas medidas de presión por parte del sindicato.
El caso de Zara en Uruguay pone de manifiesto desafíos más amplios relacionados con las prácticas laborales en grandes corporaciones. La falta de recibos de sueldo y la poca claridad en los pagos contrastan con la imagen de una marca global que, en otros contextos, ha promovido campañas de responsabilidad social y sostenibilidad.
Los trabajadores uruguayos han dejado en claro que no se trata solo de reclamar por mejores salarios, sino también por condiciones laborales dignas y el respeto a los derechos sindicales. En un sector donde el compromiso con los valores éticos y sociales es cada vez más relevante para los consumidores, los conflictos laborales pueden tener un impacto significativo en la reputación de la marca.
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A medida que se acerca la reunión en el Ministerio de Trabajo, la expectativa se centra en cómo responderá la empresa a las demandas de sus trabajadores. La movilización de este miércoles no solo marcó un precedente histórico, sino que también dejó en claro que la paciencia de los empleados está llegando a su límite.
La resolución de este conflicto será observada de cerca, tanto por los trabajadores de Zara en otros países como por el público uruguayo, para quienes el respeto por los derechos laborales es un valor innegociable.