Uruguay ante el reto de revitalizar su industria de vestimenta
La industria de la vestimenta en Uruguay enfrenta un desafío significativo para mantenerse competitiva y sostenible en un mercado cada vez más globalizado. La Cámara de la Industria de la Vestimenta, liderada recientemente por Sebastián Dominoni, director de la Fábrica Nacional de Sombreros, trabaja activamente para revertir la tendencia de contracción que ha caracterizado al sector en los últimos años. Actualmente, la cámara cuenta con 25 socios que generan empleo para aproximadamente 500 personas, una cifra que refleja la magnitud del desafío que enfrenta esta industria.
Según datos de la Encuesta Continua de Hogares del Inefop, en 2023, unas 7.480 personas trabajaban en la industria textil, un 18% menos que en 2019, cuando el sector empleaba a 9.097 personas. Esta caída se atribuye en gran medida a la competencia de productos importados, que suelen tener precios más bajos y representan un reto para la producción local. Un ejemplo reciente es la entrega de 98.000 prendas importadas de China al Ministerio del Interior, lo que pone de manifiesto la dificultad de competir con la producción extranjera.
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La cámara señala que esta situación ha llevado a la pérdida de empresas y empleos, afectando tanto a la producción como a la venta de prendas nacionales. Además, la informalidad en el sector es un problema persistente, con un porcentaje significativo de trabajadores que carecen de estabilidad laboral y acceso a beneficios sociales. Esto agrava la vulnerabilidad de la industria, dificultando su capacidad para competir en el mercado.
La informalidad es una preocupación clave para la Cámara de la Vestimenta. Para abordar este problema, se propone implementar un régimen de aportes a destajo, proporcional a la productividad de cada trabajador. Esta medida, junto con un sistema de exoneración parcial o total de aportes, podría reducir los costos laborales y fomentar la formalización sin comprometer la competitividad de las empresas. Además, se espera que estas propuestas sean discutidas en el próximo Consejo de Salarios, donde podrían sentar las bases para un cambio estructural en el sector.
El contrabando y las compras por internet son otros desafíos significativos para la industria de la vestimenta en Uruguay. Productos ilegales ingresan al mercado a través de ferias, festivales y plataformas en línea, afectando directamente a las empresas locales. En 2024, se registraron cerca de un millón de compras realizadas en plataformas internacionales como Temu y AliExpress, muchas de las cuales incluían textiles. Esto no solo perjudica a los comercios que venden productos nacionales, sino que también afecta a los fabricantes locales, quienes enfrentan una reducción en la demanda y, en consecuencia, en la producción.
Para combatir este problema, la cámara propone un control más estricto en las fronteras y una regulación más eficaz de las ventas en línea. Estas medidas podrían proteger a las empresas locales y garantizar un mercado más equitativo.
Las compras públicas representan una oportunidad crucial para fortalecer la industria de la vestimenta en Uruguay. La cámara aboga por priorizar productos nacionales en las adquisiciones del Estado, argumentando que esta medida podría generar empleo y aumentar el poder adquisitivo de la población. Además, señalan que fomentar la producción local no implica necesariamente un mayor gasto estatal, ya que los beneficios económicos derivados de un mercado laboral fortalecido podrían compensar los costos iniciales.
El reciente Tratado de Libre Comercio (TLC) con la Unión Europea y los acuerdos planteados con otros países generan preocupación en el sector. La apertura de mercados sin restricciones podría exacerbar la competencia con productos importados, afectando gravemente a las empresas locales. La cámara enfatiza la necesidad de incluir cláusulas de protección para sectores vulnerables como la industria de la vestimenta en las negociaciones de estos acuerdos.
Actualmente, las exportaciones no juegan un papel significativo en la industria de la vestimenta en Uruguay. Sin embargo, la cámara cree que el sector tiene un gran potencial para competir en mercados internacionales, especialmente si se cuenta con el respaldo del Estado. Además, la protección de los derechos de diseño es una preocupación creciente. Los costos y la burocracia asociados al registro de diseños dificultan que los diseñadores y las pequeñas empresas protejan sus creaciones, lo que limita su capacidad para competir tanto a nivel nacional como internacional.
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A pesar de los obstáculos, la industria de la vestimenta en Uruguay tiene el potencial de recuperarse y crecer. Con medidas adecuadas, como el fomento de la formalización, la regulación del contrabando, el apoyo a las compras públicas y la protección de los derechos de diseño, el sector podría enfrentar con éxito los desafíos actuales. Además, una estrategia clara para abordar los impactos de los tratados de libre comercio y fomentar las exportaciones podría abrir nuevas oportunidades para la industria.
En última instancia, el compromiso de las autoridades y el sector privado será crucial para garantizar un futuro sostenible y competitivo para la industria de la vestimenta en Uruguay.