Una iniciativa rural que transforma residuos agrícolas en oportunidades reales
En el corazón del interior uruguayo se está gestando una revolución silenciosa, pero poderosa. Mare Sustentable es un ejemplo concreto de cómo un problema ambiental puede convertirse en una solución innovadora con impacto social y económico. Lo que comenzó como una inquietud personal de Andrea Ramagli durante la pandemia se ha convertido en un emprendimiento ejemplar, que no solo reutiliza residuos del agro, sino que también genera empleo digno para mujeres rurales.
Lejos de ser solo un proyecto ecológico, Mare Sustentable representa la unión entre la economía circular y la inclusión social. En una región donde el empleo femenino es escaso y los recursos naturales están en constante riesgo, esta propuesta surge como una bocanada de aire fresco.
Del campo a la costura: el origen de una idea sustentable
Andrea Ramagli, fundadora de la iniciativa, siempre estuvo vinculada al mundo agropecuario a través de su entorno familiar. Sin embargo, fue durante los meses más duros del confinamiento por COVID-19 que comenzó a observar con otros ojos los residuos plásticos del campo. Entre ellos, las silobolsas, enormes bolsas de plástico utilizadas para almacenar granos, que frecuentemente terminaban desechadas sin tratamiento adecuado.
Vea también: Promovêre impulsa su expansión regional con alianzas estratégicas en Uruguay
La primera chispa creativa surgió cuando Andrea pensó en fabricar fundas para tablas de surf utilizando esos materiales. El surf no era solo una afición familiar, sino una oportunidad para reutilizar un residuo que ofrecía una resistencia particular. Así nacieron los primeros productos de Mare Sustentable, elaborados con plásticos que antes eran desecho. Con el tiempo, esta línea inicial se diversificó para incluir mochilas, bolsos y artículos personalizados.
Más que costura: una red de trabajo femenino rural
El verdadero punto de inflexión llegó cuando Andrea conoció a Sandra, una costurera del pueblo de Cerro Colorado, en el departamento de Florida. Al ver su habilidad con la máquina de coser y su disposición para sumarse al proyecto, Andrea entendió que había una dimensión social que podía potenciar el impacto de Mare Sustentable.
Muchas mujeres rurales poseen habilidades artesanales, pero pocas oportunidades de emplearlas en contextos formales. En zonas alejadas de los centros urbanos, donde las distancias dificultan el acceso al empleo, la posibilidad de trabajar desde casa con materiales provistos por el emprendimiento se convirtió en una opción ideal. Así se conformó una red de talleres domiciliarios, extendida a localidades como Young (Río Negro) y Curtina (Tacuarembó), que hoy constituye una columna vertebral del proyecto.
Cada producto confeccionado representa no solo una pieza ecológica, sino también horas de trabajo con sentido para mujeres que, hasta hace poco, estaban fuera del sistema laboral.
Un modelo de economía circular que inspira
La esencia de Mare Sustentable se enmarca en los principios de la economía circular: reducir, reutilizar y reciclar. Pero va más allá, integrando una visión de desarrollo local inclusivo. La reutilización de materiales no solo evita que los residuos terminen en basurales o quemados en el campo, sino que prolonga su vida útil transformándolos en productos de diseño funcional.
Actualmente, el catálogo de Mare incluye más de 35 artículos, desde mochilas y bolsas hasta productos adaptados para empresas. Su apuesta por la venta corporativa ha sido clave para mantener la viabilidad económica del emprendimiento, al mismo tiempo que posiciona a la marca como referente en sostenibilidad dentro del mundo empresarial uruguayo.
Además de su tienda online, Mare Sustentable cuenta con puntos de venta físicos y presencia en ferias de diseño y eventos de sostenibilidad. Cada venta es una oportunidad para educar al consumidor sobre la importancia de un consumo responsable y consciente.
Premios, reconocimientos y un futuro regional
El trabajo de Mare Sustentable no ha pasado desapercibido. La marca fue reconocida con el Premio Nacional de Ambiente 2023, un galardón que destaca las iniciativas con impacto positivo en el entorno natural. Además, recibió el Premio Bioeconomía Circular y ganó el BiGPitch 2024, un evento que premia ideas de negocio con enfoque sostenible e innovador.
Estos reconocimientos no solo refuerzan la legitimidad del emprendimiento, sino que también abren puertas al mundo corporativo y facilitan alianzas estratégicas. Como bien expresa Andrea Ramagli, “tener certificaciones y premios genera confianza en las empresas que buscan productos responsables para sus líneas institucionales”.
Mirando hacia adelante, la fundadora tiene claro que el objetivo es seguir creciendo. Uno de los sueños más ambiciosos es replicar el modelo de Mare Sustentable en otros países de la región. La idea no es simplemente exportar productos, sino compartir una metodología que articula el reciclaje de residuos agrícolas con empleo rural genuino y descentralizado.
Impacto ambiental y conciencia ciudadana
Más allá de las cifras y los premios, Mare Sustentable promueve una reflexión profunda sobre el papel de los consumidores en el cuidado del planeta. Cada producto vendido lleva un mensaje: es posible elegir opciones más sostenibles sin sacrificar estilo ni funcionalidad.
El compromiso de la marca también se manifiesta en su participación en ferias de sostenibilidad y charlas educativas, donde promueve valores como el consumo consciente, la reutilización de materiales y el respeto por las comunidades rurales.
En un contexto donde el cambio climático y la contaminación plástica son temas prioritarios, iniciativas como Mare Sustentable invitan a repensar nuestros hábitos y decisiones de compra.
Crecimiento con raíces locales
A diferencia de otros emprendimientos que concentran su operación en zonas urbanas, Mare apuesta por crecer sin perder su esencia rural. El modelo de descentralización no solo permite aprovechar talentos locales, sino también estimular economías regionales muchas veces olvidadas.
Esta forma de crecer, con los pies en la tierra y la mirada puesta en el impacto social, distingue a Mare de otras marcas ecológicas. Cada taller nuevo, cada costurera incorporada, representa una expansión que cuida tanto el medio ambiente como el tejido social de Uruguay.
Vea también: Uruguay evita ingreso ilegal de ropa en frontera con Argentina
Mare Sustentable demuestra que es posible combinar rentabilidad con responsabilidad, innovación con tradición, y sustentabilidad con inclusión. Es un emprendimiento que nace del campo, pero cuya proyección alcanza fronteras regionales, impulsado por una red de mujeres decididas a transformar residuos en oportunidades.
En un mundo que necesita con urgencia nuevas formas de producir y consumir, este modelo se erige como una referencia clara de cómo la sostenibilidad puede ser el centro de una economía más justa, humana y ecológica.
