Olivares de Rocha consolida mercados clave y apuesta por Japón
Olivares de Rocha, la principal empresa exportadora de aceite de oliva de Uruguay, se encuentra en una etapa de consolidación estratégica de su presencia internacional. Mientras fortalece su posicionamiento en mercados prioritarios como Brasil, Estados Unidos y Argentina, también traza nuevos horizontes al mirar hacia Japón como una plaza prometedora para su producto insignia: el aceite de oliva extra virgen.
Esta expansión no solo responde a una lógica comercial de crecimiento, sino también a una planificación empresarial sostenida en la calidad, la innovación y la capacidad de adaptación a un mercado global en constante evolución.
El camino hacia la internacionalización de Olivares de Rocha ha sido, ante todo, un proceso gradual pero firme. Con más del 75% del total de exportaciones uruguayas de aceite de oliva a su cargo, la empresa ha sabido capitalizar una combinación única de factores: condiciones agroclimáticas favorables en Rocha, tecnología de vanguardia y un riguroso control de calidad.
La firma apuesta por mantener y ampliar su presencia en países donde la demanda de aceite de oliva premium es creciente. Según explica su gerente comercial, María José Morín, los mercados de Estados Unidos y Brasil son pilares fundamentales: el primero, por ser el principal importador mundial de aceite de oliva; el segundo, por representar una oportunidad de crecimiento tanto en volumen como en valor.
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Argentina también integra esta lista de destinos prioritarios, no solo por su cercanía geográfica, sino por la creciente valorización del aceite de oliva como un producto gourmet dentro del mercado regional.
Un punto alto en la agenda de 2025 para Olivares de Rocha es su participación en la feria EXPO Osaka, en Japón. Esta incursión representa una oportunidad estratégica para ingresar a un mercado altamente exigente, pero con una cultura de consumo que valora la calidad y la procedencia de los productos alimentarios.
El stand de Uruguay XXI será la plataforma desde la cual la empresa buscará conectar con compradores y distribuidores japoneses, apuntando a establecer relaciones comerciales sostenibles en un mercado que, aunque distante, ha mostrado interés creciente por productos de origen natural y producción controlada.
Japón no solo es un actor relevante en el comercio mundial de aceite de oliva, sino que además representa una oportunidad de diferenciación para marcas con atributos como la trazabilidad total, la certificación de calidad y una narrativa clara de sostenibilidad. Todos estos elementos forman parte del ADN de Olivares de Rocha.
Uno de los factores más relevantes en la consolidación de la empresa uruguaya es su modelo de producción integrada. Desde la plantación del olivo hasta la comercialización final del aceite, todo el proceso está bajo control directo de la empresa. Esta integración no solo garantiza la calidad del producto, sino que permite una trazabilidad completa, lo que es altamente valorado en los mercados más sofisticados.
Morín resalta que esta estructura ha sido clave para asegurar una calidad uniforme y posicionar al aceite uruguayo en el podio de reconocimientos internacionales. Las medallas obtenidas en concursos en países como Francia, España, Perú y Japón son una muestra tangible de esta reputación global.
El crecimiento internacional de Olivares de Rocha va acompañado de una constante apuesta por la innovación tecnológica. En este sentido, la empresa no ha escatimado en inversión, tanto en el campo como en la almazara, para mejorar la eficiencia y elevar aún más los estándares de calidad.
Una línea de trabajo actual es la investigación sobre la incorporación de nuevas variedades de olivos de origen español. Estas variedades, exitosas en climas similares como el portugués, podrían representar una mejora en el rendimiento productivo y en la adaptación a las condiciones locales.
Además, se están evaluando nuevas técnicas agrícolas como la poda selectiva, la fertilización dirigida y la cosecha anticipada para mitigar los efectos de la alternancia productiva del olivo, un fenómeno común en los frutales que genera años de alta y baja producción de forma alternada.
En paralelo al desarrollo productivo, Olivares de Rocha ha implementado decisiones comerciales que reflejan su compromiso con la calidad. Uno de los cambios más significativos fue abandonar el envasado del aceite extra virgen en bidones PET de 5 litros, priorizando en cambio botellas de vidrio, que preservan mejor las propiedades del aceite al protegerlo de la luz y el oxígeno.
El aceite virgen, con características distintas, sigue disponible en bidones de menor tamaño. Esta diferenciación ha permitido a la empresa segmentar el mercado, atender distintas necesidades de consumo y mantener la excelencia del producto premium.
A pesar de su creciente popularidad, el aceite de oliva continúa enfrentando un mercado conservador en términos de formatos y usos. Morín reconoce que el desafío está en encontrar un equilibrio entre innovación y educación del consumidor, ya que muchos compradores aún desconocen las propiedades del aceite de oliva extra virgen y su potencial culinario.
La clave, asegura, está en seguir apostando por la calidad y generar una experiencia que fidelice al consumidor una vez que prueba el producto. En ese sentido, la marca no solo vende aceite, sino que también transmite una cultura de producción consciente, saludable y alineada con las tendencias de alimentación sostenible.
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Con una campaña agrícola que se anticipa positiva gracias a las buenas condiciones climáticas y la recuperación de los olivares, Olivares de Rocha se prepara para un 2025 de alta producción. El objetivo será capitalizar esta abundancia sin perder el foco en la calidad, ampliando su presencia internacional sin diluir su propuesta de valor.
Si logra consolidarse en Japón y seguir creciendo en América, la empresa estará marcando un nuevo hito para la agroindustria uruguaya, demostrando que con visión estratégica, inversión en tecnología y un compromiso firme con la excelencia, es posible llevar un producto nacional a las góndolas más exigentes del mundo.
