Más crecimiento económico, nuevos desafíos: Uruguay enfrenta un escenario incierto con Trump
En los últimos años, Uruguay ha enfrentado una serie de desafíos económicos que han puesto a prueba su resiliencia y capacidad de adaptación. Superando los efectos de la pandemia, una histórica sequía y la crisis cambiaria en Argentina, el país ha logrado un repunte económico que proyecta un crecimiento significativo para este año. Sin embargo, el panorama internacional sigue presentando incertidumbres que podrían poner en jaque este avance, particularmente con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. El futuro económico de Uruguay no está exento de desafíos, pero el país sigue buscando nuevas formas de crecer en medio de un contexto global complejo.
Recuperación económica tras la pandemia y otros obstáculos
Desde el comienzo de la pandemia, la economía uruguaya ha estado marcada por una serie de dificultades inesperadas. La crisis sanitaria global obligó a cerrar fronteras, reducir la actividad económica y modificar hábitos de consumo a nivel nacional e internacional. A pesar de las restricciones, el gobierno uruguayo logró mantener el control de la situación sanitaria y sentar las bases para la recuperación. Sin embargo, la salida de la pandemia fue seguida por un nuevo desafío: la inflación global, que afectó directamente el poder adquisitivo de los uruguayos, postergando la recuperación salarial.
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La llegada de la sequía en 2023 empeoró las cosas, afectando la producción agrícola, que representa una parte importante del Producto Interno Bruto (PIB) del país. A esto se sumó el impacto de la crisis cambiaria argentina, que generó una brecha de precios sin precedentes, alentando a muchos uruguayos a viajar hacia el país vecino para realizar compras, afectando al comercio local.
A pesar de estos obstáculos, la economía uruguaya ha mostrado señales de recuperación. Para 2024, las proyecciones del Banco Central del Uruguay (BCU) estiman un crecimiento del PIB cercano al 3,5% tanto para este año como para el siguiente. Las buenas cosechas y el retorno de la generación de energía hidráulica han ayudado a superar los efectos de la sequía, mientras que el comienzo de operaciones de nuevas infraestructuras como la planta de UPM y la refinería también inciden en la reactivación de la industria.
El escenario externo: la incertidumbre generada por Trump
El crecimiento proyectado para Uruguay está condicionado por la evolución de varios factores externos. La incertidumbre mundial es considerable, con las economías de China y Europa mostrando un crecimiento débil y con problemas estructurales internos, como el conflicto en Ucrania y las tensiones políticas. Estados Unidos, por su parte, se presenta como la economía más fuerte, pero la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca podría generar nuevos riesgos para las economías emergentes, incluyendo la uruguaya.
Trump, conocido por su política económica proteccionista durante su primer mandato, podría continuar o incluso profundizar estas políticas si regresa al poder. Su enfoque en revitalizar la industria estadounidense mediante aranceles más altos y restricciones a la inmigración puede afectar la economía global, y particularmente a los países pequeños como Uruguay, que dependen del libre comercio para impulsar su crecimiento económico.
Las implicaciones para Uruguay: ¿Un impacto negativo o nuevas oportunidades?
El retorno de Trump a la presidencia de Estados Unidos podría tener diversas repercusiones en Uruguay. En primer lugar, un regreso al proteccionismo podría generar restricciones comerciales que dificulten la expansión de Uruguay en mercados internacionales. Además, la política de «America First» de Trump podría hacer que Estados Unidos se enfoque más en sus propios intereses y menos en el fortalecimiento de acuerdos con otros países o bloques comerciales, lo que podría limitar las oportunidades para Uruguay.
Sin embargo, también existen dinámicas que podrían beneficiar a Uruguay en este contexto. Si la administración de Trump opta por un enfoque más agresivo hacia América Latina, podrían abrirse nuevas oportunidades para Uruguay, especialmente si el Mercosur, al que pertenece Uruguay, se flexibiliza. Esto podría resultar en una mayor apertura comercial, especialmente con países como Argentina, que bajo la presidencia de Javier Milei podría beneficiarse de la política económica de Trump, generando un efecto dominó en la región.
La relación de Uruguay con el Mercosur es otro factor importante a considerar. Mientras que el actual gobierno de Luis Lacalle Pou ha sido crítico del bloque y ha impulsado acuerdos bilaterales con otros países, una mayor flexibilización en el Mercosur podría abrir nuevas vías para el país. Esto podría incluir la posibilidad de alcanzar acuerdos comerciales más beneficiosos que potencien el crecimiento económico sin las restricciones propias del bloque.
Aunque Uruguay se encuentra en una senda de crecimiento económico, los desafíos siguen siendo numerosos. A nivel interno, el gobierno uruguayo deberá gestionar un entorno económico que aún se ve afectado por la inflación global y la falta de competitividad en algunos sectores. Además, la continua inestabilidad en la región, especialmente con la crisis económica de Argentina, obliga a Uruguay a mantenerse vigilante y preparado para adaptarse rápidamente a cualquier cambio en el contexto global.
A pesar de las dificultades, la clave para Uruguay está en diversificar su economía y fortalecer su modelo de desarrollo en áreas como la tecnología, la innovación y el turismo. Con una economía exportadora de productos como carne, soja y celulosa, el país debe buscar nichos de mercado que le permitan competir con economías más grandes y aprovechar las oportunidades que el contexto global ofrece.
El desafío es mantener el crecimiento y la estabilidad a largo plazo, mientras se navega un entorno internacional incierto y se aprovechan los avances que ya se han logrado. La apertura hacia nuevos mercados y la consolidación de relaciones comerciales con socios estratégicos son pasos fundamentales en este proceso.
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El retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos representa una incertidumbre para las economías pequeñas y abiertas como la uruguaya. Sin embargo, también presenta la posibilidad de nuevas oportunidades si se gestionan correctamente. El futuro económico de Uruguay dependerá de su capacidad para adaptarse a un entorno global cambiante, diversificar sus fuentes de crecimiento y mantener una política económica sólida. Con un crecimiento proyectado para los próximos años, el país tiene la oportunidad de continuar avanzando, pero debe estar preparado para enfrentar los desafíos que se avecinan en el horizonte.