Moody’s advierte que la calificación crediticia de Uruguay puede cambiar tras el plebiscito
En el panorama político y económico de Uruguay, se ha generado una creciente incertidumbre debido a las elecciones de 2024 y al plebiscito impulsado por el PIT-CNT contra la reforma de la seguridad social. En medio de esta coyuntura, la agencia calificadora Moody’s ha lanzado una advertencia que ha puesto en alerta tanto a inversionistas como a autoridades del país. Según la agencia, la calificación crediticia de Uruguay podría «mejorar o empeorar», dejando en el aire una visión precisa sobre el futuro económico del país a pocos meses de las elecciones.
Este comunicado llega justo después de la revisión periódica de la nota crediticia de Uruguay. La ausencia de una decisión clara sobre la calificación futura refleja el nivel de incertidumbre que rodea tanto el desarrollo de las elecciones como la posible aprobación del plebiscito del PIT-CNT. De acuerdo con Moody’s, los cambios en la calificación dependen de cómo se maneje el marco fiscal y los avances en las políticas monetarias y fiscales que el país ha implementado hasta ahora.
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El plebiscito y sus posibles efectos
El plebiscito impulsado por el PIT-CNT tiene como objetivo frenar la reforma de la seguridad social que se ha implementado bajo el gobierno actual. Esta reforma busca garantizar la sostenibilidad del sistema de jubilaciones y pensiones, que enfrenta presiones debido al envejecimiento de la población y al creciente gasto público. Sin embargo, los sindicatos y otros actores sociales han expresado su preocupación de que las reformas afecten negativamente a los trabajadores y jubilados.
Moody’s ha advertido que si el plebiscito logra ser aprobado en las urnas, existe el riesgo de que los avances en materia fiscal y monetaria que ha logrado Uruguay puedan verse comprometidos. Específicamente, la agencia señala que el retroceso en estos avances podría llevar a una erosión del marco fiscal y al debilitamiento de las políticas que hasta ahora han logrado mantener estable la economía del país.
La posibilidad de que el plebiscito sea aprobado genera preocupación en los mercados financieros, ya que podría afectar la confianza de los inversionistas en la capacidad del país para mantener un control adecuado sobre su gasto público y su deuda. Esto, a su vez, impactaría en la calificación crediticia de Uruguay, que en los últimos años ha sido vista como un indicador de la estabilidad económica del país en la región.
Los posibles escenarios de Moody’s
En su informe, Moody’s presenta dos escenarios posibles para la calificación de Uruguay. En el primero, si el país logra mejorar su marco fiscal, podría obtener una mejora en su calificación crediticia. Esto implicaría mantener y profundizar las reformas económicas que han permitido controlar el déficit fiscal, reducir la deuda pública y asegurar un crecimiento económico sostenible.
El segundo escenario es más preocupante. Si el plebiscito es aprobado y las políticas fiscales y monetarias se ven comprometidas, Moody’s podría revisar a la baja la calificación crediticia de Uruguay. Esto podría ocurrir si las reformas impulsadas hasta ahora no se mantienen, lo que generaría un deterioro en la confianza de los mercados y un aumento en los costos de financiamiento para el país.
La agencia también ha destacado la importancia de mantener una estabilidad política que permita al país avanzar en las reformas necesarias para garantizar un crecimiento económico a largo plazo. En este sentido, los resultados de las elecciones y el plebiscito serán determinantes para definir el rumbo económico del país y su calificación crediticia en los próximos años.
La advertencia de Moody’s no solo es relevante para los mercados financieros internacionales, sino que también tiene implicancias directas para la economía uruguaya. Una mejora en la calificación crediticia podría atraer más inversión extranjera, lo que a su vez generaría un mayor crecimiento económico y empleo. Además, una mejor calificación permitiría al país acceder a financiamiento internacional en condiciones más favorables, lo que podría reducir la carga de la deuda pública.
Por otro lado, una degradación de la calificación crediticia implicaría un aumento en los costos de financiamiento para Uruguay, lo que podría afectar la capacidad del gobierno para llevar a cabo inversiones en infraestructura, educación y salud. Además, una menor calificación podría desalentar a los inversionistas extranjeros, lo que resultaría en una disminución del flujo de capitales hacia el país.
Las empresas uruguayas también podrían verse afectadas por una posible rebaja en la calificación crediticia. Una degradación implicaría mayores costos para acceder a crédito, lo que podría limitar su capacidad de expansión y generar un impacto negativo en la competitividad del sector empresarial del país.
El escenario actual pone de relieve la importancia de las decisiones políticas que se tomarán en los próximos meses en Uruguay. El gobierno deberá equilibrar las demandas sociales con la necesidad de mantener una política fiscal responsable que garantice la sostenibilidad económica del país. Esto es particularmente relevante en el contexto de las elecciones y el plebiscito, donde las decisiones que se tomen podrían tener repercusiones significativas en el futuro económico de Uruguay.
El hecho de que Moody’s no haya definido una perspectiva clara refleja la volatilidad del momento y la importancia de las decisiones políticas en juego. La aprobación o el rechazo del plebiscito será un factor clave que determinará si el país sigue avanzando en su senda de reformas o si, por el contrario, retrocede en términos de estabilidad económica y confianza internacional.
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La advertencia de Moody’s sobre la calificación crediticia de Uruguay es una señal de alerta para el país en un momento crucial de su historia política y económica. Las decisiones que se tomen en los próximos meses, tanto en el ámbito electoral como en el plebiscito, tendrán un impacto directo en la percepción de los mercados internacionales y en la capacidad del país para seguir avanzando en su desarrollo económico.
Con una perspectiva incierta, Uruguay enfrenta el desafío de mantener un equilibrio entre las demandas sociales y la necesidad de estabilidad económica a largo plazo. Solo el tiempo dirá si el país logra sortear estos desafíos y mejorar su calificación crediticia o si, por el contrario, enfrenta una degradación que podría afectar su futuro económico.