México y Uruguay fortalecen el comercio, inversiones, empleos y cooperación bilateral
En 2024, se celebran dos importantes hitos en las relaciones entre México y Uruguay: los 123 años del establecimiento de relaciones diplomáticas y los 20 años de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países. Este acuerdo ha sido clave en el fortalecimiento de los lazos comerciales y la cooperación en diversas áreas, lo que ha llevado a un aumento significativo en el intercambio de bienes y servicios, así como en las inversiones y la creación de empleo.
El embajador de México en Uruguay, Víctor Manuel Barceló, destacó el rol crucial del TLC en la relación bilateral, describiéndolo como un «pilar» que ha potenciado el crecimiento económico y las oportunidades de inversión entre ambos países. En una reciente publicación especial de El País con motivo de la Fiesta Nacional de México, Barceló subrayó los avances logrados en el comercio y la inversión, así como el potencial futuro de esta alianza.
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Desde la implementación del TLC hace dos décadas, el comercio entre México y Uruguay ha experimentado un crecimiento notable. Según los datos más recientes, el intercambio comercial entre ambos países se ha cuadruplicado, alcanzando aproximadamente 657 millones de dólares en 2023. Este incremento en el comercio de bienes y servicios refleja el impacto positivo del acuerdo y su capacidad para abrir nuevas oportunidades tanto para exportadores como para importadores.
México se ha consolidado como un importante socio comercial para Uruguay, situándose como el séptimo destino de exportaciones uruguayas de servicios entre 2017 y 2022. Este comercio incluye una amplia gama de sectores, desde productos agrícolas hasta servicios tecnológicos y financieros. La diversificación del comercio ha permitido a ambos países aprovechar sus fortalezas económicas y complementar sus respectivas economías.
Además, el TLC ha sido un motor para las inversiones bilaterales. Desde 2006 hasta 2022, las empresas mexicanas han invertido aproximadamente 275 millones de dólares en proyectos en Uruguay, generando miles de empleos en sectores clave como la tecnología, los servicios financieros y la manufactura. Esta inversión ha sido fundamental para el desarrollo económico de Uruguay, particularmente en áreas donde la experiencia y el capital mexicano han contribuido a la modernización de industrias locales.
Oportunidades en el sector tecnológico y fintech
Uno de los sectores con mayor potencial de crecimiento en la relación entre México y Uruguay es el tecnológico. México ha emergido como un líder en el sector fintech, con más de 500 startups activas en áreas como seguros, remesas y servicios financieros digitales. Estas empresas han revolucionado la forma en que los consumidores y las empresas manejan sus finanzas, ofreciendo soluciones más accesibles y eficientes para una población cada vez más conectada.
Por otro lado, Uruguay ha desarrollado un ecosistema robusto como exportador de software y servicios tecnológicos. El país se ha posicionado como un referente en América Latina en cuanto a desarrollo de software, con empresas uruguayas que exportan servicios a nivel global. Esta especialización ha sido clave para que Uruguay se convierta en un socio atractivo para México, especialmente en áreas relacionadas con la tecnología y la innovación.
El embajador Barceló destacó la «sinergia» entre los ecosistemas tecnológicos de ambos países, subrayando que esta colaboración podría abrir nuevas vías para el comercio de servicios basados en conocimiento y para la inversión en tecnología. Las empresas mexicanas y uruguayas tienen una oportunidad única de unir fuerzas en áreas como el desarrollo de software, la innovación fintech y la digitalización de servicios. Este intercambio de conocimientos y experiencia no solo beneficiaría a las empresas de ambos países, sino que también impulsaría la competitividad de la región en el contexto global.
El papel de la inversión mexicana en Uruguay
La inversión mexicana en Uruguay ha sido otro factor clave en la relación bilateral. Empresas mexicanas de diversos sectores han visto en Uruguay un destino atractivo para expandir sus operaciones y aprovechar las oportunidades que ofrece su mercado. Entre las inversiones más destacadas se encuentran proyectos en sectores como la tecnología, la manufactura, la agroindustria y los servicios financieros.
Estas inversiones no solo han generado un impacto económico directo a través de la creación de empleos y la inyección de capital, sino que también han contribuido al desarrollo de capacidades locales y a la modernización de infraestructuras y procesos productivos. Uruguay se ha beneficiado del expertise de las empresas mexicanas en áreas como la tecnología y la innovación, lo que ha fortalecido su competitividad a nivel regional.
Por otro lado, Uruguay ha demostrado ser un socio confiable y estable para las empresas mexicanas, gracias a su entorno favorable para los negocios y su sólido marco regulatorio. La estabilidad política y económica de Uruguay ha sido un factor clave en la atracción de inversiones extranjeras, y las empresas mexicanas han sabido aprovechar estas condiciones para expandir sus operaciones y establecer una presencia duradera en el país.
Además del ámbito económico, las relaciones entre México y Uruguay también se han fortalecido en el campo político. En un contexto de cambio, México enfrenta nuevos desafíos con la elección de Claudia Sheinbaum como la primera mujer presidenta del país, quien asumirá el próximo 1° de octubre. Este hecho histórico marca el inicio de una nueva etapa en la política mexicana, con implicaciones que podrían influir en las relaciones bilaterales.
Sheinbaum, una figura clave en el partido de gobierno y cercana al presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, ha prometido continuar con las políticas de inclusión social y desarrollo económico. Su gobierno podría abrir nuevas oportunidades de cooperación con Uruguay en áreas como la energía, la tecnología y el desarrollo sostenible. Ambos países comparten intereses comunes en estos sectores, lo que sugiere que la relación entre México y Uruguay podría seguir creciendo y diversificándose en los próximos años.
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El futuro de la relación entre México y Uruguay parece prometedor. El TLC ha sentado las bases para un crecimiento sostenido del comercio y la inversión, mientras que la colaboración en áreas como la tecnología y la innovación abre nuevas oportunidades para ambos países. La inversión mexicana en Uruguay continuará siendo un pilar importante en la relación, y el potencial de colaboración en sectores emergentes como la fintech y la tecnología podría fortalecer aún más los lazos económicos.
A medida que ambos países enfrentan nuevos desafíos y oportunidades, la cooperación entre México y Uruguay será clave para garantizar un desarrollo económico inclusivo y sostenible. Las inversiones en sectores estratégicos, el intercambio de conocimiento y la colaboración en políticas públicas podrían convertir a esta relación bilateral en un ejemplo de éxito en América Latina.