Los uruguayos dejan de elegir Argentina como destino de vacaciones
La dinámica de los viajes entre Uruguay y Argentina vive un cambio significativo. Por años, el país vecino fue el destino predilecto para los uruguayos, gracias a su oferta turística variada y sus precios considerablemente más bajos. Sin embargo, esta tendencia se ha revertido, y ahora los uruguayos están optando por otros destinos internacionales o nacionales. Mientras tanto, los argentinos incrementan sus reservas en las playas uruguayas, especialmente en Punta del Este y otras zonas exclusivas.
La caída en las reservas de uruguayos hacia Argentina
Durante años, la diferencia de precios entre Uruguay y Argentina fue un atractivo que impulsó el turismo hacia el vecino país. Sin embargo, según el último Informe de Precios Fronterizos (IPF), esa brecha se redujo al 47% en 2024, marcando el nivel más bajo en cinco años. Esta reducción contrasta con valores anteriores que superaban el 200%, lo que hacía que muchos productos y servicios fueran más accesibles para los uruguayos al otro lado del Río de la Plata.
Carlos Pera, expresidente de la Asociación Uruguaya de Agencias de Viajes (Audavi), señaló que esta reducción de precios, combinada con otras dificultades, ha provocado una caída significativa en las consultas y reservas hacia Argentina. Según sus datos, las consultas han disminuido hasta un 70%, reflejando una tendencia que preocupa a los operadores turísticos de ambos países.
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El aumento de los costos en dólares en Argentina es uno de los principales responsables de esta transformación. Para muchos uruguayos, los precios en hoteles, restaurantes y servicios ya no justifican el viaje. Además, los conflictos internos en Argentina, como las huelgas en Aerolíneas Argentinas y las posibles reformas económicas bajo el gobierno de Javier Milei, han generado incertidumbre entre los potenciales turistas.
Rodrigo Rosales, gerente de producto en la agencia Hiperviajes, explicó que estos problemas desalientan a los viajeros. «La gente prefiere asegurarse a otro destino donde tenga mayor certeza de que todo saldrá según lo planeado», comentó. Como resultado, destinos como Brasil o incluso lugares dentro de Uruguay han ganado terreno entre los uruguayos.
Mientras los uruguayos miran hacia otros horizontes, los argentinos han comenzado a redescubrir las playas y destinos uruguayos. Punta del Este, un clásico entre los turistas argentinos de clase alta, ha registrado un aumento del 5% en reservas desde septiembre de 2024, en comparación con el año anterior.
Este crecimiento se ha visto impulsado por la estabilidad económica relativa en Uruguay y por los esfuerzos de los operadores turísticos para atraer a la clase media argentina, que en años anteriores era un cliente habitual. Según Daniel Fernández Nieves, desarrollador de turismo en Rocha, las consultas desde Argentina han aumentado significativamente, y muchos hoteles ya han registrado reservas para la temporada alta desde octubre.
La pérdida de turistas uruguayos está afectando gravemente a la industria turística de Argentina. En sectores clave como la gastronomía y la hotelería, las caídas en los ingresos se acumulan. Según Dante Camaño, secretario general de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de Argentina (UTHGRA), la baja en el turismo extranjero, especialmente uruguayo, es alarmante.
Camaño explicó que muchos restaurantes y hoteles en destinos argentinos dependen en gran medida de los turistas uruguayos. La caída en el consumo gastronómico y hotelero alcanza el 20%, lo que refleja un cambio en los patrones de gasto y turismo transfronterizo.
Para Uruguay, este cambio representa una oportunidad para consolidarse como un destino atractivo, no solo para argentinos, sino también para turistas de otras nacionalidades. Las playas exclusivas de Punta del Este, junto con propuestas más accesibles en Rocha y otros departamentos, están posicionando al país como un lugar que combina lujo y tranquilidad.
Sin embargo, este fenómeno también plantea desafíos. La llegada masiva de turistas argentinos podría generar presión sobre la infraestructura turística uruguaya, especialmente en términos de alojamiento y servicios. Por otro lado, para Argentina, la pérdida de visitantes uruguayos es un llamado de atención sobre la necesidad de mantener competitividad en precios y resolver los conflictos internos que afectan al sector turístico.
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La dinámica entre Uruguay y Argentina siempre ha sido una relación simbiótica en términos turísticos. Mientras los uruguayos disfrutaban de la diversidad cultural y gastronómica de Argentina, los argentinos encontraban en Uruguay un refugio de paz y exclusividad. Hoy, esa relación se encuentra en un punto de inflexión, dictado por factores económicos y sociales que transforman las decisiones de viaje.
A medida que los uruguayos exploran nuevos destinos y los argentinos revalorizan las playas uruguayas, ambos países enfrentan la necesidad de adaptarse a esta nueva realidad. El futuro del turismo en la región dependerá de la capacidad de ambos para ajustarse a las demandas cambiantes y a un entorno económico en constante evolución.