La movilidad eléctrica crece en Uruguay con nuevas facilidades y precios más bajos
En Uruguay, el sector de la movilidad eléctrica ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años, impulsado por la disminución progresiva de los precios de los vehículos eléctricos y la expansión de las facilidades de carga en todo el país. Esto ha permitido que cada vez más personas consideren la posibilidad de abandonar los vehículos impulsados por combustibles fósiles para pasarse a esta tecnología, que ofrece no solo ventajas económicas sino también medioambientales.
Una de las principales razones detrás del aumento en la adopción de vehículos eléctricos en Uruguay es la relación costo-beneficio. Actualmente, se estima que por cada tres unidades de beneficio que un conductor obtiene de un auto eléctrico, solo incurre en un costo equivalente a una unidad. Este factor ha llevado a que las marcas automotrices en el país se esfuercen por incrementar su penetración en el mercado ofreciendo planes de pago a largo plazo, lo que facilita la compra de estos vehículos a una mayor parte de la población.
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El precio de los autos eléctricos ha disminuido a nivel mundial y Uruguay no ha sido la excepción. Este descenso ha hecho que los vehículos eléctricos se vuelvan accesibles para más personas que, atraídas por las ventajas económicas y ambientales, han comenzado a abandonar los vehículos tradicionales. Esta tendencia se refleja también en el interés de los consumidores particulares, así como en las empresas de transporte que operan con aplicaciones como Uber y Cabify.
El ahorro económico que ofrece un vehículo eléctrico en comparación con uno de combustible fósil es especialmente notorio en el caso de las aplicaciones de transporte, donde los vehículos recorren grandes distancias de manera diaria. Según estimaciones, un auto eléctrico de aplicación puede gastar entre 6.000 y 8.000 pesos mensuales en carga eléctrica, mientras que el costo del combustible para el mismo recorrido asciende a alrededor de 30.000 pesos. Este ahorro, cercano a una proporción de 4 a 1, ha llevado a que cada vez más conductores de aplicaciones opten por este tipo de vehículos.
Uno de los principales retos que enfrentaba la electromovilidad en sus comienzos eran las limitaciones en la autonomía de los vehículos y los largos tiempos de carga. Sin embargo, la tecnología ha avanzado considerablemente, y en la actualidad, estos problemas están siendo superados.
Por ejemplo, en el mercado uruguayo ya se pueden encontrar modelos de vehículos eléctricos que requieren solo unos 30 minutos para cargar completamente sus baterías y pueden recorrer hasta 500 kilómetros con una sola carga. Esta autonomía es más que suficiente para cubrir las necesidades de la mayoría de los usuarios urbanos y para realizar viajes interdepartamentales sin inconvenientes.
Estaciones de carga: una infraestructura en crecimiento
Uno de los aspectos clave para la expansión de la movilidad eléctrica en Uruguay ha sido la construcción de una red de estaciones de carga que cubren todo el territorio nacional. UTE, la empresa estatal de electricidad, ha jugado un papel central en este proceso, con la instalación de más de 300 puntos de carga pública repartidos en los 19 departamentos del país. Esta infraestructura permite a los conductores de vehículos eléctricos realizar viajes largos sin preocuparse por la falta de estaciones donde cargar sus autos.
Además, UTE ofrece beneficios adicionales para ciertos sectores, como los taxis y vehículos de transporte por aplicaciones, que pueden acceder a un descuento del 40 % en el precio del kWh, lo que incrementa aún más el atractivo de los autos eléctricos para este tipo de actividades comerciales.
Costos de carga: una solución económica y sostenible
Uno de los aspectos que ha despertado más interés entre los conductores de vehículos eléctricos es el costo de la carga en los puntos de acceso público. Según una fuente del sector, cargar completamente un vehículo eléctrico en un terminal público de UTE tiene un costo de entre 300 y 400 pesos, mientras que el precio se duplica si se utiliza una estación de servicio privada que cuenta con cargadores propios.
A pesar de este incremento en los costos, cargar en una estación privada sigue siendo considerablemente más económico que llenar el tanque de combustible en un vehículo tradicional. Por ejemplo, un viaje desde Montevideo hasta la ciudad de Chuy en un vehículo eléctrico puede costar alrededor de 700 pesos, mientras que el mismo trayecto en un auto a gasolina costaría unos 2.400 pesos, lo que representa un ahorro de casi tres veces más en favor del vehículo eléctrico.
Además, la nueva estructura de precios de UTE para los puntos de carga de acceso público garantiza una tarifa fija durante todo el día, eliminando las variaciones por horario (como las tarifas de valle y pico que existían anteriormente). Actualmente, el precio base es de 40 pesos más IVA para los puntos de carga de corriente alterna (CA) y de 97 pesos más IVA para los de corriente continua (CC), con un costo adicional de 7,54 pesos por cada kWh consumido en los cargadores de CA y de 8,57 pesos en los de CC.
Con la reducción de precios, la mejora de la infraestructura y las nuevas facilidades para los usuarios, el futuro de la movilidad eléctrica en Uruguay parece prometedor. Cada vez más personas están descubriendo los beneficios de cambiar a vehículos eléctricos, no solo desde una perspectiva económica, sino también como una forma de contribuir a la reducción de emisiones y al cuidado del medio ambiente.
Las marcas automotrices, conscientes de esta tendencia, continúan apostando por expandir su presencia en el mercado uruguayo, ofreciendo modelos más accesibles y planes de financiación que facilitan la adquisición de estos vehículos. Al mismo tiempo, la mejora en la autonomía y los tiempos de carga hace que la opción de pasarse a un auto eléctrico sea cada vez más atractiva para una mayor parte de la población.
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La movilidad eléctrica en Uruguay está en pleno auge, impulsada por las ventajas económicas, las facilidades de carga y la conciencia creciente sobre la sostenibilidad. Con estos factores en juego, es probable que el número de vehículos eléctricos en las carreteras uruguayas siga creciendo en los próximos años.