La industria farmacéutica paraguaya gana protagonismo en mercados internacionales
En un contexto regional marcado por desafíos económicos y cambios geopolíticos, la industria farmacéutica paraguaya se posiciona como un ejemplo de resiliencia y expansión estratégica. Así lo considera Gerardo García, presidente de la Cámara de la Industria Química Farmacéutica del Paraguay (Cifarma), quien destaca el momento favorable que atraviesa el sector, tanto en producción como en exportación. A medida que los medicamentos nacionales ingresan a nuevos mercados, se consolida una industria que ha sabido diversificar destinos y aprovechar oportunidades internacionales.
La presencia de medicamentos paraguayos en países como Bolivia, Uruguay, Chile, Ecuador y varias naciones de Centroamérica evidencia un salto cualitativo y cuantitativo. Incluso México, en el norte del continente, figura hoy como destino para productos farmacéuticos paraguayos, lo cual refleja el creciente reconocimiento internacional a la calidad de la producción local.
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La exportación de medicamentos desde Paraguay no es un fenómeno reciente, pero en los últimos años ha adquirido una nueva dimensión. Según García, lo que antes eran tímidas incursiones en mercados vecinos, hoy se transformó en flujos constantes y en aumento. En particular, el caso de Ecuador resulta paradigmático: allí, los medicamentos paraguayos se han convertido en el principal producto de exportación, superando incluso a gigantes tradicionales del comercio exterior paraguayo como la soja o la carne.
Este dato, más allá de su valor simbólico, muestra un cambio de paradigma en la matriz exportadora del país. El sector farmacéutico, históricamente considerado como de consumo interno, ahora juega un papel clave en el posicionamiento económico internacional del Paraguay.
El caso brasilero y la estrategia de maquila
Uno de los logros más recientes en este proceso de expansión es la penetración del mercado brasileño, nada menos que la mayor economía de Sudamérica. Lo hizo a través del régimen de maquila, una herramienta que ha permitido a industrias paraguayas producir bajo estándares competitivos, generando empleo local y facilitando el acceso a consumidores de gran escala.
La maquila representa una alternativa interesante para empresas que desean exportar a países con barreras regulatorias complejas o altos costos logísticos. En el caso del Brasil, donde los requisitos de registro y cumplimiento técnico son exigentes, este sistema ha resultado ser una vía eficaz de acceso.
A pesar del avance en América Latina, Paraguay aún no logra exportar medicamentos al mercado más codiciado del mundo: Estados Unidos. La razón es clara y no tiene que ver con la calidad del producto, sino con los requisitos regulatorios. La Agencia de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) impone un estándar que la autoridad sanitaria paraguaya aún no alcanza, lo que impide certificar la producción local para este destino.
Este obstáculo plantea una oportunidad de mejora para las instituciones regulatorias del país. La adecuación a los niveles exigidos por la FDA no solo abriría la puerta al mercado norteamericano, sino que fortalecería la confianza internacional en la industria farmacéutica paraguaya.
El impacto de los aranceles estadounidenses y una oportunidad para Sudamérica
En otro frente de análisis, Gerardo García reflexionó sobre las nuevas tarifas arancelarias aplicadas por Estados Unidos, especialmente aquellas impulsadas durante la administración Trump y mantenidas en buena medida en la actualidad. Aunque estas medidas buscan proteger sectores sensibles de la economía norteamericana, también generan un efecto colateral favorable para Sudamérica.
Los productos farmacéuticos provenientes de esta región, incluido Paraguay, enfrentan un arancel del 10 %, considerablemente más bajo que el aplicado a mercancías originarias de Asia. Esta diferencia crea un escenario atractivo para que empresas multinacionales, que actualmente producen en países asiáticos, reconsideren su estrategia de localización y evalúen a Sudamérica como nuevo hub de producción.
Atraer inversión: un objetivo a mediano plazo
En este contexto, García plantea una visión estratégica: atraer a compañías multinacionales para que instalen plantas de producción en Paraguay. Aprovechar el arancel preferencial, combinado con otros factores como costos laborales competitivos, estabilidad macroeconómica y cercanía con grandes mercados regionales, podría hacer del país un polo farmacéutico regional.
Este proceso requeriría coordinación público-privada, incentivos fiscales bien diseñados y mejoras en infraestructura logística y regulatoria. No obstante, el potencial está presente, y actores del sector ya visualizan este camino como una meta realista para la próxima década.
Más allá de los éxitos externos, la industria farmacéutica paraguaya también enfrenta desafíos en el plano interno. La necesidad de fortalecer la formación profesional, mejorar la infraestructura tecnológica y ampliar las capacidades de control de calidad son puntos clave para sostener el crecimiento.
Asimismo, la inversión en innovación y desarrollo (I+D) aparece como una asignatura pendiente. Si bien el país ya demuestra capacidad para producir medicamentos genéricos y productos de uso común, avanzar hacia la elaboración de moléculas propias o productos de alto valor agregado sería un paso crucial para consolidar el liderazgo regional.
El optimismo expresado por el presidente de Cifarma no es infundado. Paraguay está aprovechando un momento histórico en el que los cambios en la economía global, las nuevas configuraciones geopolíticas y las necesidades sanitarias abren espacio para que actores no tradicionales ganen terreno.
Con una estrategia inteligente, orientada a la calidad, la certificación y la cooperación internacional, la industria farmacéutica paraguaya puede convertirse en un motor de desarrollo y en un símbolo del nuevo perfil exportador del país.
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En definitiva, lo que está ocurriendo con los medicamentos paraguayos es una muestra del potencial de las industrias nacionales cuando combinan visión, esfuerzo colectivo e inteligencia estratégica. La clave ahora es sostener este impulso, profundizar las reformas necesarias y seguir apostando a un modelo que genere empleo, divisas y prestigio internacional para Paraguay.