El mercado lácteo global ha experimentado fluctuaciones significativas en los precios de los productos comercializados por Fonterra, una de las principales empresas exportadoras de lácteos. En el último evento de subasta de julio, Fonterra reportó un aumento notable en el volumen vendido, alcanzando las 24.136 toneladas, lo que representa un incremento del 43,8% con respecto a la subasta anterior. Sin embargo, esta expansión en el volumen transaccionado se vio acompañada de una disminución en los precios de varios productos lácteos clave.
La leche en polvo entera, uno de los productos más destacados, experimentó una caída de US$ 176 por tonelada, cerrando en US$ 3.218, lo que representa una disminución del 4,3%. Por su parte, la leche en polvo descremada sufrió una baja más pronunciada, perdiendo US$ 180 por tonelada para cerrar en US$ 2.586, una caída del 6,1%. Otros productos como la manteca y el queso Cheddar también vieron descensos significativos, con caídas del 10,2% y 6,9% respectivamente.
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A pesar de estas disminuciones, el precio de la leche en polvo se mantiene por encima de los US$ 3.200 la tonelada, lo que indica cierta estabilidad en medio de las fluctuaciones del mercado. Esta estabilidad es crucial para los productores y exportadores, quienes observan con cautela las tendencias del mercado global.
Juan Daniel Vago Armand Ugon, presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), destacó que la caída en el precio de la leche en polvo entera parece ser más una situación coyuntural que estructural. Subrayó que la demanda sigue siendo robusta a nivel mundial, lo cual podría prever una recuperación en los precios a medida que se ajusten los factores de oferta y demanda.
Sin embargo, un factor que ha impactado la participación en el mercado lácteo es el tratado comercial entre China y Nueva Zelanda, que establece un arancel del 0%. Esta ventaja arancelaria ha impulsado las importaciones chinas desde Nueva Zelanda, relegando a Uruguay y otros competidores que enfrentan aranceles más altos y mayores costos logísticos debido a la distancia.
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Este escenario refleja los desafíos persistentes que Uruguay enfrenta en la negociación de acuerdos comerciales favorables para sus exportaciones lácteas. La cercanía geográfica y el acuerdo arancelario entre China y Nueva Zelanda han posicionado a este último como un competidor más competitivo en el mercado internacional de lácteos, mientras que Uruguay continúa lidiando con barreras arancelarias que afectan su competitividad global.
A pesar de estos desafíos, la industria láctea uruguaya mantiene una perspectiva optimista y confía en que las condiciones del mercado mejorarán a medida que se resuelvan las tensiones comerciales y se promuevan acuerdos más equitativos para todos los participantes del mercado global de lácteos.