El mercado del cannabis en Uruguay: Desafíos y oportunidades de crecimiento
La industria del cannabis en Uruguay ha logrado consolidarse como un actor relevante tanto en el ámbito medicinal como en el recreativo y el industrial. Desde la legalización de su producción, comercialización y consumo en 2013, el país ha visto un crecimiento sostenido en el número de empresas y proyectos relacionados con esta planta, enfocándose especialmente en las exportaciones de flores para uso medicinal y cáñamo industrial. Sin embargo, este mercado enfrenta desafíos económicos y regulatorios que requieren análisis y estrategias para aprovechar su potencial.
Uruguay fue pionero en la legalización del cannabis, estableciendo un marco regulador claro que ha permitido la creación de una cadena productiva con aproximadamente 100 proyectos. Un informe del Instituto Uruguay XXI indica que, hasta la fecha, existen 36 empresas habilitadas por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) para el cultivo de cáñamo. Además, siete de estas empresas cuentan con licencias para industrializar la planta y producir extractos destinados a la elaboración de alimentos, cosméticos y otros productos no psicoactivos.
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En cuanto al uso medicinal, el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca) ha autorizado 52 proyectos en distintos ámbitos, incluyendo el cultivo, la investigación y la industrialización. Esta diversificación de actividades refleja el interés y la inversión en el sector, orientado en gran medida hacia la exportación.
El mercado internacional del cannabis medicinal ha sido el principal motor de las exportaciones de Uruguay en este sector. Según datos de Uruguay XXI, desde 2019 se ha registrado un crecimiento en las ventas al exterior. Durante ese año, tres empresas exportaron 1,7 toneladas de productos cannábicos, generando ingresos por aproximadamente 3 millones de dólares. Para 2023, el número de compañías exportadoras aumentó a 27, y las exportaciones alcanzaron las 25 toneladas. Sin embargo, los ingresos permanecieron estables, lo que refleja una disminución en los precios de los productos debido a la competencia y la oferta global.
El 83% de las exportaciones de cannabis uruguayo corresponden a flores medicinales, un segmento que generó 1,5 millones de dólares en 2023. No obstante, esta cifra representa una caída del 66% en comparación con el año anterior. Este descenso se debe, en parte, a la baja en los precios y a la disminución de la demanda en algunos mercados clave, como Portugal. A pesar de estos desafíos, Uruguay ha logrado diversificar sus destinos de exportación, incluyendo países como Australia, Nueva Zelanda, España, Brasil y la República Checa.
En el caso del cáñamo para uso no médico, las exportaciones han mostrado un leve crecimiento, alcanzando 1 millón de dólares. Estados Unidos, la República Checa y Brasil han incrementado su demanda, mientras que Suiza sigue siendo el principal mercado, absorbiendo el 50% de las exportaciones de flores de cáñamo.
Uruguay es también un referente en cuanto a la regulación del consumo recreativo de cannabis. Según estimaciones del Ircca, alrededor de 250.000 personas consumen cannabis de forma regular en el país, con un volumen anual de entre 44 y 50 toneladas. El mercado formal, que incluye farmacias autorizadas y clubes de cultivo, abarca aproximadamente al 36% de los consumidores.
Entre junio de 2018 y junio de 2023, el número de personas registradas para comprar cannabis en farmacias creció un 144%, pasando de 35.246 a 86.207. Este aumento refleja la confianza del público en el sistema regulado y su disposición a adquirir productos de forma legal. De hecho, en 2022 se observó un incremento significativo tanto en el volumen de ventas como en el número de transacciones, alcanzando niveles récord desde la implementación del sistema legal de venta.
Un dato relevante es el comportamiento de los consumidores durante la zafra de diciembre de 2023, cuando se registraron 19.730 adquirientes, con un consumo promedio de 15,2 gramos por persona. Este crecimiento, del 34,5% respecto al año anterior, indica una tendencia positiva hacia la consolidación del mercado interno.
Cultivo y producción de cáñamo en Uruguay
El cáñamo industrial es otro segmento en expansión dentro de la industria cannábica uruguaya. Actualmente, 35 compañías están autorizadas por el MGAP para cultivar cannabis no psicoactivo, abarcando una superficie de 335 hectáreas al aire libre. Los cultivos se encuentran distribuidos en 10 departamentos del país, con una fuerte concentración en la región sur y litoral.
Canelones lidera la producción de cáñamo, con el 37% del total de empresas dedicadas a esta actividad, seguido por Colonia con el 20%. Montevideo, a pesar de tener solo una empresa involucrada, es el tercer departamento con mayor área de cultivo en invernaderos, lo que muestra la diversificación geográfica y la adaptabilidad de esta industria en el país.
A pesar del crecimiento y la diversificación, la industria del cannabis en Uruguay enfrenta varios desafíos. Uno de los principales es la volatilidad en los precios internacionales, que afecta la rentabilidad de las exportaciones. Además, la competencia con otros países productores, como Canadá y Estados Unidos, es intensa, y el acceso a nuevos mercados depende en gran medida de la evolución de las normativas globales sobre el cannabis medicinal y el cáñamo.
En el ámbito local, uno de los retos es ampliar la base de consumidores registrados en el sistema formal y mejorar la accesibilidad a los productos a través de farmacias y clubes de cultivo. La confianza del público en el mercado legal es clave para reducir el consumo en el mercado informal y aumentar los ingresos fiscales del sector.
Otra área de oportunidad es el desarrollo de productos derivados del cannabis, como alimentos, cosméticos y textiles de cáñamo. La industrialización de estos productos podría abrir nuevas líneas de negocio y aumentar el valor agregado de las exportaciones uruguayas.
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La industria del cannabis en Uruguay ha demostrado ser un sector dinámico y con alto potencial de crecimiento, tanto a nivel nacional como internacional. La diversificación de productos y mercados, junto con un marco regulatorio claro y pionero, ha permitido al país posicionarse como un referente en América Latina.
Sin embargo, para capitalizar este potencial, es necesario que las empresas locales continúen innovando y adaptándose a las tendencias del mercado global. La inversión en investigación y desarrollo, así como en estrategias de marketing orientadas a educar a los consumidores y fortalecer la confianza en el sistema legal, serán fundamentales para el éxito a largo plazo.
Con una demanda creciente y nuevos mercados por explorar, el futuro de la industria del cannabis en Uruguay parece prometedor, siempre y cuando se aborden los desafíos actuales y se aprovechen las oportunidades emergentes de manera estratégica.