El consumo pyme crece en abril pese a la fragilidad económica
El sector minorista pyme en Argentina logró cerrar abril con un leve crecimiento en comparación interanual, aunque el entorno macroeconómico continúa siendo adverso. Según los últimos datos difundidos por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas a precios constantes aumentaron un 3,7% respecto a abril de 2024, mostrando una señal positiva en medio de un escenario complejo y lleno de incertidumbre para los comerciantes.
No obstante, el avance mensual ajustado por estacionalidad fue negativo, con una contracción del 1,8%. Esto refleja que, pese a que el consumo se mantiene levemente por encima de los niveles del año pasado, aún no logra establecer una tendencia firme de recuperación. Esta volatilidad expone con claridad los desafíos estructurales que enfrentan las pequeñas y medianas empresas en el país.
Repunte interanual pero caída en el ritmo mensual
El crecimiento interanual registrado en abril se enmarca dentro de una mejora acumulada del 14,9% durante el primer cuatrimestre del año. Esta suba, si bien alentadora, contrasta con una desaceleración en las ventas entre marzo y abril, lo cual genera dudas sobre la consistencia del repunte.
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El informe de CAME destaca que todos los rubros relevados experimentaron aumentos interanuales en sus ventas, aunque con marcadas diferencias. El mayor salto se produjo en el segmento de perfumería, con una expansión del 9,1%, seguido por alimentos y bebidas, que creció un 6,3%. Este último rubro mantiene además el liderazgo en el acumulado anual, con una variación positiva del 19,8%, confirmando que lo esencial sigue siendo lo más demandado en contextos de consumo restringido.
A pesar del repunte, los comerciantes advierten que el escenario sigue siendo desafiante. El documento de CAME subraya que muchos negocios operan con márgenes extremadamente ajustados, afectados por el incremento en el costo de servicios públicos, la carga impositiva y los valores del alquiler. Estas presiones obligan a los empresarios a tomar decisiones defensivas como la reducción de gastos operativos y la diversificación del surtido de productos, en un intento por mantener cierta competitividad.
El consumo, según la encuesta realizada por la entidad, permanece limitado debido al deterioro del poder adquisitivo. Esta situación conduce a un patrón de compra centrado en lo básico, con ventas que se sostienen más por necesidad que por impulso o renovación.
Aunque algunos sectores identificaron una recuperación estacional leve, la percepción general es de fragilidad. La mayoría de los comerciantes observa un mercado inestable, donde cualquier alteración en el contexto económico puede modificar drásticamente el comportamiento del consumidor.
Reclamos al gobierno: baja de impuestos y estímulo al consumo
Frente a esta realidad, el 86,7% de los empresarios relevados consideró imprescindible que el Gobierno Nacional implemente una rebaja impositiva en el corto plazo, como una medida clave para aliviar la carga que soporta el sector pyme.
Además, reclaman iniciativas concretas para fomentar la demanda interna, reconociendo que el motor principal del consumo sigue siendo el bolsillo de las familias. En este sentido, los comerciantes entienden que sin una mejora real en los ingresos y sin una baja en la presión tributaria, la recuperación no podrá sostenerse en el tiempo.
El mensaje del sector es claro: si no se generan condiciones estructurales que permitan mejorar la rentabilidad y dinamizar el mercado interno, cualquier repunte será efímero.
En este entorno adverso, las pymes han comenzado a desplegar estrategias para sostenerse. Entre las más mencionadas aparecen la diversificación de productos, la búsqueda de nuevos proveedores para reducir costos y una revisión constante de la estructura operativa para minimizar gastos innecesarios.
A pesar de las dificultades, una mayoría de comerciantes se mantiene moderadamente optimista respecto al futuro cercano. El 56,7% de los encuestados expresó que espera una mejora en la situación económica de su empresa de cara al próximo año. Esto sugiere que existe una cuota de confianza en que los factores externos puedan alinearse en una dirección más favorable.
El rubro textil e indumentaria es el que refleja mayor expectativa positiva, con un 63,2% de empresarios que prevén mejoras en los próximos doce meses. Le sigue farmacia, con un 58,2%, lo que también indica la relevancia que conservan los bienes esenciales en tiempos de ajuste.
Si bien las cifras muestran una recuperación tímida, el panorama de fondo sigue marcado por factores de riesgo: la volatilidad cambiaria, la incertidumbre política y la elevada inflación continúan afectando la toma de decisiones.
Las pymes han demostrado una notable capacidad de adaptación, pero necesitan de un entorno macroeconómico más estable para planificar inversiones y crecer. Además, la política monetaria restrictiva y la falta de acceso a crédito barato también limitan su accionar en el mediano plazo.
Por otro lado, los avances tecnológicos y la digitalización pueden convertirse en aliados importantes si el ecosistema emprendedor recibe el acompañamiento adecuado. La modernización del canal de ventas y la profesionalización de la gestión son desafíos pendientes que, de superarse, podrían mejorar la competitividad del sector.
El comportamiento de las ventas en abril muestra una doble cara: por un lado, un crecimiento sostenido frente al mismo mes del año anterior, y por otro, una retracción respecto al mes previo, lo cual indica que aún no se consolida un sendero de recuperación.
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Las pymes siguen enfrentando dificultades operativas importantes y reclaman medidas urgentes para reducir la carga fiscal y estimular el consumo. Si bien hay expectativas moderadas de mejora, el camino hacia una recuperación sostenida dependerá de factores externos y de la capacidad del Gobierno para implementar políticas públicas que fortalezcan al sector.
El comercio minorista pyme continúa siendo uno de los pilares de la economía argentina, pero requiere de herramientas concretas para salir de la supervivencia y avanzar hacia un modelo de desarrollo más sólido e inclusivo.