El consumo interno en Uruguay sigue creciendo pero con menor dinamismo
El consumo privado en Uruguay ha mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años, impulsado en gran parte por la mejora en el empleo, el aumento del salario real y el ingreso de los hogares. Sin embargo, según Ana Laura Fernández, asesora económica de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (Ccsuy), este crecimiento no ha sido tan dinámico como se esperaba. Durante un webinar sobre la Coyuntura Económica, organizado por la Ccsuy, Fernández analizó el comportamiento del consumo interno y destacó ciertos factores que han moderado este crecimiento.
El panorama internacional ha influido de manera significativa en el desempeño de la economía uruguaya. Fernández mencionó el fin del ciclo contractivo de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, lo cual ha generado expectativas de que la flexibilización monetaria continúe hasta 2025. Este movimiento está alineado con una inflación que ha descendido y una economía estadounidense que se comporta de manera relativamente estable, con una tasa de desempleo estabilizada en torno al 4%.
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El consumo privado en Uruguay ha mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años,
En cuanto a China, la asesora explicó que, aunque su economía sigue creciendo, lo hace a un ritmo más lento en comparación con años anteriores. El país asiático ha pasado por una fase de tasas de crecimiento extraordinarias, pero ahora su expansión se alinea más con su capacidad productiva. Las perspectivas para China mejoraron, pero Fernández advirtió sobre ciertos riesgos, como las tensiones con Estados Unidos, riesgos deflacionarios, y la deuda del sector inmobiliario y de los gobiernos locales.
Respecto a Europa, Fernández destacó un ajuste al alza en las previsiones económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI), que proyecta un crecimiento del 1,2% para 2024. Si bien Europa crece a tasas moderadas, lo hace a un mejor ritmo que en años anteriores.
En el plano regional, «las buenas noticias parecen venir por el lado de Brasil», señaló Fernández. El país vecino ha mostrado un crecimiento superior a lo esperado, después de un inicio de año complejo. No obstante, el déficit fiscal brasileño, cercano al 10% del PIB, genera incertidumbre para su economía a largo plazo. En cuanto a Argentina, Fernández resaltó la mejora en las cuentas públicas y la caída de los niveles inflacionarios, aunque esto ha tenido un costo en términos de actividad económica y condiciones sociales. A pesar de estos retos, se prevé una leve recuperación para el segundo semestre del año, aunque no será suficiente para revertir la contracción acumulada.
Dentro de este contexto internacional y regional, Uruguay ha registrado un rebote económico en el segundo trimestre del año, impulsado principalmente por la recuperación en el sector agrícola y energético, luego de la severa sequía que afectó al país en 2023. Sin embargo, otros sectores, como la industria y la construcción, aún enfrentan dificultades debido a factores excepcionales, como la parada técnica de la refinería y el fin de las obras en UPM 2 y el Ferrocarril Central.
A pesar del rebote, las proyecciones para el crecimiento económico de Uruguay no han cambiado sustancialmente. El consumo privado continúa su tendencia alcista, pero a un ritmo más moderado. Esta desaceleración se debe, en parte, a la incertidumbre económica global y a factores internos como el comportamiento del mercado laboral y la inflación en dólares. Además, la caída en los precios de los commodities, que ha sido una constante en los últimos meses, también ha tenido un impacto en el desempeño económico del país.
El sector del comercio y los servicios en Uruguay ha mostrado signos de crecimiento, aunque a un ritmo más lento. Durante el segundo trimestre de 2024, el sector comercial creció un 3,1%, impulsado por la recuperación del consumo privado y la mejora en la confianza de los consumidores. Sin embargo, el sector de los servicios experimentó una contracción del 1,7%, lo que refleja un comportamiento desigual entre diferentes ramas de actividad.
Este menor crecimiento también se ha visto reflejado en el índice de difusión, que mide el porcentaje de sectores y empresas que muestran expansión en su actividad. A nivel de rubros, el índice se ubicó en 47%, mientras que a nivel de empresas fue del 45%. Esto significa que menos sectores y compañías están experimentando crecimiento en comparación con trimestres anteriores.
El comportamiento del crecimiento económico en Uruguay también varía según el tamaño de las empresas. Las microempresas, que representan una porción importante del tejido empresarial del país, siguen en un escenario contractivo, con una caída del 4,4% en sus ventas. Las pequeñas empresas, por su parte, han registrado un estancamiento, mientras que las medianas y grandes empresas han mostrado un crecimiento del 2% y 3,3%, respectivamente.
En cuanto a la distribución geográfica del crecimiento, todas las regiones del país han experimentado una expansión económica, aunque con variaciones significativas. Las zonas costeras y el centro del país han liderado el crecimiento, con tasas del 3,7% y 6,9%, respectivamente. En contraste, el litoral y la región metropolitana de Montevideo han mostrado los menores niveles de expansión, con un crecimiento del 1,5%.
La inflación en Uruguay ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos meses, lo que ha contribuido a mejorar el poder adquisitivo de los hogares. Sin embargo, el reciente aumento del dólar podría tener un efecto inflacionario en el corto plazo, especialmente en los precios de productos importados. A pesar de ello, la caída en los precios del petróleo podría contrarrestar este efecto y mantener la inflación en niveles controlados.
Por otro lado, la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA), uno de los principales indicadores del consumo interno, ha mostrado un crecimiento en julio, aunque en términos generales se observa una tendencia de estancamiento. Este comportamiento es consistente con la moderación en el crecimiento del consumo privado y la desaceleración económica observada en ciertos sectores.
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El consumo interno en Uruguay sigue registrando crecimiento, pero de manera más moderada de lo que se esperaba. Factores como la incertidumbre económica global, la contracción en sectores clave y el comportamiento desigual entre empresas de diferentes tamaños y regiones han contribuido a esta desaceleración. No obstante, el país sigue beneficiándose de la mejora en el empleo, el aumento del salario real y la recuperación en sectores como el agro y la energía. A medida que la economía global y regional se estabilice, Uruguay podría experimentar un repunte más fuerte en su crecimiento económico.