El avance del Colegio Veterinario del Uruguay: Un pilar para la profesión
Hasta hace poco, Uruguay era uno de los pocos países de la región sin una entidad que regulara y fortaleciera el ejercicio de la medicina veterinaria. Sin embargo, en agosto de 2022, tras años de esfuerzos y debates, se concretó la creación del Colegio Veterinario del Uruguay (CVU), marcando un hito en la profesionalización del sector.
Un ente regulador con objetivos claros
El CVU se ha consolidado como un organismo clave para la regulación y desarrollo de la profesión. No solo actúa como un ente fiscalizador, sino que también promueve la formación continua, resguarda los estándares éticos y vela por la salud animal y pública. Según su presidente, el MV Carlos Morón, el proceso de creación del Colegio fue largo y complejo. Aunque la ley que autorizaba su existencia fue aprobada en 2014, su implementación efectiva se logró ocho años después, tras superar diversas resistencias.
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A diferencia de otros colegios en la región, la afiliación al CVU es obligatoria para todos los veterinarios que deseen ejercer en Uruguay. Esto permite un control más riguroso de la profesión, asegurando que se cumplan las normativas éticas y técnicas establecidas. Morón enfatiza que el Colegio no cumple funciones gremiales ni sindicales, sino que su rol es exclusivamente técnico y regulador.
Una red de trabajo con organismos oficiales
El Colegio Veterinario del Uruguay mantiene una estrecha colaboración con distintas entidades gubernamentales. Destacan su relación con el Ministerio de Salud Pública, el Ministerio de Ambiente y, especialmente, el Ministerio de Ganadería, con el cual trabaja en normativas y controles del sector.
Uno de los principales avances del CVU ha sido la creación de un mapa georreferenciado que detalla la ubicación de todas las clínicas veterinarias dedicadas a animales de compañía en el país. Esta herramienta permite conocer en detalle la distribución de los servicios veterinarios, quiénes los dirigen y qué prestaciones ofrecen.
Presencia y crecimiento del sector veterinario
Actualmente, el CVU cuenta con más del 90% de los veterinarios matriculados en Uruguay, lo que representa un alto nivel de representatividad. De los 4.300 veterinarios registrados, alrededor de 2.200 trabajan en el área metropolitana, mientras que el resto se encuentra distribuido en distintas regiones del país. Aproximadamente el 30% de los veterinarios metropolitanos trabajan en el sector público, mientras que el resto se especializa en la atención de animales de compañía.
Un dato relevante es el crecimiento del sector de animales domésticos en comparación con otras áreas veterinarias. Según Morón, la inversión en salud de mascotas ha superado a la industria lechera, lo que evidencia un cambio en la demanda de servicios y en la percepción de los animales de compañía dentro de la sociedad uruguaya.
Además, el avance tecnológico en clínicas veterinarias ha sido significativo. Se ha incorporado equipamiento de análisis clínico avanzado, tecnología de imágenes y herramientas de diagnóstico sofisticadas, lo que permite ofrecer una atención de mayor calidad en distintas zonas del país.
Desafíos de la profesión veterinaria en Uruguay
Uno de los retos más importantes que enfrenta la profesión es el ejercicio ilegal de la medicina veterinaria. En sectores como la equinoterapia deportiva, se ha identificado la presencia de veterinarios extranjeros que trabajan sin cumplir con los requisitos legales. Esto no solo representa una competencia desleal, sino que también pone en riesgo la seguridad sanitaria del país.
Otro desafío creciente es la violencia digital y las denuncias por mala praxis. El CVU recibe anualmente alrededor de 40 denuncias relacionadas con estas problemáticas, lo que ha llevado a la implementación de un protocolo de gestión de denuncias para garantizar evaluaciones imparciales y la protección tanto de los veterinarios como de los usuarios.
La relación entre veterinarios y tutores de animales también ha evolucionado. Morón destaca que, al salir de la universidad, muchos profesionales creen que su trabajo será exclusivamente clínico, pero pronto comprenden que el trato con los dueños es igualmente relevante para su ejercicio profesional.
Educación y formación continua
El CVU tiene la responsabilidad legal de matricular a todos los nuevos veterinarios que egresan de la Facultad de Veterinaria, la única en el país, con sede en Montevideo y una filial en Salto. En ceremonias públicas, los recién graduados reciben su título y, en el mismo acto, se les otorga su matrícula profesional.
El vínculo entre la Facultad y el CVU es crucial para garantizar una formación rigurosa y promover programas de educación continua. La actualización profesional es un pilar fundamental para mantener altos estándares de calidad en los servicios veterinarios, y el Colegio fomenta diversas iniciativas en esta línea.
Gracias a un convenio con la Facultad, el CVU cuenta con infraestructura, oficinas, equipos informáticos y apoyo administrativo, lo que ha facilitado su consolidación en estos primeros años de funcionamiento.
Retos pendientes y futuro del sector
A pesar de los logros obtenidos, aún existen desafíos por resolver. Uno de ellos es la necesidad de crear un organismo rector específico para la salud de los animales de compañía. Actualmente, esta función está dividida entre el Ministerio de Ganadería, que solo registra clínicas, y el Instituto de Bienestar Animal, que se enfoca en el bienestar de diversas especies.
Además, se requiere una mejora en las políticas de control poblacional de perros callejeros. La cantidad de castraciones realizadas hasta ahora no es suficiente para generar un impacto significativo, por lo que se necesita un plan más ambicioso y coordinado.
Otro reto es la creciente presencia de veterinarios extranjeros en el ámbito de los equinos deportivos. Uruguay, debido a su estatus sanitario, se ha convertido en un punto clave para la exportación de caballos de carrera, lo que ha incrementado la demanda de servicios especializados y generado conflictos respecto al ejercicio profesional.
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Morón concluye que el CVU no solo regula y promueve el desarrollo de la profesión veterinaria, sino que también representa una garantía para los usuarios, asegurando que los veterinarios matriculados operen bajo principios éticos y de calidad. Consolidado como un actor clave en el sector, el Colegio sigue trabajando para fortalecer la profesión y responder a los nuevos desafíos del ámbito veterinario en Uruguay.
