En un contexto financiero apremiante y en medio de tensiones legales prolongadas con el gobierno peruano, Telefónica del Perú S.A.A. ha emitido un comunicado oficial en el que niega categóricamente la existencia de desarrollos significativos en torno a una posible venta de su filial en el país. Esta declaración se produce en un momento en que circulan rumores sobre la intención de la compañía de desinvertir en el mercado peruano, alimentados por un artículo publicado por el medio digital español Vozpópuli.
El comunicado, dirigido a la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) y firmado por Christiann Antonio Hudtwalcker Zegarra, representante bursátil de Telefónica del Perú, aclara que la empresa no tiene conocimiento de la información difundida por Vozpópuli. Aunque el accionista principal ha mantenido conversaciones con posibles inversionistas en América Latina como parte de una evaluación más amplia de sus activos, la empresa enfatiza que estas discusiones no han avanzado significativamente en relación con la venta de acciones de su filial peruana.
El origen de la controversia se encuentra en el artículo de Vozpópuli, que afirmaba que Telefónica, uno de los gigantes de las telecomunicaciones en España, estaría considerando la venta de su operación en Perú debido a pérdidas financieras acumuladas que podrían superar los 2.000 millones de euros. A su vez, las tensiones legales que la compañía ha mantenido con el gobierno peruano durante más de dos décadas han sido mencionadas como un factor que influye en esta potencial decisión.
El artículo también destacó que las negociaciones para la venta de la filial se habrían intensificado desde finales del año anterior, con reuniones en Lima entre representantes de Telefónica y posibles compradores, entre los cuales se mencionó a los expropietarios de Win, una empresa de fibra óptica peruana que busca aprovechar la sólida base de clientes de Telefónica en el sector de líneas fijas, donde la compañía es líder.
A pesar de los rumores, la situación financiera de Telefónica del Perú es preocupante. La empresa ha tomado medidas drásticas, como la implementación de una prima de emisión valorada en 2.000 millones de dólares y una reducción de capital, con el fin de mitigar las pérdidas. Además, ha recibido apoyo financiero de Telefónica Hispanoamérica para estabilizar sus operaciones. Sin embargo, el panorama se complica aún más con las tensiones legales que se han intensificado; en octubre de 2023, la compañía presentó una reclamación por 1.122 millones de euros por daños y perjuicios relacionados con impuestos y provisiones fiscales pendientes.
La Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) ha estado investigando las prácticas fiscales de Telefónica, centradas en la centralización de compras en Alemania, lo que ha añadido un nuevo nivel de complejidad a la ya tensa relación entre la empresa y el gobierno peruano.
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A pesar de que las conversaciones con posibles compradores han avanzado, se ha informado que las negociaciones están estancadas, lo que ha llevado a la directora financiera de Telefónica a realizar un viaje a Lima para reanudar las conversaciones. La reciente llegada de Marc Murtra como nuevo presidente de Telefónica también podría influir en la estrategia de desinversión, planteando interrogantes sobre el futuro de la filial peruana bajo su liderazgo.
Telefónica también estaría considerando la contratación de un CEO especializado en ventas y desinversiones para dirigir esta operación crucial, lo que podría ser clave para maximizar el valor de una posible venta en el futuro. En resumen, la situación de Telefónica del Perú es un reflejo de los desafíos significativos que enfrenta en el mercado latinoamericano, y su futuro dependerá de cómo maneje no solo las tensiones financieras y legales, sino también las oportunidades de desinversión.
Fuente: Infobae