Pese a todo, Joinnus seguirá vendiendo los tickets para Machupicchu. La ticketera tendrá todavía dos meses para seguir siendo el lugar por donde podrán comprarse boletos.
Joinnus tiene 60 días restantes para vender entradas a Machu Picchu en su plataforma, según anunció la Ministra de Cultura, Leslie Urteaga. Se ha decidido terminar anticipadamente el contrato con la empresa, y mientras se implementa una nueva plataforma estatal, Joinnus continuará con las ventas. La ministra explicó la necesidad de un proceso gradual para evitar interrupciones en la venta de boletos.
Pese a todo, Joinnus seguirá vendiendo los tickets
El Gobierno peruano ha anunciado la culminación del contrato con Joinnus y la transición hacia una nueva plataforma digital gestionada por la Presidencia del Consejo de Ministros. Esta medida busca resolver la huelga que obstaculizaba el acceso a Machu Picchu, tras una reunión con autoridades y representantes turísticos del Cusco. Tras el restablecimiento del flujo de turistas y trenes, se espera una gestión más transparente de la venta de entradas.
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La contratación directa de Joinnus para la venta de entradas ha suscitado protestas en Cusco, especialmente debido a los términos financieros del contrato. Aunque legalmente válido, genera controversia el porcentaje que recibiría la empresa por cada boleto vendido, superando los 10 millones de soles anuales. Originalmente, el Ministerio de Cultura buscaba consolidar el control de la venta de entradas bajo un solo proveedor, ante investigaciones por presuntas irregularidades en la gestión anterior.
Joinnus, una ticketera peruana con más de una década de experiencia, fue adquirida por Credicorp y forma parte de su portafolio junto con otros negocios en línea. Su modelo de negocios, basado en un porcentaje por venta de entradas, ha sido efectivo en eventos de gran envergadura como la visita del Papa Francisco en 2018, pero ha generado críticas al aplicarse a lugares tan emblemáticos como Machu Picchu. La transición hacia una nueva plataforma estatal busca abordar estas preocupaciones y garantizar una gestión más transparente y equitativa de las entradas al sitio arqueológico.