De acuerdo con el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Perú es uno de los países con menor productividad del continente en comparación con los países cuyos ingresos han aumentado un 40% en las últimas décadas.
“La productividad en Perú se encuentra estancada en gran medida porque cerca del 70% de los trabajadores se desempeñan en la informalidad. Esto significa que más de 12 millones de peruanos no tienen acceso a capacitación ni a tecnologías que mejoren su rendimiento, lo cual nos resta competitividad frente a otras economías de la región”, indicó Milagros Torres, subdirectora académica de la Facultad de Negocios de Zegel.
Pese al crecimiento de la región en los últimos años, Perú sigue enfrentando desafíos críticos en su productividad laboral. CEPAL resalta que el país solo supera a Venezuela, Haití y Bolivia. La falta de políticas sostenibles es un factor determinante que mantiene al país rezagado en comparación con los otros.
Retrocesos en la productividad en 2024
El informe de la CEPAL también evidencia que, en 2024, Perú se mantiene en los últimos lugares del ranking regional de productividad. Actualmente, el Producto Interno Bruto (PIB) por hora trabajada en el país es de apenas US$ 12,55 cifra que contrasta fuertemente con economías como la de Panamá, que lidera la región con un incremento de más del 150% en su productividad desde 2005, gracias a sólidas políticas de inversión y un auge en sectores estratégicos como la construcción.
Hay que tomar en cuenta que Perú era uno de los países con más productividad de América Latina; sin embargo, una serie de políticas implementadas durante el gobierno de Ollanta Humala redujeron la eficiencia del capital y la mano de obra.
Educación y capacitación, claves para revertir la tendencia
La educación y la capacitación son factores cruciales para mejorar la productividad del país. La CEPAL hace un llamado a los gobiernos de la región para que implementen medidas a largo plazo que fortalezcan las bases productivas de sus economías. En el caso de Perú, urge una reestructuración que incluya el fortalecimiento de su sistema educativo, la modernización del mercado laboral y el fomento a la innovación.
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“No podemos esperar un cambio significativo sin invertir en el desarrollo de habilidades en nuestra fuerza laboral. La clave está en fomentar un entorno donde las empresas puedan acceder a programas de capacitación continua y a tecnología que optimice sus procesos”, añade Milagros Torres.
Conclusión
En un entorno global cada vez más competitivo, Perú necesita implementar cambios profundos para mejorar su productividad y salir del rezago en el que se encuentra. La apuesta por la educación, la formalización del empleo y la inversión en innovación tecnológica son esenciales para construir un futuro económico más sólido.