Es fundamental señalar que la producción de arándanos en Perú se desarrolla en extensas plantaciones ubicadas en la costa, donde se dispone de tecnología avanzada, gestión de alta calidad y acceso a financiamiento robusto. En contraste, el cultivo de café y cacao en nuestro país se caracteriza por ser mucho más inclusivo, involucrando a más de 300,000 pequeños productores independientes. Estos agricultores trabajan en aproximadamente 690,000 hectáreas de tierras dedicadas al café y cacao, principalmente en la región amazónica. No obstante, enfrentan diversas dificultades, como la falta de asistencia técnica, tecnologías adecuadas y acceso a financiamiento, lo que resalta la importancia de los logros alcanzados en este sector.
La competencia entre más de 400 empresas exportadoras de cacao y café en Perú garantiza que los pequeños productores reciban al menos el 90% del valor del precio internacional de estos productos. Esto es un claro indicador de que la reciente ola de precios altos está beneficiando directamente a los productores, lo cual es un aspecto crucial en la lucha por mejorar su calidad de vida.
Además, es importante mencionar que tanto el café como el cacao han sido parte esencial de los programas de desarrollo alternativo impulsados por diversas organizaciones, como DEVIDA, USAID, la Unión Europea y GIZ, que han trabajado durante más de 25 años en la promoción de estas cadenas productivas. Los resultados obtenidos demuestran que ha sido una decisión acertada fomentar la producción de café y cacao, ya que estos cultivos han ofrecido una alternativa viable para los agricultores que anteriormente se dedicaban a la producción de coca.
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Sin embargo, el camino hacia el futuro presenta importantes desafíos. Uno de los mayores retos radica en cómo apoyar efectivamente la incorporación de tecnología en la producción de café y cacao a pequeña escala. La inyección de tecnología es fundamental para reducir los costos de producción, mejorar la competitividad y permitir que los agricultores produzcan más en las mismas áreas, lo que a su vez contribuiría a disminuir la presión sobre los bosques y combatir la deforestación. Asimismo, es crucial incluir a estos pequeños productores en el acceso a financiamiento climático, un área que actualmente es casi inexistente dentro de estas cadenas de valor.
Finalmente, es pertinente expresar un reconocimiento a los cientos de miles de productores de café y cacao, así como a las cooperativas y empresas exportadoras, en su mayoría peruanas, que han trabajado arduamente en la producción y comercialización de estos productos a nivel global. Su esfuerzo conjunto ha sido fundamental para posicionar al Perú como un actor relevante en el mercado internacional de café y cacao.
Fuente: Revista Economía