Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la política estadounidense en materia de ESG (ambiental, social y de gobernanza) ha tomado un giro significativo que podría tener repercusiones directas en las empresas peruanas. A través de una serie de órdenes ejecutivas, Trump ha establecido una visión clara que desafía las iniciativas de sostenibilidad promovidas por su predecesor, Joe Biden. Esto plantea una cuestión crucial: ¿cómo afectará esta reorientación en la política de uno de los principales socios comerciales de Perú el comportamiento de las empresas locales?
En los últimos años, Perú ha avanzado en la adopción de prácticas ESG, con el Ministerio del Ambiente (Minam) liderando esfuerzos para financiar bionegocios y promover créditos alineados con estándares de finanzas verdes. Sin embargo, las políticas de Trump podrían influir negativamente en estos avances. Expertos consultados advierten que el impacto no será uniforme en todas las dimensiones ESG, lo que significa que las empresas peruanas podrían enfrentar desafíos diferentes dependiendo de su enfoque y sector.
Trump ha manifestado su desdén por las políticas ambientales, como se evidenció en su decisión de retirar a EE.UU. del Acuerdo de París y en la eliminación de incentivos para vehículos eléctricos. Además, su administración ha desmantelado divisiones gubernamentales enfocadas en diversidad, equidad e inclusión, y ha debilitado leyes que combaten la corrupción, como la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA). Estas acciones han suscitado críticas por promover una agenda que podría dividir en lugar de unir en torno a objetivos de sostenibilidad.
El panorama empresarial en EE.UU. ha comenzado a polarizarse en respuesta a estas decisiones. Empresas como Bank of America y JP Morgan han optado por retirarse de iniciativas que buscan alinear inversiones con emisiones netas cero, mientras que otras como Microsoft y Apple han decidido mantener sus programas de diversidad. Esta fragmentación dentro del sector privado estadounidense podría influir en cómo las empresas peruanas deciden abordar sus propias estrategias ESG.
José Luis Ruiz, profesor en la Universidad del Pacífico, sugiere que la influencia de las políticas de Trump en Perú dependerá del contexto específico de cada empresa. Aunque el cambio climático y otros desafíos ESG son innegables, los inversionistas seguirán preocupándose por cómo las empresas gestionan estos riesgos, independientemente de la postura del gobierno estadounidense. Esto implica que las empresas peruanas deben mantener un enfoque proactivo hacia la sostenibilidad, buscando oportunidades para mitigar riesgos y adaptarse a un entorno internacional cambiante.
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A pesar de la incertidumbre, la Unión Europea (UE) presenta un contrapunto a la postura de EE.UU. con un enfoque más robusto hacia la sostenibilidad y la regulación ambiental. Las empresas peruanas deberán considerar cómo responder a las exigencias europeas, que son significativamente más estrictas en comparación con las políticas de Trump. La competitividad en los mercados internacionales puede depender de la capacidad de las empresas peruanas para adherirse a estas regulaciones, especialmente en sectores como la agricultura y la exportación.
El futuro de la sostenibilidad empresarial en Perú no solo depende de la dirección que tome la política estadounidense, sino también de la capacidad de las empresas para adaptarse y prosperar en un contexto global que exige cada vez más responsabilidad social y ambiental. Con la próxima COP 30 en Brasil, Perú tiene la oportunidad de posicionarse como un líder en sostenibilidad en América Latina, pero para lograrlo, las empresas deben estar dispuestas a innovar y a comprometerse con prácticas ESG efectivas que trasciendan las fluctuaciones políticas.
Fuente: Gestión