“La reelección de Donald Trump ha generado profundas preocupaciones sobre el futuro de la economía mexicana. Tras conocerse el resultado, el peso mexicano se depreció significativamente, cayendo a su nivel más bajo en dos años, lo que subraya la vulnerabilidad de la economía mexicana ante la incertidumbre comercial con Estados Unidos. Este declive evidencia la fragilidad del peso frente a las políticas proteccionistas de Trump y el riesgo de posibles renegociaciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Las especulaciones sobre la imposición de nuevos aranceles o una revisión anticipada del T-MEC preocupan a los analistas, quienes temen que el sector manufacturero y automotriz, pilares de la economía mexicana, se vean afectados por incrementos en los costos de exportación. La fortaleza del dólar también ha añadido presión sobre los precios del crudo, afectando directamente los ingresos petroleros de México, una fuente vital para el balance fiscal del país. De persistir estas condiciones, podríamos observar un deterioro rápido en los balances fiscal y comercial, lo cual podría aumentar la presión sobre el peso y limitar las perspectivas de crecimiento económico.
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En este contexto, la inversión extranjera también se enfrenta a riesgos considerables. La caída reciente de la inversión fija bruta y el retraso en la ejecución de proyectos públicos agravan el panorama, ya que muchos inversores podrían optar por redirigir sus recursos hacia mercados con mayor estabilidad política y económica. Además, la administración de Trump podría adoptar medidas que afecten las remesas y aumenten las tensiones migratorias, lo cual tendría un impacto directo en millones de familias mexicanas que dependen de estos flujos.
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A pesar de estos retos, la presidenta Claudia Sheinbaum ha expresado su confianza en mantener una relación constructiva con Estados Unidos, afirmando que «no hay razón para preocuparse». Sin embargo, los mercados se mantienen cautelosos, con analistas advirtiendo que el entorno actual podría desencadenar un periodo de alta volatilidad para el peso mexicano y la economía en general. De continuar esta incertidumbre, el 2025 podría convertirse en un año difícil para México, con una economía que lucha por crecer en un contexto cada vez más desafiante, tanto interna como externamente.”
Análisis de Quásar Elizundia, Expert Research Strategist