En 1976, México dio un paso trascendental al extender su soberanía marítima a 200 millas náuticas, estableciendo una Zona Económica Exclusiva (ZEE). Esta decisión, impulsada por la necesidad de proteger sus recursos naturales y garantizar su seguridad alimentaria, posicionó a México como un líder en la gobernanza oceánica global.
Un pasado de lucha y determinación
La historia marítima de México está marcada por una constante lucha por defender su territorio y recursos. Desde el siglo XIX, el país ha enfrentado desafíos para delimitar sus fronteras marítimas y proteger sus riquezas. La pérdida de la Isla de Clipperton a principios del siglo XX fue un duro golpe que impulsó a México a redoblar esfuerzos para salvaguardar su patrimonio marítimo.
La ZEE: un tesoro nacional
La ZEE mexicana abarca un vasto territorio marino que alberga una diversidad biológica incomparable y recursos naturales de gran valor económico. Entre sus riquezas destacan:
- Hidrocarburos: Grandes reservas de petróleo y gas natural que han impulsado el desarrollo económico del país.
- Pesquerías: Una fuente de alimento y empleo para millones de mexicanos, aunque enfrenta desafíos como la sobreexplotación y la pesca ilegal.
- Minerales: Yacimientos de nódulos polimetálicos y otros minerales estratégicos con un gran potencial económico.
- Biodiversidad: Ecosistemas únicos como los arrecifes de coral, manglares y zonas de alta productividad biológica.
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Desafíos y oportunidades en el siglo XXI
Si bien la ZEE representa una enorme oportunidad para México, también plantea desafíos significativos:
- Cambio climático: El aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos y eventos climáticos extremos amenazan los ecosistemas marinos y las comunidades costeras.
- Contaminación: La descarga de desechos industriales y urbanos, así como los derrames de hidrocarburos, degradan la calidad del agua y ponen en riesgo la salud de los ecosistemas marinos.
- Pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR): Esta práctica amenaza la sostenibilidad de las pesquerías y perjudica la economía local.
Para hacer frente a estos desafíos y aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la ZEE, México debe:
- Fortalecer la investigación científica marina: Invertir en investigación para comprender mejor los ecosistemas marinos y desarrollar estrategias de manejo más efectivas.
- Mejorar la vigilancia y el control marítimo: Combatir la pesca INDNR y otras actividades ilegales en la ZEE.
- Promover la economía azul: Desarrollar actividades económicas sostenibles en el mar, como la acuicultura, el turismo marino y la energía renovable marina.
- Cooperar a nivel internacional: Fortalecer la cooperación con otros países para abordar los desafíos transfronterizos y proteger los océanos del mundo.
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La Zona Económica Exclusiva de México es un patrimonio invaluable que requiere de una gestión integral y sostenible. Al enfrentar los desafíos del siglo XXI con determinación y visión de futuro, México puede consolidar su posición como una potencia marítima y garantizar un futuro próspero para las generaciones venideras.