Desde la implementación de las políticas proteccionistas del expresidente Andrés Manuel López Obrador, México se ha visto envuelto en una pugna con Estados Unidos y Canadá, sus socios en el Tratado de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). La decisión de limitar drásticamente las importaciones de maíz genéticamente modificado, fundamentalmente por preocupaciones sobre su impacto en la salud y en la preservación de las variedades nativas de maíz, ha generado tensiones comerciales significativas.
La importancia del maíz en México:
El maíz, un alimento básico en la dieta mexicana desde tiempos prehispánicos, tiene un profundo arraigo cultural y económico en el país. México es uno de los centros de origen de esta planta, y cuenta con una gran diversidad de variedades nativas. El maíz blanco, utilizado principalmente para la producción de tortillas, es considerado un símbolo de la identidad nacional.
Sin embargo, la creciente demanda de maíz para alimentación animal y otros usos industriales ha llevado a una mayor dependencia de las importaciones de maíz amarillo transgénico proveniente de Estados Unidos. Esta situación ha generado un debate sobre la seguridad alimentaria, la protección de la biodiversidad y la soberanía alimentaria.
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Las posturas enfrentadas:
- Gobierno mexicano: Argumenta que las restricciones al maíz transgénico son necesarias para proteger la salud de los mexicanos, preservar la biodiversidad y garantizar la soberanía alimentaria. Además, sostiene que el maíz transgénico podría tener efectos negativos en la salud a largo plazo, y que su cultivo podría contaminar las variedades nativas de maíz.
- Estados Unidos y Canadá: Acusan a México de violar el T-MEC al imponer restricciones injustificadas al comercio de maíz transgénico. Argumentan que no existe evidencia científica sólida que demuestre que el maíz transgénico sea perjudicial para la salud humana o el medio ambiente. Además, señalan que estas restricciones afectan negativamente a los productores agrícolas estadounidenses y canadienses.
México espera resolución de disputa con USA sobre maíz transgénico
La resolución de esta disputa tendrá importantes implicaciones para México y para el T-MEC. El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha expresado su compromiso de proteger el maíz nativo y la soberanía alimentaria, pero también ha señalado su disposición a negociar una solución que sea mutuamente beneficiosa.
La próxima revisión del T-MEC en 2026 ofrecerá una nueva oportunidad para abordar este tema y otros desafíos comerciales. Sin embargo, las negociaciones se perfilan como complejas, ya que los intereses de los tres países socios son divergentes.
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La disputa por el maíz transgénico refleja la tensión entre la globalización y la protección de los intereses nacionales. México se encuentra ante un dilema: por un lado, debe cumplir con sus compromisos comerciales internacionales; por otro lado, debe proteger su patrimonio cultural y garantizar la seguridad alimentaria de su población. La resolución de este conflicto requerirá un cuidadoso análisis de los costos y beneficios de cada opción, así como un diálogo constructivo entre los gobiernos involucrados.