Las chispas que saltan del láser cortando metal en una fábrica mexicana son un presagio del auge que se avecina. Las crecientes tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China, sumadas a las disrupciones en las cadenas de suministro durante la pandemia de COVID-19, están impulsando un fenómeno conocido como «nearshoring» en México.
En esencia, el «nearshoring» implica la reubicación de operaciones de manufactura desde China hacia países más cercanos al mercado final, como México. Esta tendencia ha convertido al país en un destino atractivo para las empresas que buscan diversificar sus cadenas de suministro y reducir su dependencia de China.
Humberto Martínez, presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (INDEX), lo confirma: «México está viviendo un ‘boom’ del ‘nearshoring'». Su organización estima que este año se materializarán inversiones extranjeras por valor de $9 mil millones de dólares en la industria manufacturera de exportación, lo que, según él, marcará «un nuevo orden económico mundial».
¿Qué hace a México tan atractivo para las empresas que buscan reubicarse? Varios factores contribuyen a su encanto:
Mano de obra competitiva: La mano de obra mexicana es relativamente menos costosa que la de países desarrollados como Estados Unidos o China, lo que representa una ventaja significativa para las empresas.
Incentivos fiscales: El gobierno mexicano ofrece diversos incentivos fiscales para atraer inversiones extranjeras en el sector manufacturero.
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC): El T-MEC garantiza un acceso libre de aranceles al mercado estadounidense y canadiense, eliminando barreras comerciales y facilitando el comercio.
Cercanía al mercado estadounidense: México se encuentra a solo unas horas del mercado más grande del mundo, lo que reduce los costos de transporte y facilita la logística.
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México en medio de la tensión entre Estados Unidos y China
El «nearshoring» no solo presenta oportunidades económicas para México, sino que también tiene implicaciones políticas. Las dos principales candidatas a la presidencia de México en las elecciones del 2 de junio, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, han expresado su apoyo al «nearshoring» y han reconocido los beneficios que este fenómeno puede traer para el país.
El norte de México, cuna de las «maquiladoras» -fábricas que durante décadas han procesado y ensamblado materiales y componentes importados para luego enviarlos de vuelta a Estados Unidos- se encuentra en una posición privilegiada para aprovechar el auge del «nearshoring».
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El «nearshoring» se presenta como una tendencia importante con el potencial de transformar la economía mexicana en los próximos años. Es crucial que el país aproveche esta oportunidad de manera estratégica y sostenible para maximizar sus beneficios.