México consolida su liderazgo automotriz en América del Norte. El superávit comercial automotriz de México con Estados Unidos alcanzó un hito histórico en 2024, superando los 103,977 millones de dólares en los primeros nueve meses del año. Esta cifra representa un crecimiento sostenido desde 2014, con excepción del año de la pandemia, 2020.
El Consejo de Política Automotriz Estadounidense (AAPC) reconoció que este superávit, aunque significativo, no refleja del todo la realidad de la integración de la cadena de suministro automotriz en América del Norte. Dado el alto contenido estadounidense en los vehículos producidos en México y Canadá (35% y 50%, respectivamente), los déficits comerciales reales son sustancialmente menores.
El T-MEC y la Ley IRA: Impulsando un nuevo paradigma comercial
El AAPC atribuye este nuevo panorama comercial a la implementación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y la Ley para la Reducción de la Inflación (IRA). Estas políticas han generado un cambio fundamental en la dinámica comercial automotriz de la región, al elevar los estándares de contenido regional y promover la producción de vehículos eléctricos.
Antes del T-MEC, la tendencia era un crecimiento constante de las importaciones de México y un creciente déficit comercial de Estados Unidos con sus socios comerciales de América del Norte. Sin embargo, el T-MEC, al aumentar el valor de contenido regional del 62.5% al 75% para partes esenciales, ha estabilizado este déficit. La IRA, por su parte, ha incentivado la producción de vehículos eléctricos en la región, lo que ha generado nuevas oportunidades de inversión y empleo.
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Un futuro prometedor para la industria automotriz norteamericana
La consolidación de México como un líder en la producción automotriz para el mercado estadounidense representa una oportunidad para fortalecer la integración de la cadena de suministro en América del Norte. Al mismo tiempo, plantea desafíos para garantizar que los beneficios de este crecimiento se distribuyan de manera equitativa entre los tres países.
En este nuevo contexto, la industria automotriz de América del Norte se encuentra en una encrucijada. Por un lado, enfrenta la necesidad de adaptarse a las nuevas tecnologías y regulaciones, como la electrificación y la conducción autónoma. Por otro lado, debe garantizar que la transición hacia una economía más limpia y sostenible se realice de manera justa y equitativa para todos los trabajadores y comunidades.
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El superávit automotriz de México con Estados Unidos refleja una nueva realidad en el comercio de la región, marcada por una mayor integración y una creciente competitividad. El T-MEC y la IRA han sido fundamentales para impulsar este cambio, pero aún quedan desafíos por superar para garantizar un futuro próspero y sostenible para la industria automotriz norteamericana.