El creciente déficit presupuestal de México ha puesto en alerta a economistas y analistas financieros. Al cierre de 2024, la deuda pública alcanzó niveles históricos, superando los 17.3 billones de pesos, lo que representa un incremento del 10% respecto al año anterior. Esta situación ha generado una creciente preocupación sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas y la necesidad de implementar medidas correctivas.
El déficit presupuestal de 2024 es el más alto desde 1988, lo que implica un desafío significativo para la economía mexicana. Según Janneth Quiroz, directora de análisis del grupo financiero Monex, este incremento en la deuda se debe principalmente al aumento del gasto público, el cual ha superado las proyecciones iniciales.
Gabriela Siller Pagaza, directora de análisis económico del Banco Base, advierte que la persistencia de este déficit puede tener graves consecuencias para la economía mexicana. Entre los principales riesgos se encuentran:
- Deterioro de la calificación crediticia: Un mayor endeudamiento puede llevar a las agencias calificadoras a reducir la calificación crediticia de la deuda soberana de México, lo que a su vez incrementaría el costo de financiamiento para el gobierno.
- Recortes en el gasto público: Para reducir el déficit, el gobierno podría verse obligado a implementar recortes en el gasto público, afectando áreas sensibles como infraestructura, salud y educación.
- Aumento de impuestos: Ante la imposibilidad de reducir el gasto de manera significativa, el gobierno podría optar por aumentar los ingresos a través de una reforma fiscal, lo que implicaría un mayor carga tributaria para los ciudadanos y las empresas.
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La Urgencia de una Reforma Fiscal
La creciente deuda pública y la necesidad de reducir el déficit hacen cada vez más evidente la necesidad de una reforma fiscal en México. Sin embargo, la implementación de una reforma de este tipo implica un complejo proceso político y social, ya que cualquier aumento de impuestos o creación de nuevos tributos generará resistencia por parte de los contribuyentes.
Si bien el gobierno mexicano ha implementado algunas medidas para incrementar los ingresos, como los nuevos impuestos a las importaciones textiles y el arancel al comercio exterior, estas acciones son insuficientes para resolver el problema de fondo. Es necesario un plan integral que aborde las causas estructurales del déficit y que promueva un crecimiento económico sostenible a largo plazo.
Los Desafíos de una Reforma Fiscal
La implementación de una reforma fiscal en México se enfrenta a diversos desafíos:
- Resistencia política: Cualquier propuesta de reforma fiscal generará oposición por parte de diversos sectores de la sociedad, lo que dificultará su aprobación en el Congreso.
- Impacto económico: Una reforma fiscal mal diseñada puede tener efectos negativos sobre la actividad económica, al reducir el consumo y la inversión.
- Equidad: Es fundamental que una reforma fiscal sea equitativa y que no impacte de manera desproporcionada a los sectores más vulnerables de la población.
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El creciente déficit presupuestal de México representa un serio desafío para la estabilidad económica del país. La necesidad de reducir la deuda y de garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas hace cada vez más evidente la urgencia de implementar una reforma fiscal. Sin embargo, esta medida debe ser diseñada y aplicada de manera cuidadosa para evitar efectos negativos sobre la economía y la sociedad en su conjunto.