La OCDE reduce drásticamente sus proyecciones de crecimiento para México. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha emitido un nuevo informe donde revisa a la baja de manera significativa sus previsiones de crecimiento económico para México en los próximos años. Según el organismo, la economía mexicana enfrentará una desaceleración más pronunciada de lo anticipado anteriormente.
En su análisis previo, realizado en mayo, la OCDE había estimado un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de México del 2.2% para 2024 y del 2% para 2025. Sin embargo, en este nuevo reporte, estas proyecciones se han reducido drásticamente a un 1.4% y 1.2%, respectivamente. Para el año 2026, la OCDE espera una ligera recuperación, con un crecimiento estimado del 1.6%.
¿Cuáles son las razones de esta revisión a la baja?
La OCDE atribuye esta desaceleración a una combinación de factores internos y externos. Entre los principales destacan:
- Debilitamiento de la demanda interna: El consumo privado, tanto de bienes como de servicios, se ha desacelerado debido a una menor creación de empleo en el sector industrial.
- Disminución de la inversión: La culminación de grandes proyectos de infraestructura y un entorno de incertidumbre han afectado tanto a la inversión pública como a la privada.
- Presiones inflacionarias: Si bien las exportaciones mexicanas han mostrado cierta resiliencia, persisten presiones inflacionarias, especialmente en el sector servicios, lo que podría dificultar una estabilización completa de los precios.
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Recomendaciones de la OCDE
Para enfrentar estos desafíos y estimular el crecimiento económico, la OCDE recomienda una serie de medidas, entre las que destacan:
- Consolidación fiscal: Reducir el déficit público mediante una disminución en la inversión pública y ajustes en el gasto.
- Política monetaria prudente: Continuar con la disminución gradual de las tasas de interés, pero sin comprometer la meta de inflación.
- Mejora de la recaudación fiscal: Ampliar la base impositiva y mejorar la eficiencia de la administración tributaria para financiar áreas prioritarias como educación e infraestructura.
- Fomentar la inversión extranjera directa: Aprovechar las tendencias de relocalización de cadenas de suministro (nearshoring) y crear un entorno regulatorio estable y eficiente.
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A pesar de las dificultades actuales, la OCDE considera que México tiene el potencial de beneficiarse de las tendencias globales de relocalización de la producción. Sin embargo, para aprovechar estas oportunidades, es fundamental implementar políticas públicas sólidas y crear un entorno de negocios más favorable.
La OCDE ha pintado un panorama económico más desafiante para México en los próximos años. La desaceleración económica, las presiones inflacionarias y la incertidumbre son algunos de los principales retos que enfrenta el país. Para superar estos obstáculos, es necesario adoptar medidas estructurales y políticas públicas que impulsen el crecimiento económico y la creación de empleo.