La era digital llega a los pagos en México. Durante largo tiempo, la hegemonía del efectivo se erigió como un axioma incuestionable en el tejido comercial de México, desde las bulliciosas calles y los mercados tradicionales hasta las modestas tiendas de barrio. No obstante, un cambio silencioso pero significativo ha comenzado a permear el panorama transaccional del país.
Un simple recorrido por cualquier enclave urbano de Monterrey revela un fenómeno que se expande con la ubicuidad de una señal inalámbrica: un número creciente de establecimientos comerciales, que abarcan desde modestas fondas hasta concurridos puestos de tacos de barbacoa, están adoptando la aceptación de pagos con tarjetas bancarias o dispositivos móviles.
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«¿Le cargo a su tarjeta o prefiere transferencia?», inquiere con naturalidad la expendedora de quesadillas en un mercado local, señalando un compacto lector de pagos conectado a su teléfono inteligente.
Escenas como la descrita se han vuelto una constante cada vez más familiar en la vida cotidiana. Incluso en la metrópoli regiomontana, los sistemas de transporte público como las rutas de autobús, la Ecovía y el Metro han migrado exclusivamente hacia la aceptación de pagos electrónicos, ya sea mediante tarjetas o a través de la aplicación móvil Urbani.
A pesar de esta tendencia emergente, los datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024 revelan que el efectivo aún mantiene una posición dominante en las transacciones cotidianas: el 85.2% de los mexicanos continúa utilizando billetes y monedas para compras inferiores a 500 pesos, y un significativo 73.5% lo emplea incluso para pagos que superan dicho monto.
La era digital llega a los pagos en México
Sin embargo, aunque el predominio del efectivo sigue siendo palpable, la adopción de medios de pago digitales ha comenzado a ganar tracción, especialmente entre las generaciones más jóvenes y, como es natural, en los grandes centros urbanos del país.
Un claro indicador de esta transformación es el incremento en el uso de plataformas de pago electrónico. En el año 2024, el Banco de México (Banxico) reportó más de 34 millones de operaciones realizadas a través de la plataforma CoDi, y un notable crecimiento del 27% en la utilización de terminales punto de venta (TPV) en pequeños comercios.
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Aplicaciones como CoDi, Mercado Pago, Clip e incluso las transferencias bancarias a través de la popular aplicación de mensajería WhatsApp han introducido nuevas dinámicas en el panorama de los pagos.
Desconfianza hacia las aplicaciones de pago
No obstante, esta revolución digital en los sistemas de pago aún enfrenta desafíos considerables. Para que el teléfono móvil pueda desplazar de manera efectiva al efectivo, no basta con que los negocios adopten la infraestructura para procesar cobros electrónicos; es igualmente crucial que un mayor porcentaje de la población mexicana tenga acceso a cuentas bancarias, tarjetas de débito o crédito, y, fundamentalmente, que posean el conocimiento y la confianza necesarios para utilizarlos de manera segura y eficiente.
Es precisamente en este punto donde reside una brecha significativa. Según los datos de la misma ENIF 2024, aunque un 68% de la población adulta en México ya cuenta con algún producto financiero formal, el nivel de educación financiera sigue siendo relativamente bajo.
Un número considerable de personas aún manifiesta desconfianza hacia las aplicaciones de pago, teme ser víctima de fraudes electrónicos o, simplemente, desconoce el funcionamiento de los pagos digitales. Superar estos obstáculos será fundamental para consolidar la transición hacia una economía digitalizada en materia de pagos.