El cierre del año 2024 trajo consigo una noticia alentadora para los consumidores mexicanos: la inflación de la canasta básica, es decir, el conjunto de bienes y servicios esenciales para el hogar, registró su menor nivel en cuatro años. En diciembre, este indicador se ubicó en 3.80%, por debajo de la tasa general de inflación, que fue de 4.21%.
Este comportamiento favorable se explica en gran medida por la estabilización de los precios de productos de primera necesidad como los de higiene, salud y educación. Si bien los alimentos, especialmente los de origen agropecuario, continuaron ejerciendo presión al alza sobre el nivel general de precios, su impacto fue atenuado por la contención en otras categorías.
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La desaceleración de la inflación de la canasta básica representa un alivio para el bolsillo de millones de mexicanos, especialmente para aquellos pertenecientes a los estratos socioeconómicos más bajos, cuyo gasto se concentra en la adquisición de estos productos esenciales. Al disminuir el ritmo al que aumentan los precios, las familias pueden destinar una mayor proporción de sus ingresos a otros rubros como educación, salud o ahorro.
Un indicador clave para medir el bienestar económico
El índice de precios de la canasta básica es un indicador fundamental para evaluar el impacto de la inflación en el poder adquisitivo de las familias mexicanas. A diferencia de índices anteriores, este indicador considera una gama más amplia de bienes y servicios, reflejando así los patrones de consumo actuales de los hogares.
Es importante destacar que, aunque la inflación de la canasta básica ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos meses, aún se encuentra por encima del objetivo de inflación establecido por el Banco de México. Esto significa que las autoridades monetarias continuarán implementando políticas encaminadas a lograr una mayor estabilidad de precios en el mediano plazo.
Si bien la evolución de la inflación de la canasta básica es positiva, persisten diversos factores que podrían generar presiones al alza sobre los precios en el futuro. Entre ellos se encuentran la volatilidad de los precios internacionales de los alimentos, las condiciones climáticas adversas que afecten la producción agrícola, y los ajustes en las políticas fiscales y monetarias.
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La disminución de la inflación de la canasta básica en diciembre de 2024 es una señal alentadora que refleja los esfuerzos del gobierno y de las autoridades monetarias por contener el aumento general de precios. Sin embargo, es fundamental mantener una vigilancia constante sobre la evolución de este indicador y adoptar las medidas necesarias para garantizar que los beneficios de esta tendencia se extiendan a todos los sectores de la población.