El Mobile World Congress (MWC) 2025, celebrado en la vibrante ciudad de Barcelona, ha cerrado sus puertas dejando tras de sí un eco de innovación, debate y, sobre todo, una profunda reflexión sobre el papel que España y Europa deben jugar en la inminente revolución digital. Bajo el lema «Converger, Conectar, Crear», esta edición del MWC no solo ha servido como escaparate para las últimas tendencias tecnológicas, sino también como un foro crucial donde líderes, empresas y gobiernos han delineado estrategias para afrontar los desafíos y aprovechar las oportunidades que presenta un mundo cada vez más conectado e impulsado por la inteligencia artificial.
Con una asistencia que superó las 100.000 personas provenientes de 200 países y la participación de más de 2.700 empresas expositoras, el MWC 2025 se consolida como el evento cumbre del sector tecnológico a nivel global. La presencia de delegaciones de Asia y África experimentó un notable crecimiento, reflejando la expansión de la tecnología y la conectividad en estas regiones, y subrayando la importancia de una visión global e inclusiva en la era digital.
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Entre los anuncios más sonados, destacan los avances en la conducción remota, una tecnología que promete revolucionar la logística y el transporte, permitiendo operar vehículos a distancia con una precisión y seguridad sorprendentes. Empresas como Elmo Remote y Nokia demostraron cómo esta tecnología puede aplicarse en diversos escenarios, desde la gestión de flotas hasta la asistencia en situaciones de emergencia.
Asimismo, las lentes de contacto inteligentes con visión nocturna, presentadas por la innovadora startup Xpanceo, capturaron la imaginación de los asistentes, vislumbrando un futuro donde la tecnología se integra de forma natural en nuestro cuerpo, ampliando nuestras capacidades sensoriales. Los smartphones plegables también fueron protagonistas, con Huawei y Samsung presentando sus últimos modelos, el Mate XT y el Galaxy S25 Edge respectivamente, demostrando que esta categoría de dispositivos sigue evolucionando y ganando terreno en el mercado.
Xiaomi, por su parte, no se quedó atrás y deslumbró con la presentación del Xiaomi 15 Ultra, un dispositivo de alta gama que combina diseño, rendimiento y tecnología de vanguardia. Sin embargo, más allá de estos productos y prototipos futuristas, el MWC 2025 ha planteado una pregunta fundamental que resuena con especial fuerza en el contexto español y europeo: ¿Será España capaz de posicionarse como un actor clave en la revolución digital, liderando la innovación y la creación de valor, o se verá relegada a un papel secundario, dependiendo de las grandes potencias tecnológicas de Estados Unidos y Asia? Esta pregunta no solo concierne al ámbito empresarial, sino que también tiene implicaciones políticas, sociales y económicas de gran alcance.
La inteligencia artificial (IA) y el 5G fueron, sin duda, los temas estrella del MWC 2025. Li Peng, vicepresidente senior de Huawei, destacó la convergencia entre estas dos tecnologías como un factor determinante para el futuro de la conectividad y la comunicación. Según Peng, la combinación del 5G avanzado con la IA permitirá interacciones más naturales e intuitivas entre personas y máquinas, abriendo un abanico de posibilidades en campos como la robótica, la realidad virtual y aumentada, y la automatización industrial.
Las operadoras de telecomunicaciones europeas son conscientes del impacto transformador de estas tecnologías y están invirtiendo fuertemente en el desarrollo de redes más robustas y eficientes, capaces de soportar el creciente tráfico de datos y las exigencias de la IA. Telefónica, por ejemplo, presentó en el MWC su infraestructura de redes inteligentes, una plataforma que promete ofrecer una conectividad ultrarrápida, segura y flexible para empresas y usuarios. Sin embargo, la adopción masiva del 5G y la IA no solo depende de la infraestructura tecnológica, sino también de la creación de un marco regulatorio adecuado que fomente la innovación y la competencia, al tiempo que protege los derechos de los ciudadanos.
En este sentido, el MWC 2025 ha servido como plataforma para debatir sobre la necesidad de fortalecer la soberanía tecnológica europea, un concepto que hace referencia a la capacidad de Europa para controlar su propio destino digital, sin depender excesivamente de empresas o tecnologías extranjeras. Marc Murtra, presidente de Telefónica, fue especialmente contundente al respecto, afirmando que Europa no puede permitirse seguir fragmentada en el sector de las telecomunicaciones.
Según Murtra, es necesario una regulación más flexible que permita la consolidación del mercado y la creación de campeones europeos capaces de competir en igualdad de condiciones con los gigantes de Estados Unidos y Asia. Esta visión es compartida por otros líderes del sector, quienes han instado a la Comisión Europea a relajar las normas antimonopolio para facilitar las fusiones y adquisiciones entre empresas europeas.
En un contexto global marcado por la creciente rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China, la falta de un liderazgo europeo en áreas clave como la inteligencia artificial, el 5G y la computación cuántica podría tener consecuencias negativas para la competitividad y la autonomía del continente. España, con su creciente ecosistema de startups tecnológicas, su fuerte inversión en digitalización y su posición estratégica como puente entre Europa y América Latina, tiene la oportunidad de jugar un papel clave en la construcción de esta soberanía tecnológica europea. El país cuenta con talento, infraestructuras y un marco regulatorio favorable a la innovación, pero necesita una estrategia clara y ambiciosa para aprovechar al máximo su potencial.
El MWC 2025 también ha servido como escenario para destacar el papel de Barcelona como un hub global de diplomacia científica y tecnológica. La ciudad condal, que acoge el congreso desde hace más de una década, se ha convertido en un punto de encuentro para líderes, investigadores y empresarios de todo el mundo, impulsando la colaboración y el intercambio de conocimiento en áreas clave como la inteligencia artificial, la salud digital y la sostenibilidad.
La asociación SciTech DiploHub, que integra universidades, centros de investigación y empresas tecnológicas de Barcelona, juega un papel fundamental en la promoción de la diplomacia científica y tecnológica, facilitando la creación de alianzas estratégicas y la atracción de talento e inversión a la ciudad. Alexis Roig, director ejecutivo de SciTech DiploHub, destaca que la tecnología es un factor geopolítico cada vez más determinante, y que Barcelona está liderando la construcción de puentes entre ciencia, tecnología y diplomacia.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha subrayado el compromiso de la ciudad con el humanismo tecnológico, un concepto que pone en el centro de la innovación a las personas, promoviendo el desarrollo de tecnologías que sean éticas, inclusivas y sostenibles. En definitiva, el MWC 2025 ha demostrado que España tiene el potencial para ser mucho más que un simple anfitrión de la mayor cumbre tecnológica del mundo. El país tiene la oportunidad de convertirse en un referente digital a nivel global, liderando la innovación, atrayendo inversión y talento, y promoviendo un modelo de desarrollo tecnológico que sea sostenible, inclusivo y respetuoso con los derechos de las personas.
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El reto ahora es transformar este potencial en realidad, trabajando juntos el gobierno, las empresas, las universidades y la sociedad civil para construir un futuro digital próspero y equitativo para todos. Barcelona, con su ecosistema tecnológico dinámico y su vocación internacional, está llamada a jugar un papel clave en esta transformación.