La Unión Europea se enfrenta a prácticas desleales de Shein y Temu
La Unión Europea está tomando medidas para frenar el ascenso imparable de dos gigantes chinos del comercio electrónico: Shein y Temu. Estas plataformas, que han capturado una importante cuota de mercado en Europa gracias a sus precios extremadamente bajos y agresivas campañas publicitarias, se encuentran en el punto de mira de las autoridades comunitarias. Países como Italia y Alemania ya han iniciado investigaciones y están presionando para que la Comisión Europea tome medidas más estrictas contra estas empresas por presuntas prácticas desleales.
Uno de los puntos clave en el debate es la introducción de derechos de aduana para productos cuyo valor esté por debajo de los 150 euros, una frontera hasta ahora libre de impuestos. Esta propuesta se enmarca en un esfuerzo más amplio para nivelar el campo de juego entre las empresas chinas y los productores europeos, que se ven cada vez más afectados por la competencia desleal de estas plataformas.
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Una de las principales ventajas competitivas que han permitido a Shein y Temu dominar el mercado europeo es el bajo costo del transporte de sus productos. Ambos gigantes del comercio chino reciben importantes subvenciones por parte del gobierno chino para reducir los costos de envío aéreo, lo que les permite ofrecer precios que sus competidores locales simplemente no pueden igualar.
Según fuentes del diario South China Morning Post (SCMP), la Comisión Europea está evaluando la posibilidad de imponer sanciones a estas subvenciones, lo que podría debilitar una de las armas más poderosas de estas plataformas. En efecto, el despacho de productos de bajo valor desde China hacia los países de la Unión Europea ha crecido de manera exponencial en los últimos años, lo que ha alarmado a los reguladores europeos.
Durante los primeros ocho meses de 2024, el valor de estas exportaciones ascendió a 8,51 mil millones de dólares, un 61% más que hace solo dos años. Este incremento refleja la eficacia de las estrategias de estas plataformas, que han seducido a millones de consumidores europeos con ofertas irresistibles y sistemas de búsqueda optimizados.
Además de la competencia desleal, las autoridades europeas también están preocupadas por los aspectos relacionados con la seguridad de los productos importados desde China. Alemania, que es el socio comercial más importante de China dentro de la Unión Europea, ha liderado la presión para que la Comisión prohíba estas importaciones.
Sven Giegold, viceministro de Economía de Alemania, argumentó en un reciente encuentro con funcionarios europeos que «estos paquetes son una amenaza directa a los productores industriales europeos y a todas las compañías que cumplen con la ley». Según Giegold, muchos de estos productos no cumplen con las normativas europeas en materia de propiedad intelectual, protección de datos y medio ambiente, lo que les otorga una ventaja injusta sobre las empresas locales.
Este llamado de Alemania cuenta con el respaldo de otros países europeos como Francia, Polonia, Austria, Dinamarca y los Países Bajos. Estos países han solicitado a la Comisión que utilice la Digital Services Act (DSA) para investigar las «malas conductas sistemáticas» de empresas como Shein y Temu.
Otro frente en la lucha contra Shein es la investigación iniciada por la Autoridad Garante de la Competencia y el Mercado (AGCM) de Italia. Esta entidad ha puesto el foco en las campañas publicitarias de la empresa, acusándola de greenwashing, es decir, de proyectar una imagen de sostenibilidad sin realmente cumplir con los estándares ambientales.
La investigación se centra en la manera en que Shein comunica a sus consumidores que sus productos son sostenibles, utilizando términos vagos y confusos que podrían inducir a error. En respuesta, Shein ha declarado que está «preparada para cooperar abiertamente con las autoridades italianas competentes y proporcionarles la colaboración y la información necesarias para aclarar cualquier cuestión».
El greenwashing no es un problema menor para las empresas que operan en la Unión Europea, ya que cada vez más consumidores exigen transparencia y compromiso real con el medio ambiente. Las acusaciones contra Shein podrían dañar su reputación en un mercado que está cada vez más concienciado con la sostenibilidad.
Reacción de Shein y Temu ante las medidas
A pesar de la creciente presión por parte de los reguladores europeos, tanto Shein como Temu han mantenido su postura firme. En junio de 2024, Bruselas ya había solicitado a ambas empresas que proporcionaran más información sobre las medidas que habían implementado para cumplir con la DSA en aspectos como la notificación de productos ilegales, interfaces engañosas, protección de menores y transparencia en los sistemas.
Hasta el momento, no se ha tomado ninguna decisión definitiva sobre las sanciones que podrían aplicarse a estas plataformas, pero las señales son claras. Europa quiere actuar de manera más contundente contra lo que muchos ven como una amenaza para la sostenibilidad de las empresas locales.
Estados Unidos ya ha tomado medidas
Mientras Europa debate sobre el curso de acción a seguir, Estados Unidos ya ha tomado la delantera en este asunto. A principios de 2024, el gobierno estadounidense eliminó el umbral de excepciones arancelarias que permitía la importación masiva de productos de bajo coste desde China sin impuestos.
Esta medida, conocida como la ley de minimis, beneficiaba a empresas como Shein y Temu, que podían importar grandes cantidades de productos sin pagar aranceles. Según las autoridades estadounidenses, esta ley les otorgaba una ventaja injusta frente a los minoristas nacionales, que sí debían cumplir con estrictas normativas y aranceles.
El futuro de Shein y Temu en Europa es incierto, pero está claro que su modelo de negocio está siendo puesto a prueba. Como señala François Chimits, analista del Mercator Institute for China Studies, «las cadenas de suministro de bajo coste son un espacio que a menudo se pasa por alto, y en el que la UE aún debe pronunciarse».
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Con los instrumentos legales ya en marcha y la presión de países como Alemania, es probable que en los próximos meses veamos importantes cambios en las normativas que regulan el comercio electrónico en Europa.
«Lo importante», concluye Chimits, «es que las normas sean legítimas y no discriminatorias, ya que esto no debe confundirse con una guerra comercial».