La compra inversa como método efectivo para reducir el desperdicio alimentario
El desperdicio de alimentos es un problema global que afecta tanto al medio ambiente como a la economía. Cada año, millones de toneladas de comida terminan en la basura, lo que representa no solo una pérdida de recursos valiosos, sino también un impacto ambiental significativo. En España, en 2023, se desperdiciaron aproximadamente 2.895 millones de toneladas de alimentos, lo que equivale al 17% de los alimentos destinados al consumo humano. Ante esta preocupante cifra, han surgido diversas estrategias para minimizar este desperdicio, entre las que destaca la tendencia de la «compra inversa».
La «compra inversa» es una técnica sencilla pero efectiva que ayuda a reducir el desperdicio alimentario al mismo tiempo que ahorra tiempo y dinero. Esta técnica se basa en revisar primero lo que ya se tiene en la despensa, la nevera y el congelador antes de hacer la compra. Al conocer qué productos ya están disponibles en casa, se evita comprar de más, especialmente alimentos frescos que tienen una vida útil limitada. Con cada alimento que se desperdicia, también se pierden los recursos empleados para su producción, como el agua y la energía, lo que agrava el impacto ambiental.
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La clave para aprovechar al máximo la compra inversa es la planificación. Hacer una lista de la compra basada en lo que ya se tiene y en las necesidades reales del hogar es esencial para evitar compras innecesarias. Según el Ministerio de Agricultura de España, el 80% del desperdicio alimentario que se genera en los hogares corresponde a productos que nunca fueron utilizados, mientras que el 20% restante son sobras de recetas preparadas. Esto muestra la importancia de planificar correctamente no solo las compras, sino también los menús semanales.
Una de las formas más efectivas de reducir el desperdicio es optar por frutas y verduras de temporada, que no solo son más económicas, sino que también tienen una mayor disponibilidad. Además, aprovechar ofertas y cupones de descuento, así como preparar recetas caseras, puede optimizar el presupuesto familiar y evitar el desperdicio. La cadena de supermercados Día, por ejemplo, ha lanzado el programa «Comer mejor cada día», que incluye un decálogo con recomendaciones para planificar menús saludables y económicos.
Además de la planificación, es fundamental conocer cómo conservar los alimentos de manera adecuada. El almacenamiento correcto puede prolongar la vida útil de muchos productos, lo que ayuda a evitar que terminen en la basura. Congelar alimentos en porciones pequeñas, como verduras y hortalizas, es una excelente manera de asegurarse de que siempre estén disponibles para futuras recetas. También se pueden utilizar restos de hortalizas para preparar cremas, sopas o guisos, maximizando su aprovechamiento.
Otro truco útil es reutilizar alimentos cocinados, como pasta, arroz o legumbres, en nuevas preparaciones. Estos productos pueden transformarse en ensaladas, patés o incluso bases para otras recetas, lo que reduce significativamente el desperdicio en el hogar. La cocina de aprovechamiento no solo es buena para el bolsillo, sino también para el medio ambiente.
Grandes cadenas de supermercados están tomando medidas para combatir el desperdicio alimentario. En particular, Día ha implementado varias iniciativas en el marco de su Plan de Sostenibilidad 2024-2025, «Cada día cuenta». Este plan tiene como objetivo reducir el desperdicio en un 30% para el año 2030, mediante la prevención, redistribución y valorización de alimentos. En 2023, la compañía logró disminuir en un 32% su nivel de desperdicio en comparación con el año anterior, lo que equivale a 7.871 toneladas de alimentos no desperdiciados.
La estrategia de Día se basa en adaptar su modelo logístico a las necesidades específicas de cada tienda y producto. Esto significa que los envíos desde los almacenes se personalizan según lo que requiere cada establecimiento, lo que ayuda a evitar el exceso de stock. Además, en las tiendas, se supervisa la caducidad de los productos para promover la venta de aquellos que están cerca de su fecha de vencimiento, garantizando al mismo tiempo su calidad y seguridad.
Aunque las empresas juegan un papel importante en la reducción del desperdicio alimentario, los consumidores también tienen una responsabilidad clave. La educación y la sensibilización son fundamentales para fomentar hábitos de consumo responsables. A medida que más personas se conciencian sobre la importancia de no desperdiciar alimentos, la tendencia de la «compra inversa» y otras estrategias similares se vuelven más populares.
Javier López Calvet, director de Sostenibilidad de Día España, subrayó que «la lucha contra el desperdicio alimentario es un desafío global que requiere de una acción colectiva». En este sentido, la compañía ha asumido el compromiso de facilitar a los hogares la adopción de hábitos responsables, promoviendo la planificación consciente y el consumo sostenible. Este enfoque no solo beneficia al medio ambiente, sino que también ayuda a las familias a optimizar su gasto en alimentos.
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La «compra inversa» es una herramienta eficaz para reducir el desperdicio alimentario en los hogares. Al revisar primero lo que se tiene antes de hacer la compra, se evita la acumulación innecesaria de alimentos, lo que no solo ahorra dinero, sino que también tiene un impacto positivo en el medio ambiente. Además, la planificación, el almacenamiento adecuado y la reutilización de alimentos son claves para optimizar el consumo en el hogar.
Las empresas, por su parte, también están tomando medidas para reducir el desperdicio a lo largo de toda la cadena de valor. Sin embargo, es crucial que tanto consumidores como compañías continúen trabajando juntos para abordar este problema global. Con pequeñas acciones cotidianas, como la compra inversa, es posible marcar una gran diferencia en la lucha contra el desperdicio alimentario.