La automoción en España apuesta por talento tecnológico pese a despidos globales
El sector de la automoción en España se encuentra en un momento clave de transformación y crecimiento, a pesar de los desafíos globales que enfrentan los grandes fabricantes. Según la Guía del Mercado Laboral 2024 elaborada por el grupo Hays, el 78% de las empresas automovilísticas en España planean aumentar su plantilla este año, superando ampliamente la media global del sector, que se sitúa en el 64%. Este optimismo contrasta con los recientes anuncios de despidos a nivel mundial en empresas como Audi, Nissan, Dacia y Ford, evidenciando que España podría estar en una posición estratégica para capitalizar la transición hacia la movilidad sostenible.
La industria automotriz está experimentando un cambio estructural, y con él, las habilidades requeridas por las empresas también han evolucionado. Los perfiles más solicitados incluyen ingenieros eléctricos, ingenieros de desarrollo de software y expertos en tecnologías de la información (TI). Estas áreas son fundamentales para impulsar el desarrollo de vehículos eléctricos, autónomos y conectados, así como para implementar procesos de fabricación basados en la Industria 4.0.
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Además, la presión para cumplir con los estrictos objetivos medioambientales de la Unión Europea ha llevado a las empresas a buscar especialistas en sostenibilidad y tecnologías limpias. Este enfoque no solo responde a las normativas actuales, sino que también refuerza la competitividad de las empresas españolas en el mercado global.
Por otro lado, los perfiles asociados a la fabricación y mantenimiento de vehículos de combustión están disminuyendo en demanda, una tendencia impulsada por la automatización de procesos y la transición hacia sistemas de movilidad más sostenibles.
España como hub de movilidad eléctrica
El panorama para España es prometedor. El sector automovilístico representa aproximadamente el 10% del PIB nacional y el 18% de las exportaciones totales, generando alrededor de 2 millones de empleos directos e indirectos. Según Hays, el país cuenta con una sólida base industrial, infraestructuras desarrolladas y una creciente oferta de profesionales cualificados.
Un ejemplo de esta apuesta es la industria auxiliar de la automoción, que ha recibido más de 922 millones de euros a través del Perte VEC (Vehículo Eléctrico y Conectado), financiado con los fondos Next Generation EU. Este programa, que hasta la fecha ha distribuido el 74,28% de sus recursos al sector, busca posicionar a España como un referente en movilidad eléctrica a nivel europeo.
A pesar del potencial industrial y de la creciente demanda de personal, España enfrenta un obstáculo significativo: la fuga de talento. Según datos de Hays, cada año emigran cerca de 100.000 profesionales cualificados en tecnología, ingeniería y ciencias. Esta tendencia responde principalmente a las diferencias salariales con otros países europeos y a la búsqueda de mejores condiciones laborales.
Este éxodo afecta especialmente a los sectores más tecnológicos, donde la oferta no logra cubrir la creciente demanda. Sin embargo, la solución no pasa solo por aumentar los salarios. Según la guía, el 50% de los profesionales cualificados valora un paquete de beneficios atractivo, el 38% destaca la importancia de las oportunidades de desarrollo profesional, y el 63% prioriza un ambiente de trabajo positivo.
Las empresas españolas deben adoptar un enfoque integral para atraer y retener talento. Esto incluye iniciativas de formación continua y reciclaje de las plantillas actuales, esenciales para garantizar que los trabajadores puedan adaptarse a los rápidos cambios tecnológicos y de mercado.
La transición hacia vehículos eléctricos y autónomos está transformando la cadena de valor de la automoción. Este cambio afecta tanto a fabricantes como a proveedores, quienes deben adaptarse a nuevas tecnologías y procesos. España, con su sólida base industrial y su capacidad de innovación, tiene una oportunidad única para liderar esta transformación.
Los fondos europeos, combinados con políticas públicas favorables y la inversión privada, están jugando un papel crucial en este proceso. Por ejemplo, se han anunciado proyectos de gigafactorías de baterías y alianzas estratégicas con empresas internacionales para desarrollar tecnologías avanzadas.
Sin embargo, esta evolución también implica retos significativos. La automatización de procesos y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles podrían generar desplazamientos laborales en ciertas áreas, subrayando la importancia de programas de reciclaje profesional y de upskilling.
El informe de Hays pone de manifiesto que el sector de la automoción en España está bien posicionado para afrontar los desafíos de la próxima década. La combinación de un mercado laboral en expansión, una base industrial sólida y el apoyo de los fondos europeos ofrece una perspectiva optimista.
No obstante, para aprovechar plenamente estas oportunidades, España debe abordar de manera prioritaria la fuga de talento. Esto requiere no solo mejorar las condiciones laborales, sino también promover un entorno que valore el desarrollo profesional y ofrezca estabilidad a largo plazo.
La automoción es un pilar clave de la economía española, y su éxito dependerá en gran medida de la capacidad de las empresas para adaptarse a las nuevas demandas del mercado, tanto en términos tecnológicos como humanos.
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A pesar de los vientos en contra que enfrenta la industria automovilística global, España parece estar navegando hacia un horizonte prometedor. La creciente demanda de perfiles tecnológicos, el apoyo institucional y el potencial industrial colocan al país en una posición estratégica.
Sin embargo, el éxito dependerá de cómo se gestionen los desafíos asociados a la retención del talento y a la transición hacia nuevas tecnologías. Con las estrategias adecuadas, España podría no solo consolidarse como un hub de movilidad eléctrica, sino también liderar la innovación en el sector automotriz europeo.