La industria del aceite de oliva español se enfrenta a un entorno complejo y desafiante en el mercado estadounidense, donde las disputas comerciales han llevado a la imposición de aranceles que afectan su competitividad. Desde que Donald Trump instauró un arancel del 25% sobre productos como la aceituna negra en 2018, seguido de su ampliación al aceite de oliva y la aceituna verde en 2019, las empresas españolas han tenido que adaptarse a un panorama de incertidumbre. Aunque la administración Biden retiró estas tasas en 2021, el sector se ha movilizado para mitigar el riesgo de futuras restricciones. En este sentido, varias empresas españolas, como Acesur, Dcoop y Borges, han tomado la iniciativa de establecer plantas de envasado en Estados Unidos, con el fin de sortear los efectos adversos que podrían surgir de nuevas tarifas comerciales.
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La apertura de una planta de envasado en Suffolk, Virginia, por parte de Acesur, refleja un cambio estratégico hacia la producción local. Con ya una sólida presencia en el país, con almacenes en varios estados, esta medida no solo busca reducir costes de importación, sino que también procura fortalecer la marca en un mercado cuyo consumo de aceite de oliva continúa en ascenso. Deoleo, otra figura clave en el sector y propietaria de marcas reconocidas como Bertolli y Carbonell, está explorando la posibilidad de establecer alianzas con socios locales para envasar su producto en EE. UU. Estas acciones apuntan a asegurar el acceso continuo a un mercado crítico para el aceite español, que ha visto un crecimiento significativo en su demanda.
La posición del aceite español en el mercado estadounidense ha ido ganando terreno, convirtiéndose en el segundo mayor mercado de exportación tras Italia. Este crecimiento es impulsado no solo por la expansión de las empresas, sino también por un aumento en las exportaciones que ha alcanzado cifras récord. En 2024, las exportaciones de aceite de oliva superaron los mil millones de euros, un incremento del 58% respecto al año anterior, evidenciando un cambio notorio en la dinámica del mercado. Sin embargo, este crecimiento no ha venido exento de desafíos. A pesar de que el volumen de ventas se incrementó en un 14%, el aumento en la facturación se debe principalmente a la elevación de precios, la cual, si bien es positiva para los ingresos, también plantea interrogantes respecto a la sostenibilidad de la demanda a largo plazo.
Un aspecto importante que se ha puesto de manifiesto en este contexto es que, por primera vez, el aceite español ha alcanzado un precio medio superior al aceite italiano en el mercado estadounidense. Según datos del Departamento de Comercio de EE. UU., en el primer semestre de 2024, el aceite español promedió 8,81 euros por kilo, frente a los 8,62 euros del italiano. Este despertar en la percepción del valor del aceite español se ha visto acompañado de una mejora en la calidad de los productos ofrecidos, lo que ha contribuido a su reputación positiva entre los consumidores americanos. Sin embargo, la presión sobre los precios también conlleva su propio conjunto de riesgos, ya que podría afectar la accesibilidad de los productos para ciertos segmentos del mercado.
Con el próximo anuncio de nuevas medidas arancelarias el 2 de abril, la incertidumbre continúa. Los líderes del sector, como Rafael Picó de Asoliva, sugieren que el impacto real del arancel dependerá de cómo se aplique y a qué productos se dirija. La posibilidad de un arancel discriminatorio que afecte únicamente a los productos de la Unión Europea podría comprometer la competitividad del aceite español en comparación con otros mercados exportadores que no se verían afectados por la misma medida. Picó aclara que, si los aranceles se aplican de forma homogénea a todos los exportadores, la pérdida de competitividad sería mínima, dado que todos los jugadores del mercado tendrían que lidiar con el mismo costo adicional, que sería trasladado al consumidor final.
Además, un análisis sobre el consumo en Estados Unidos muestra que el país representa un mercado clave para las exportaciones españolas, ya que actualmente importa aproximadamente el 99% del aceite que consume. Esta dependencia del producto extranjero, combinada con una creciente apreciación de los consumidores por el aceite de oliva, sugiere que la demanda seguirá robusta, apresurándose a llenar el vacío que deja la escasa producción local. Las empresas que logren establecerse y adaptarse rápidamente a las condiciones cambiantes del mercado estarán mejor posicionadas para capitalizar esta tendencia.
No obstante, el futuro del aceite español en EE. UU. también dependerá de factores externos, como la estabilidad política y las relaciones comerciales entre los países involucrados. Las negociaciones diplomáticas pueden influir directamente en la implementación de aranceles y regulaciones que afecten el comercio agroalimentario. La necesidad de un enfoque unificado entre las empresas y las autoridades españolas es crucial para proteger y promover los intereses del sector. La industria del aceite de oliva se encuentra en un momento decisivo y, para asegurar su crecimiento, será necesario que las empresas formulen estrategias proactivas que no solo permitan responder a los desafíos actuales, sino que también les ayuden a establecer un posicionamiento sólido a largo plazo en el mercado estadounidense.
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La industria del aceite de oliva español está atravesando un proceso de transformación significativo en su estrategia de mercado ante la amenaza de aranceles en EE. UU. Las empresas están adaptando sus operaciones mediante la apertura de plantas de envasado en el país y la búsqueda de alianzas locales para asegurar su competitividad en un mercado que valora cada vez más la calidad y la disponibilidad del aceite de oliva. El futuro del aceite español en EE. UU. dependerá de cómo se gestionen los aranceles previstos y de la capacidad de las empresas para innovar y responder a las necesidades de un consumidor estadounidense en crecimiento, pero se prevé que el sector seguirá buscando oportunidades para fortalecer su presencia en este mercado estratégico.