El auge de la marca blanca: impacto en los supermercados y marcas
El paisaje de los supermercados ha experimentado un cambio notable en los últimos años, con un creciente protagonismo de las marcas blancas en detrimento de las grandes marcas como Coca-Cola, Danone o Bimbo. Anteriormente, la creencia de que las marcas líderes ofrecían una calidad superior llevaba a muchos consumidores a elegirlas sin dudarlo. Sin embargo, esta percepción ha ido cambiando con el tiempo, y las marcas blancas de los supermercados han ganado terreno, convirtiéndose en referentes del mercado y desplazando a las marcas tradicionales de su posición privilegiada en la mente de los consumidores.
La estrategia de las cadenas de supermercados de potenciar sus marcas propias ha dado sus frutos, y hoy en día, productos como Hacendado de Mercadona, Deliplus de la misma cadena, o Cien de Lidl, son reconocidos por su calidad y su precio competitivo. Incluso Grupo DIA ha impulsado su marca blanca, incorporando las siglas DIA en todos sus productos, como la famosa DIA láctea. Esta tendencia ha sido impulsada tanto por la calidad cada vez mayor de los productos de marca blanca como por la situación económica, con un encarecimiento del coste de la vida que ha llevado a los consumidores a buscar opciones más económicas.
Sin embargo, este auge de la marca blanca no ha sido positivo para todas las partes involucradas en el mercado. Las grandes marcas de alimentación tradicionales, con décadas de historia a sus espaldas, han visto cómo sus cifras de ventas caen y se ven obligadas a tomar medidas drásticas, como despidos en sus plantas de producción. Empresas como Danone, Bimbo o Coca-Cola han anunciado recientemente despidos en sus plantas españolas, atribuyendo estos recortes de personal a los cambios en los hábitos de consumo de los clientes y a la reducción de la productividad.
Aunque los consumidores han optado por la marca blanca en busca de precios más bajos, la situación también está influenciada por el encarecimiento generalizado de los alimentos y productos básicos, que ha sido constante desde el inicio de la guerra de Ucrania en 2022. A pesar de las medidas tomadas por el Gobierno para frenar la inflación, como la eliminación del IVA en ciertos productos básicos, muchos consumidores continúan buscando opciones más económicas, lo que beneficia a las marcas blancas de los supermercados.
El éxito de Mercadona en particular destaca en este panorama. La estrategia de la cadena de rebajar el precio de 500 productos, la mayoría de ellos de su marca blanca, ha sido clave para mantener su posición como el supermercado favorito de los españoles. Esta iniciativa ha tenido un efecto dominó en el sector, impulsando a otras cadenas a seguir su ejemplo y reducir los precios de sus productos. Según el informe de Kantar sobre el ranking de supermercados, la cuota de mercado de Mercadona ha aumentado significativamente, llegando a casi el 30%.
A nivel general, se espera que el auge de la marca blanca continúe en 2024, como consecuencia del aumento de la inflación y el encarecimiento del coste de la vida. Los consumidores seguirán priorizando los precios bajos y las promociones, lo que beneficiará a las marcas propias de los supermercados. Sin embargo, este cambio en los hábitos de consumo ha tenido un impacto negativo en las grandes marcas, que se enfrentan a desafíos importantes para mantener su viabilidad en un mercado cada vez más competitivo.
En última instancia, aunque los consumidores tienen el poder de decidir qué productos comprar, no se puede responsabilizar exclusivamente a ellos de los desafíos que enfrentan las grandes marcas. La situación económica y los cambios en el mercado también juegan un papel crucial en la evolución del sector de la distribución alimentaria.