Las proyecciones económicas para 2025 revelan un panorama preocupante en el consumo, ya que el 69% de las marcas en España no espera incrementar su cuota de mercado, según un informe de ISPD. Esta situación contrasta drásticamente con el rebote post-pandemia que se observó en 2022, cuando las expectativas de crecimiento eran optimistas.
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Actualmente, el contexto se asemeja más a las condiciones de 2021, con solo un 31% de las marcas logrando aumentar su presencia en el mercado, lo que se traduce en un descenso del 8% en las visitas a los comercios durante la temporada navideña. Este estancamiento puede atribuirse a factores como la disminución del poder adquisitivo y una evolución en los valores sociales de los consumidores, quienes se muestran más críticos y selectivos en sus decisiones de compra.
El comportamiento de los consumidores ha cambiado significativamente, priorizando la calidad y sostenibilidad sobre las necesidades básicas. La nueva mentalidad de compra está impulsada por el deseo de una conexión más profunda con las marcas, especialmente aquellas que representan un estilo de vida alineado con principios éticos y causas sociales. Este cambio de enfoque conlleva una redistribución del gasto, donde las marcas enfocadas en productos cotidianos enfrentan un mayor desafío, a diferencia de aquellas que ofrecen experiencias y entretenimiento, que muestran mejores perspectivas de crecimiento.
En este contexto de transformación, las marcas tienen la oportunidad de reinventarse. Según Sara de Dios, Directora de Business Intelligence en ISPD, es vital que las empresas reconsideren su rol en la vida de los consumidores, adaptándose a un entorno en el que han cambiado las expectativas. Las marcas deben evolucionar desde ser meros proveedores de productos a convertirse en plataformas que empoderan a los consumidores, aportando valor más allá de la transacción comercial. Este enfoque exigirá un entendimiento profundo de las necesidades de los consumidores, lo que les permitirá forjar relaciones auténticas y duraderas con su público.
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El año 2025 representa un momento crucial para las marcas, que deberán afrontar retos significativos. Sin embargo, quienes logren adaptarse a los nuevos valores del consumidor y ofrecer una experiencia integral y alineada con sus principios tendrán la posibilidad de no solo sobrevivir, sino también prosperar en un mercado que, a pesar de su complejidad, presenta oportunidades valiosas para aquellos dispuestos a reinventarse y conectar de manera genuina.