La multinacional mexicana busca optimizar su estructura mediante un ERE que afectará a más de 350 empleados, mientras presenta un plan de reindustrialización en Valladolid.
Una reestructuración que impacta en varias regiones clave
Grupo Bimbo, uno de los gigantes mundiales en el sector de la alimentación, ha puesto en marcha un proceso de transformación integral en su filial española que no pasa desapercibido. La compañía ha anunciado a los sindicatos la intención de ejecutar un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a aproximadamente 352 trabajadores en varias comunidades autónomas, principalmente en Castilla y León, Madrid y la Comunidad Valenciana.
Este movimiento se suma a las múltiples reestructuraciones que Bimbo ha llevado a cabo en años recientes, cerrando varias fábricas en diferentes localidades españolas. La medida, que ya ha provocado reactivos de sindicatos y actores sociales, responde a la necesidad de adaptarse a un mercado cada vez más exigente, donde la eficiencia y la rapidez en la logística son indispensables.
Contexto actual del sector y decisiones estratégicas de Bimbo
La decisión de la multinacional mexicana llega tras un período marcado por cambios estructurales en la industria alimentaria, impulsados por nuevas tendencias en el consumo, mayor demanda de productos sostenibles y soluciones logísticas más flexibles y ecológicas. La compañía argumenta que estos despidos son necesarios para consolidar sus marcas y mejorar su operativa ante la realidad de un mercado altamente competitivo.
El proceso de reestructuración contempla, además de los despidos, una revisión profunda de la estructura productiva en varias plantas españolas, con especial énfasis en Valladolid, donde Bimbo planea lanzar un ambicioso plan de reindustrialización. La estrategia busca potenciar la producción local, crear empleos y fortalecer la presencia de la marca en el mercado.
La situación laboral y el papel de los sindicatos
El anuncio ha generado alarma en los sindicatos, que consideran que los despidos no están justificadamente sustentados en la situación económica real de la compañía. Desde CCOO Industria han manifestado su rechazo a la medida, calificándola de “caprichosa” y motivada exclusivamente por la búsqueda de mayores beneficios a costa del empleo de los trabajadores.
Para el sindicato, la compañía ha demostrado en los últimos años una tendencia a reducir la plantilla y los empleos autónomos en su red comercial. La compra de Panrico en 2018 fue un punto de inflexión, ya que desde entonces, la plantilla relacionada con ventas y distribución ha mermado significativamente. Solo en 2024, cerca de 240 puestos en ese departamento fueron eliminados en un expediente similar, sin que la situación económica de la empresa justificara estos recortes.
Las negociaciones entre la dirección y los representantes sindicales están en marcha. La primera reunión, celebrada el 28 de abril, coincidió con un período de silencio digital sindical conocido como «apagón digital». Hasta ahora, han tenido lugar dos encuentros, y una tercera está prevista para el 14 de mayo, en la que Bimbo continúa presentando la documentación necesaria para definir las condiciones del ERE.
Sobre las inversiones y el impacto económico de Bimbo en España
A pesar de los despidos anunciados, Grupo Bimbo continúa expandiéndose internacionalmente y mantiene su presencia en 35 países, operando a través de 227 fábricas y más de 1.500 centros de venta en todo el mundo. Sus resultados financieros del primer trimestre de 2025 muestran una realidad mixta: mientras la ganancia neta descendió un 26,6 %, situándose en aproximadamente 90 millones de dólares, las ventas totales experimentaron un crecimiento del 10,8 %, alcanzando los 5,27 mil millones de dólares.
El crecimiento en áreas como Europa, Asia y África, donde las ventas aumentaron un 22,3 %, evidencia que la firma continúa fortaleciendo su presencia global, a pesar de los retos internos y las tensiones laborales en España.
En España, Bimbo mantiene varias plataformas de producción distribuidas en ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Bilbao, Solares, Medina del Campo, Guadalajara, Paterna, Puente Genil y Agüimes, tanto en la península como en las Islas Canarias. También tiene operaciones en Portugal, en ciudades como Sintra y Albergaria, confirmando su apuesta por la presencia en la región ibérica.
La ambiciosa estrategia en Valladolid y el plan de reindustrialización
Entre las principales noticias relacionadas con la reestructuración de Bimbo en España destaca su compromiso con Valladolid, donde plantea un plan de reindustrialización. Se trata de un movimiento estratégico que busca no solo reducir costos, sino también potenciar la producción local, crear empleo y adaptarse a las nuevas demandas del mercado.
Este plan de Valladolid forma parte de una estrategia mayor de la compañía para reorganizar su red industrial y optimizar la cadena de suministro. La reindustrialización en esta ciudad sería un centro neurálgico para reforzar su presencia en Castilla y León y reducir la dependencia de otras plantas cerradas en años recientes.
Reacciones y perspectivas para el futuro
Las voces sindicales, por su parte, mantienen una postura crítica y exigen explicaciones más claras sobre los motivos y la duración prevista de estos despidos. Desde CCOO y otros representantes laborales se ha reclamado un proceso transparente y se ha enfatizado que la compañía, a pesar de los desafíos, ha tenido un buen rendimiento económico en los últimos años.
Por otro lado, el grupo Bimbo parece apostar por su crecimiento internacional y la innovación en sus modelos de negocio, con nuevas inversiones en áreas estratégicas y planes para ampliar su cuota de mercado en diferentes regiones del mundo.
Reflexión final: ¿Qué significa esta reestructuración para los trabajadores y el mercado?
El proceso de despidos y reindustrialización refleja una tendencia global en muchas industrias, donde la búsqueda por mayor eficiencia y rentabilidad genera conflictos laborales y debates sobre la sostenibilidad del empleo. En el caso de Bimbo en España, el reto será equilibrar la necesidad de adaptarse a un mercado cambiante con la protección de los derechos laborales y la generación de empleo estable en las regiones afectadas.
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El desafío está también en cómo la empresa comunica estas decisiones y cómo impactan las comunidades locales, especialmente en ciudades como Valladolid, donde la reindustrialización puede marcar un antes y un después en la economía regional.