Benetton, el reconocido grupo italiano de moda, está llevando a cabo una profunda reestructuración a nivel global en respuesta a una devastadora pérdida de 230 millones de euros durante 2023. Como parte de este proceso, la empresa ha decidido cerrar su planta de producción en Nis, Serbia, que emplea a 950 trabajadores. Este anuncio se produce en un contexto de severa crisis financiera que ha llevado a Benetton a implementar drásticos cambios en su operación y estructura, particularmente en Europa. Además del cierre en Serbia, la compañía cerró 30 tiendas en España el mes pasado, reflejando una tendencia preocupante en su rendimiento comercial.
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La planta de producción en Serbia, que ha estado en funcionamiento durante 15 años, cerrará sus puertas en abril. Dragoslav Pavlović, alcalde de Nis, ha confirmado que esta decisión proviene de los problemas financieros que enfrenta Benetton a nivel internacional. La compañía se ha comprometido a mantener un diálogo abierto con las autoridades serbias respecto a las obligaciones contractuales y legales con los empleados, pero el cierre es una señal clara de la grave situación que atraviesa el grupo. Este movimiento no solo afecta a los trabajadores de la planta, sino que también marca un cambio significativo en la estrategia de producción de Benetton.
En paralelo a la reducción de su presencia física en mercados como España, la compañía también ha comenzado a implementar una reestructuración de su red comercial, eliminando aquellas tiendas que no son rentables. Esta iniciativa se enmarca dentro de la nueva dirección estratégica trazada por el CEO Claudio Sforza, quien tomó el mando en mayo de 2024. Sforza tiene como objetivo reducir las pérdidas a un máximo de 60 millones de euros para finales de 2025 y alcanzar el equilibrio financiero para 2026, lo que implicará el cierre de hasta 500 tiendas en todo el mundo, lo que representa aproximadamente el 14% de su red comercial actual.
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La situación de Benetton es un reflejo de los desafíos que enfrenta el sector de la moda, donde muchas empresas luchan por adaptarse a un mercado global en constante cambio. La pérdida de posicionamiento que ha experimentado Benetton a lo largo de los años ha obligado a la marca a reconsiderar su modelo de negocio y a centrarse en una operación más rentable y sostenible. La reestructuración de su red de tiendas y la disminución de su producción son pasos necesarios que buscan restaurar la viabilidad de la marca, pero también dejan en el camino la incertidumbre para los empleados y la comunidad en las regiones más afectadas.