Un nuevo escenario de incertidumbre económica para la región, la reciente reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos ha generado una ola de incertidumbre en América del Sur, donde las economías regionales enfrentan el desafío de adaptarse a una nueva dinámica comercial, geopolítica y financiera. El endurecimiento de las políticas proteccionistas, la reconfiguración de alianzas internacionales y el fortalecimiento del dólar estadounidense son solo algunos de los factores que podrían redefinir el panorama económico en países como Colombia, Perú, Ecuador y Chile.
Ignacio De Angelis, Vicedecano del área de empresa de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), analiza el impacto de esta coyuntura en sectores clave como la tecnología, la energía y la defensa, y cómo los países sudamericanos pueden navegar en este entorno incierto.
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El impacto de las políticas proteccionistas en América del Sur
Uno de los aspectos más preocupantes de la reelección de Trump es la posible imposición de aranceles generalizados, que podrían alcanzar el 20% en algunos productos importados a Estados Unidos. Esta medida afectaría directamente a las economías sudamericanas, especialmente aquellas con tratados de libre comercio con EE.UU., como Colombia, Chile y Perú.
Estos países han basado gran parte de su estrategia exportadora en el acceso preferencial al mercado estadounidense. Sin embargo, con un nuevo enfoque proteccionista en la Casa Blanca, los sectores productivos sudamericanos podrían enfrentar serios obstáculos para mantener su competitividad. Las exportaciones de productos como el café colombiano, los minerales peruanos y el cobre chileno podrían sufrir importantes retrocesos.
En respuesta, estas naciones han fortalecido sus relaciones comerciales con la Unión Europea y China, diversificando sus mercados para mitigar el impacto de posibles restricciones comerciales impuestas por EE.UU.
La relación de América del Sur con China: una encrucijada diplomática
Uno de los mayores retos para los países sudamericanos en este nuevo contexto será la gestión de sus relaciones con China. Durante su primer mandato, Trump adoptó una postura hostil hacia el gigante asiático, lo que generó tensiones comerciales y políticas a nivel global. En este segundo período, podría intensificarse la presión sobre los gobiernos sudamericanos para limitar sus lazos con China.
Chile, por ejemplo, cuenta con un tratado de libre comercio con China y ha sido un destino clave para las inversiones chinas en sectores como la minería y la tecnología. Perú también ha reforzado su relación con China, particularmente a través de proyectos de infraestructura como el megaproyecto del puerto de Chancay. Ecuador, en medio de una crisis económica y financiera, firmó un tratado de libre comercio con China en 2023, lo que ha intensificado su dependencia de los capitales chinos.
Frente a la presión estadounidense, estos países enfrentarán el desafío de equilibrar sus relaciones internacionales sin comprometer su estabilidad económica. La Unión Europea, que también busca fortalecer su presencia en la región, podría convertirse en un aliado estratégico para diversificar las opciones comerciales.
Volatilidad financiera y efectos en las monedas regionales
El regreso de Trump también podría generar volatilidad en los mercados financieros globales. La posibilidad de una guerra comercial más agresiva y la incertidumbre en torno a las políticas monetarias de la Reserva Federal podrían provocar fluctuaciones en los tipos de cambio en América del Sur.
Desde la victoria de Trump en 2024, el peso colombiano ha sufrido una devaluación significativa, alcanzando niveles no vistos en dos años. De manera similar, el sol peruano y el peso chileno han mostrado signos de inestabilidad ante la posibilidad de una menor demanda estadounidense por sus exportaciones.
Si la Reserva Federal opta por mantener tasas de interés altas para contener la inflación en EE.UU., el dólar podría fortalecerse aún más, encareciendo el servicio de la deuda externa de los países sudamericanos y generando presión sobre sus reservas internacionales.
Estrategias para la adaptación empresarial y el crecimiento económico
En este desafiante panorama, las empresas de Colombia, Perú, Ecuador y Chile deberán adoptar estrategias proactivas para mantener su competitividad y reducir la dependencia del mercado estadounidense. Algunas de las medidas clave incluyen:
- Diversificación de mercados: Fomentar exportaciones hacia Europa, Asia y otros mercados emergentes puede ser una solución viable para compensar la pérdida de acceso preferencial a EE.UU.
- Inversión en tecnología e innovación: Mejorar la productividad y eficiencia a través de tecnologías emergentes será crucial para mantener la competitividad en el nuevo entorno global.
- Alianzas estratégicas: Fortalecer los lazos comerciales y de inversión con socios regionales y globales ayudará a mitigar los impactos negativos de la política proteccionista estadounidense.
- Gestón de riesgos financieros: Diseñar estrategias para protegerse contra la volatilidad cambiaria y las fluctuaciones de los mercados internacionales será clave para la estabilidad empresarial.
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Un desafío con oportunidades ocultas
La reelección de Donald Trump marca un nuevo periodo de incertidumbre para América del Sur. Aunque los desafíos son significativos, también existen oportunidades para fortalecer la autonomía económica de la región, diversificar mercados y fomentar el desarrollo tecnológico e industrial.
Los gobiernos y el sector privado deben actuar con rapidez y determinación para adaptarse a esta nueva realidad, asegurando que la región no solo sobreviva, sino que prospere en este complejo escenario global.