Migaito, tradición, innovación y sabor que conquistan a Colombia desde Medellín, en una cocina impregnada del aroma del maíz cocido, del chocolate caliente y de la nostalgia de las abuelas, nació un emprendimiento paisa que hoy es orgullo nacional. Se trata de Migaito, una propuesta gastronómica que ha sabido rescatar un ícono olvidado de la cocina colombiana: el migao. Con sabor auténtico, ingredientes locales y una gran dosis de creatividad, este emprendimiento no solo ha conquistado paladares, sino también el reconocimiento nacional como uno de los ganadores del concurso Los Reyes del Migao 2025.
Esta iniciativa, impulsada por Galletas Ducales y Chocolate Corona, buscaba redescubrir el migao como una joya culinaria oculta en la tradición popular. La competencia reunió a 105 restaurantes de 39 ciudades y municipios del país, con un objetivo común: reimaginar este plato y demostrar que la tradición puede dialogar con la innovación sin perder su esencia.
Desde Medellín, Luis Fernando Amézquita y Juliana Chica, fundadores de Migaito, se sumaron al desafío con una propuesta que no solo destacó por su sabor, sino por la historia y el simbolismo detrás de cada ingrediente. Su creación, el “Migaito del Toque Secreto”, fue coronada con una flor compactada elaborada con Galletas Ducales pulverizadas y el inconfundible sabor del Chocolate Corona, un homenaje sensible a las abuelas colombianas y su relación entrañable con las flores y el cuidado del hogar.
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Un sueño familiar cocinado a fuego lento
Migaito abrió sus puertas en noviembre de 2022, cuando el migao era apenas una referencia lejana en la memoria de algunos hogares y un completo desconocido en las cartas de los restaurantes. “No existía un mercado, ni competencia, ni referentes. Solo un sueño y la convicción de que el migao merecía un lugar en la mesa del país”, recuerda Amézquita.
Lejos de ser una moda gastronómica pasajera, este emprendimiento surgió de una apuesta familiar por rescatar sabores auténticos, revivir memorias compartidas y ofrecer una alternativa culinaria con identidad. La receta tradicional del migao, una mezcla sencilla de maíz, caldo, hierbas y queso, se convirtió en la base de una experiencia sensorial renovada, respetuosa de su origen, pero adaptada a las exigencias del paladar contemporáneo.
La propuesta de Migaito no se limita a una sola versión del plato. Su carta ofrece una variedad de migaos con diferentes toppings, combinaciones de sabores regionales y productos complementarios como chorizos artesanales, arepas boyacenses y arepas de chócolo con queso de búfala. Cada uno de estos elementos ha sido pensado para acompañar el migao y elevarlo a una categoría protagónica.
Actualmente, Migaito opera bajo un modelo de franquicia en expansión, con dos sedes propias y dos franquiciadas, todas ubicadas estratégicamente para llevar esta experiencia gastronómica a más personas. Y aunque su crecimiento ha sido acelerado, el equipo detrás de la marca ha mantenido su esencia: trabajo colaborativo, respeto por la tradición y una apuesta decidida por el emprendimiento local.
El migao como símbolo cultural y turístico
El concurso Los Reyes del Migao no solo fue una plataforma para mostrar talento culinario, sino también una estrategia de promoción del turismo gastronómico en Colombia. Según María Isabel Arango, directora de Mercadeo de Compañía de Galletas Noel, “este tipo de iniciativas celebran la creatividad y versatilidad de un plato tradicional, al tiempo que impulsan el turismo gastronómico e invitan a propios y visitantes a redescubrir Colombia a través de sus sabores”.
Este enfoque ha sido especialmente relevante en un país donde la riqueza culinaria es vasta, pero muchas veces concentrada en pocos productos emblemáticos. El migao, por su sencillez y profundo arraigo en hogares campesinos, representa la cocina de resistencia y memoria: platos modestos que han sobrevivido al olvido gracias a la transmisión oral y al amor de quienes cocinan desde el corazón.
La directora de Mercadeo de la Compañía Nacional de Chocolates, Mónica Giraldo, complementa esta visión: “Más que un concurso, Los Reyes del Migao es una celebración de lo que somos como país: creatividad, tradición y sabor. Es una invitación a recorrer Colombia a través de sus sabores y descubrir el talento de nuestros emprendedores gastronómicos”.
La receta del éxito: trabajo en equipo, amor y mucha creatividad
Para Migaito, el concurso representó una oportunidad de visibilización sin precedentes. Pero no fue un logro accidental. De acuerdo con sus fundadores, la preparación de su propuesta para Los Reyes del Migao fue intensa y colaborativa. Se organizó un equipo entre familiares, franquiciados y expertos en marketing, quienes dedicaron días y noches a explorar sabores, texturas, técnicas y presentaciones.
El resultado fue “Migaito del Toque Secreto”, una creación original que se ganó el corazón del jurado y del público. El toque distintivo fue una flor compactada hecha de Galletas Ducales pulverizadas y Chocolate Corona, que se colocó como adorno simbólico sobre el migao. Esta flor no solo aportaba textura y sabor, sino un mensaje emocional: un reconocimiento a las abuelas que sembraron en sus nietos el amor por la cocina tradicional y el cuidado de los detalles.
“Este concurso no solo revive una tradición, también reconoce el valor de los que soñamos con devolverle a Colombia sus sabores de siempre”, afirmó Amézquita. Además, agradeció a los organizadores por brindar “un premio con alto contenido de prosperidad y visibilidad, gracias también a la visita de Tulio Recomienda, que ha sido clave para amplificar este mensaje culinario”.
Más allá de la competencia: un movimiento por la identidad gastronómica
Lo que comenzó como una iniciativa empresarial se ha transformado en un movimiento que reivindica la identidad culinaria colombiana. Migaito es hoy un referente de cómo es posible innovar sin traicionar el origen, y de cómo se puede emprender con propósito, rescatando costumbres que parecían destinadas a desaparecer.
El éxito del migao no solo se mide en premios o ventas, sino en las historias que se han tejido en torno a este plato. Clientes que recuerdan a sus madres o abuelas, niños que descubren sabores nuevos, turistas que se sorprenden con esta “sopa espesa” convertida en delicia gourmet. Cada plato servido en Migaito lleva consigo una narrativa, una emoción, un pedacito de la historia de Colombia.
En una época en la que lo artesanal cobra valor frente a lo industrial, y lo local frente a lo global, propuestas como Migaito demuestran que la tradición sigue viva, pero necesita ser contada, reinterpretada y compartida.
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Hacia el futuro: expansión con sentido
Con el reconocimiento nacional bajo el brazo, Migaito proyecta su crecimiento hacia otras regiones del país y eventualmente hacia mercados internacionales donde la gastronomía colombiana empieza a ganar espacio. Su modelo de franquicia ha sido cuidadosamente diseñado para mantener los estándares de calidad, preservar la receta original y formar equipos humanos que compartan la visión del proyecto.
Pero más allá de las cifras o la expansión territorial, los fundadores tienen claro que el propósito de Migaito sigue siendo el mismo: darle al migao el lugar que merece en la memoria colectiva y en las mesas colombianas. Un plato que une generaciones, que cuenta historias y que sabe a hogar.
El reto ahora es mayor: seguir innovando sin perder el alma, seguir creciendo sin perder la cercanía. Pero si algo ha demostrado este emprendimiento, es que cuando se cocina con amor, los sueños sí saben mejor.