La revolución tecnológica en el agro, cómo la innovación está sembrando el futuro de la agricultura sostenible y eficiente, en un panorama global cada vez más complejo y desafiante, marcado por el crecimiento exponencial de la población mundial y los impactos devastadores del cambio climático, la innovación tecnológica se erige como un pilar fundamental para asegurar la continuidad y la sostenibilidad de los negocios, especialmente en el sector agroindustrial. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que, para el año 2050, la población mundial alcanzará la cifra aproximada de 10 mil millones de personas. Ante este escenario demográfico, la producción de alimentos deberá incrementarse en alrededor del 70% con respecto a los niveles actuales para satisfacer la creciente demanda global.
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Paralelamente, el cambio climático ha exacerbado la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, sequías prolongadas, incendios forestales devastadores, huracanes de gran magnitud y tormentas severas. Estos eventos climáticos adversos afectan de manera significativa los niveles de producción de alimentos en todo el mundo y generan una volatilidad considerable en los precios de los mercados agrícolas. Desde una perspectiva financiera y de negocio, la planificación y la operación se vuelven cada vez más intrincadas en medio de estos crecientes niveles de incertidumbre.
Otro dato de suma relevancia es que el sector agroindustrial se posiciona como el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero a nivel global, contribuyendo aproximadamente al 12% de las emisiones totales, solo superado por el sector energético, que genera el 75% de las emisiones, según datos del World Resources Institute.
“Estos antecedentes ponen de manifiesto la imperiosa necesidad de transformar de manera significativa las prácticas tradicionales de cultivo y producción de alimentos, con el objetivo primordial de optimizar los costos operativos, incrementar los niveles de productividad de manera sostenible, satisfacer las demandas de un mercado cada vez más consciente y exigente de productos sostenibles y mitigar de manera efectiva los efectos adversos del cambio climático”, asegura Geovanny Triviño, socio líder de Agronegocios de Deloitte en la Región Andina.
Tecnologías Disruptivas al Servicio del Sector Agroindustrial
Para hacer frente a los desafíos multifacéticos que actualmente enfrenta el sector agroindustrial, se destacan diversas tecnologías disruptivas con un potencial transformador significativo:
Big Data e Inteligencia Artificial: “Al igual que en otros sectores económicos, el Big Data y la Inteligencia Artificial (IA) están revolucionando la agricultura en todas sus etapas. Por ejemplo, la implementación de tecnologías como sensores avanzados, drones de última generación, estaciones meteorológicas inteligentes y aplicaciones móviles especializadas permiten recopilar grandes cantidades de datos precisos y en tiempo real sobre las condiciones del suelo, el estado de los cultivos y las variables climáticas, para luego almacenarlos de manera segura en la nube. Posteriormente, mediante el uso de algoritmos de IA sofisticados, estos vastos conjuntos de datos pueden ser analizados para facilitar la toma de decisiones más informadas, precisas y oportunas en todas las fases del ciclo agrícola”, complementa Geovanny Triviño. Estas tecnologías también se han convertido en un aliado invaluable en la planificación eficiente de las labores agrícolas, así como en la mejora sustancial de las proyecciones sobre las demandas del mercado, la anticipación de eventos climáticos adversos y la predicción temprana de la aparición de enfermedades y plagas en los cultivos.
Agricultura de Precisión: La utilización estratégica de drones y sensores especializados en la agricultura y la acuacultura abre un amplio abanico de aplicaciones de gran utilidad. En particular, estas tecnologías permiten monitorear de manera exhaustiva las condiciones del suelo, identificar las áreas más apropiadas para la siembra y determinar los tipos de cultivo más adecuados en función de la calidad específica del suelo en cada parcela. Además, facilitan la determinación precisa de las necesidades de riego de los cultivos, la aplicación optimizada de fertilizantes e insumos agrícolas, la minimización del desperdicio de recursos y, en última instancia, la promoción de una agricultura más precisa, eficiente y sostenible. En el ámbito de las actividades ganaderas, estas tecnologías son herramientas valiosas para controlar el estado de salud y la actividad de los animales, así como los niveles de consumo de alimentos, el estado de los pastos y la identificación temprana de cambios de comportamiento que puedan requerir atención veterinaria. En el sector camaronero, también se utilizan para realizar un seguimiento riguroso de la calidad del agua, el comportamiento de los crustáceos y para optimizar los niveles de consumo de alimento, mejorando la eficiencia y la rentabilidad de la producción.
Automatización de Labores Agrícolas: La adopción de tractores y vehículos autónomos equipados con sensores avanzados y sistemas de posicionamiento global (GPS) permite perfeccionar tareas agrícolas fundamentales como el arado y la siembra, al tiempo que recopilan datos valiosos para mejorar la toma de decisiones en el futuro. Asimismo, un número creciente de agronegocios están automatizando sus procesos de cosecha mediante el uso de equipos especializados o drones equipados con sistemas de visión artificial, los cuales permiten evaluar las condiciones de madurez del fruto y determinar el momento óptimo para la recolección. Estas tecnologías generan eficiencias significativas en los procesos agrícolas y permiten reducir los costos asociados a la mano de obra, lo que representa una gran ventaja competitiva dada la creciente escasez de talento humano calificado en el sector.
Blockchain, Trazabilidad y Transparencia: “Otra tecnología disruptiva de gran relevancia para el sector agroindustrial es el uso de la cadena de bloques (blockchain), la cual permite controlar de manera eficiente la trazabilidad de los productos agrícolas y proporcionar una transparencia sin precedentes sobre los procesos utilizados para cultivar, procesar, almacenar y transportar un producto o lote específico. Esto es altamente valorado por los consumidores finales, ya que genera una mayor confianza en la calidad y el origen de los alimentos que consumen”, asegura Geovanny Triviño. Además, esta tecnología innovadora minimiza significativamente la probabilidad de fraude o manipulación de la información, ya que los datos almacenados en la cadena de bloques son inmutables y no pueden ser modificados o eliminados de manera fraudulenta.
Costo versus Beneficio: Una Inversión Estratégica Indispensable
Si bien la implementación de estas tecnologías de vanguardia representa inversiones significativas para los agronegocios, lo que constituye una de las principales barreras para su adopción generalizada, también genera beneficios importantes que trascienden lo puramente económico y alcanzan dimensiones estratégicas, convirtiendo su implementación en una necesidad imperiosa en lugar de una simple opción. Estas ventajas incluyen principalmente:
- Incrementar sustancialmente los niveles de productividad agrícola.
- Reducir significativamente los costos asociados a la mano de obra y los insumos agrícolas.
- Disminuir drásticamente el desperdicio de recursos naturales, lo que facilita la transición hacia una operación más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
- Mejorar la precisión y la eficiencia de la toma de decisiones, gracias a la retroalimentación basada en el análisis de datos históricos y en tiempo real.
Según informes del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), el uso de sistemas de navegación y mapeo basados en GPS por parte de los agricultores ha demostrado aumentar las ganancias operativas en casi un 3%, mientras que la adopción de tecnologías de tasa variable ha incrementado tanto las ganancias operativas como los retornos netos en aproximadamente un 1% en las granjas de maíz.
En el sector ganadero, tecnologías como los monitores de actividad y calidad del ganado, los comederos automáticos diseñados para proporcionar los niveles óptimos de nutrición a las vacas lecheras y los sistemas de ordeño robótico tienen el potencial de aumentar significativamente la producción de leche por vaca. En este sentido, una asociación del sector lácteo señaló que las tecnologías de precisión para la producción lechera han contribuido a un aumento del 6% en su producción en América del Norte desde 2007.
Si bien los beneficios y las optimizaciones derivadas de la implementación de estas tecnologías dependen de diversos factores específicos, como el tipo de cultivos o ganado, los niveles de inversión inicial, la calidad de la implementación y la capacitación del personal, entre otros, no cabe duda de que los beneficios potenciales son significativos, tanto para gestionar la rentabilidad y la continuidad de las operaciones como para hacer frente a los desafíos actuales y futuros del sector agroindustrial.
La experiencia de países líderes en innovación agrícola, como Israel, Países Bajos, Dinamarca y Nueva Zelanda, subraya la importancia de la inversión en investigación y desarrollo, la colaboración público-privada y los incentivos gubernamentales para impulsar la adopción de tecnologías disruptivas en el agro. Estos países se caracterizan por su enfoque en la sostenibilidad, la optimización de recursos naturales y la reducción del uso de químicos en los procesos agrícolas.
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A pesar de los evidentes beneficios, la implementación de estas tecnologías también enfrenta desafíos, como los altos costos iniciales, la falta de infraestructura adecuada para la conectividad y el acceso a internet en zonas rurales, y las brechas de educación formal en agricultores, especialmente en temas tecnológicos. Superar estos desafíos requerirá esfuerzos conjuntos del gobierno, el sector privado y las instituciones educativas para facilitar la inversión, mejorar la infraestructura y promover la capacitación y la adopción de estas herramientas transformadoras en el campo.
En definitiva, la implementación estratégica de tecnologías disruptivas en los agronegocios es crucial para hacer frente a los desafíos de la industria y lograr los objetivos de incrementar los niveles de productividad, ser más eficientes en la utilización de recursos naturales y satisfacer las crecientes exigencias del mercado en términos de calidad y sostenibilidad de los productos agrícolas. Para lograr esta transformación, se requieren esfuerzos coordinados tanto del sector empresarial como del gubernamental.
