El futuro del consumo con la Generación Beta y su impacto en las tendencias globales, la llegada de la Generación Beta, cuyos primeros miembros nacerán a partir de este año, marcará una transformación profunda en los hábitos de consumo y en la interacción con la tecnología. Criados en un entorno hiperconectado, con inteligencia artificial omnipresente y una creciente conciencia sobre la sostenibilidad, estos nuevos consumidores impondrán un cambio de paradigma para las generaciones anteriores, especialmente los Millennials y la Generación X, quienes deberán adaptarse para coexistir con una cohorte digitalmente nativa y con valores redefinidos.
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Un entorno de consumo dominado por la hiperconectividad y la IA
El avance acelerado de la inteligencia artificial y la automatización transformará radicalmente el acceso a bienes y servicios. Según proyecciones de Gartner, la IA alcanzará una adopción estable en la vida cotidiana en 2025, redefiniendo desde las compras en línea hasta la educación y la forma en que las familias interactúan.
Mientras que los miembros de la Generación Beta crecerán acostumbrados a respuestas instantáneas, personalización extrema y entornos de realidad aumentada o mixta, los Millennials y la Generación X deberán equilibrar la conveniencia de estas herramientas con la necesidad de privacidad y seguridad. Luis Carlos Chacón, estratega en innovación empresarial, señala que esta divergencia generacional será especialmente visible en la educación, donde los padres explorarán programas asistidos por IA para sus hijos, y en el consumo digital, donde la verificación de la información será crucial ante fraudes cada vez más sofisticados.
El impacto de la polarización política en las decisiones de compra
El contexto político y la creciente incertidumbre global están moldeando los hábitos de consumo de manera significativa. A medida que la polarización política se acentúa, muchos consumidores buscan marcas y experiencias que ofrezcan seguridad y estabilidad emocional. Esto explica el auge de productos con un fuerte componente nostálgico y la preferencia por empresas con valores claros y propuestas de marca coherentes.
Las generaciones mayores, como los Millennials y la Generación X, podrían refugiarse en productos que evocan recuerdos positivos, en contraste con la Generación Beta, que demandará identidad más fluida, inclusión y diversidad en la oferta comercial. Este fenómeno desafía a las marcas a encontrar un equilibrio entre la tradición y la innovación, combinando el confort del pasado con las expectativas progresistas de la nueva generación.
Sostenibilidad y ética digital: prioridades ineludibles
Uno de los valores clave de la Generación Beta será la sostenibilidad. Criados en un mundo donde el cambio climático y la escasez de recursos naturales son temas centrales, los consumidores de esta generación priorizarán marcas comprometidas con la economía circular, la reducción de emisiones y la producción ética. Según estudios recientes, más del 70% de los jóvenes consumidores ya muestran una fuerte inclinación por productos ecológicos, y esta tendencia se profundizará con la Generación Beta.
Otro factor determinante será la ética digital. A medida que la inteligencia artificial y la automatización toman un rol más importante en la sociedad, la protección de los derechos digitales, la seguridad de los datos y la privacidad serán aspectos esenciales en las decisiones de compra. Las empresas que no transparenten sus prácticas de manejo de datos o que no implementen políticas claras de responsabilidad digital podrían perder la confianza de estos nuevos consumidores.
El mercado laboral y la Generación Beta: redefiniendo el trabajo
El impacto de la Generación Beta no se limitará solo al consumo, sino que también transformará el mercado laboral. Con una alta dependencia de la automatización y la inteligencia artificial, se espera que el trabajo tal como lo conocemos evolucione radicalmente. Conceptos como la Renta Básica Universal, cada vez más discutidos en el ámbito político y económico, podrían volverse una realidad para compensar la pérdida de empleos tradicionales debido a la robotización.
Asimismo, el auge del teletrabajo y la flexibilidad laboral se consolidarán, con un modelo donde la productividad se medirá en función de objetivos alcanzados y no del tiempo invertido. En este sentido, la Generación Beta se desarrollará en un entorno donde las barreras entre lo físico y lo digital serán cada vez más difusas, lo que impactará directamente en sus expectativas sobre el balance entre la vida personal y profesional.
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La convergencia entre generaciones en un mundo en cambio
El 2025 marcará el inicio de una transformación en la que la Generación Beta, con su hiperconectividad, conciencia ambiental y expectativas de inclusión, redefinirá las reglas del consumo y la interacción social. Mientras que los Millennials y la Generación X se aferrarán a valores tradicionales y a la nostalgia como mecanismo de estabilidad, las empresas, gobiernos y comunidades deberán encontrar un punto medio entre la eficiencia tecnológica y la esencia humana.
La clave del éxito para las marcas será la capacidad de adaptación y la empatía para comprender las necesidades de cada generación. Aquellas empresas que logren fusionar innovación, ética y sostenibilidad serán las que lideren el nuevo panorama de consumo.
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, el desafío será no perder de vista los valores humanos que unen a las generaciones, garantizando un equilibrio entre el progreso digital y la estabilidad emocional de los consumidores.