El calvario de los pacientes, escasez de medicamentos que pone vidas en riesgo, en Colombia, conseguir medicamentos esenciales se ha convertido en una odisea para miles de pacientes, especialmente aquellos con enfermedades crónicas y raras. En los principales dispensarios del país, las filas de personas que madrugan en busca de sus tratamientos son interminables. La crisis de abastecimiento, impulsada por factores financieros y administrativos, ha generado un clima de incertidumbre y desesperación en el sistema de salud.
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Un sistema en crisis que cobra vidas
El déficit en el suministro de medicamentos no solo deteriora la calidad de vida de los pacientes, sino que en muchos casos es una sentencia de muerte. Un ejemplo desgarrador es el caso de Juan Manuel Villamil, un niño de 11 años que falleció tras meses de espera por un tratamiento crucial que nunca llegó.
Juan Manuel padecía el síndrome de Gaucher tipo 3, una enfermedad rara que afecta el metabolismo y puede desencadenar complicaciones neurológicas severas, como la epilepsia. Durante años, su familia pudo acceder a los fármacos necesarios para estabilizar su condición. Sin embargo, en 2024, la EPS a la que estaba afiliado entró en crisis financiera y solicitó su liquidación. Esto dejó a Juan Manuel sin acceso a su medicación.
A partir de ese momento, su madre, Luz Anyela Parra, inició una lucha infructuosa contra la burocracia. Recorrió hospitales, farmacias y entidades de salud buscando los medicamentos que mantenían con vida a su hijo, pero solo recibió negativas y evasivas. En septiembre de 2024, luego de sufrir un incremento en la frecuencia y severidad de sus crisis epilépticas, Juan Manuel falleció en el hospital San José de Bogotá.
Una problemática que se expande
El caso de Juan Manuel es solo un reflejo de la difícil situación que enfrentan miles de colombianos. Las Entidades Promotoras de Salud (EPS) y las farmacéuticas argumentan que la crisis se debe a problemas estructurales de financiamiento. Según estas entidades, el Gobierno no ha transferido los recursos suficientes para garantizar el suministro de tratamientos esenciales. Por otro lado, el presidente Gustavo Petro ha denunciado prácticas de acaparamiento y especulación en el sector farmacéutico, señalando que algunas empresas han duplicado el precio de ciertos fármacos, dificultando aún más su acceso.
Para los pacientes con enfermedades graves y progresivas, la falta de acceso a medicamentos no es solo un problema administrativo, sino una amenaza directa a su vida. Organizaciones como Pacientes Colombia han reportado un incremento alarmante en las quejas y reclamos relacionados con la entrega de tratamientos. Denis Silva, vocero de esta organización, señaló que los tiempos de espera, que antes se resolvían en semanas, ahora pueden extenderse hasta por 300 días, especialmente en EPS intervenidas por el gobierno.
Diego Gil, representante de pacientes con enfermedades raras, también ha advertido sobre la gravedad del problema: “Las barreras de acceso al tratamiento están aumentando. Sin su medicación, muchos pacientes quedan condenados a una muerte inminente. Esto es un problema humanitario que no da espera”.
Tutelas y la judicialización del derecho a la salud
Ante la imposibilidad de recibir sus medicamentos por la vía ordinaria, cada vez más pacientes recurren a la acción de tutela para exigir su derecho a la salud. Entre 2020 y 2024, el número de tutelas relacionadas con la falta de suministro de tratamientos aumentó en un 273 %. En el último año, el incremento fue del 79,5 %, pasando de 4.475 casos en 2023 a 8.032 en 2024.
El testimonio de Luz Anyela Parra es un recordatorio del drama que enfrentan muchas familias en el país. Una semana antes de su fallecimiento, Juan Manuel sufrió hasta 100 convulsiones en un solo día. Su madre recuerda con impotencia cómo la suspensión abrupta de su tratamiento deterioró rápidamente su estado de salud. “Le quitaron los medicamentos de un día para otro y eso fue fatal”, lamentó.
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Un futuro incierto sin soluciones inmediatas
El sistema de salud colombiano enfrenta un reto sin precedentes. La crisis de medicamentos, el colapso financiero de varias EPS y la falta de respuestas claras por parte del gobierno han creado un ambiente de incertidumbre y desesperación. La ausencia de soluciones efectivas podría seguir cobrando vidas, como la de Juan Manuel Villamil, quien, según su madre, “quería vivir, pero le tocó irse por una injusticia”.
Mientras las autoridades buscan respuestas y los actores del sector salud se culpan mutuamente, miles de pacientes en Colombia continúan esperando una solución que, para muchos, podría llegar demasiado tarde.
