Cómo la IA y el desarrollo humano redefinen el futuro del trabajo, en un mundo cada vez más moldeado por la inteligencia artificial (IA), los líderes empresariales enfrentan tensiones complejas entre los resultados organizacionales y el bienestar humano. La frontera que separa el trabajo realizado por personas del ejecutado por tecnologías se vuelve cada vez más borrosa, y las organizaciones necesitan redefinir sus estrategias de talento para mantenerse competitivas. En este contexto, el informe “Tendencias Globales de Capital Humano 2025” elaborado por Deloitte ofrece una hoja de ruta para transformar la incertidumbre en oportunidad, enfocándose en tres grandes desafíos: cerrar la brecha de experiencia, reinventar el rol del gerente y rediseñar la propuesta de valor al empleado.
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Un cambio de paradigma: experiencia vs. potencial
Uno de los hallazgos más relevantes del informe de Deloitte es que dos tercios (66%) de los gerentes y ejecutivos consideran que la mayoría de las contrataciones recientes no están completamente preparadas, y que su principal debilidad es la falta de experiencia. Este escenario plantea una paradoja crítica: al tiempo que las empresas demandan experiencia, los puestos de nivel inicial tradicionalmente clave para desarrollarla están desapareciendo a causa de la automatización.
Deloitte propone una solución contundente: abandonar los modelos de contratación basados únicamente en experiencia previa y orientarse hacia el potencial y las habilidades. La apuesta por modelos de capacitación internos, movilidad horizontal y acceso a experiencias significativas dentro de la empresa podría cerrar la brecha entre lo que las organizaciones necesitan y lo que los trabajadores pueden ofrecer.
El informe también revela que el 73% de los ejecutivos y el 72% de los trabajadores están de acuerdo en que las organizaciones deben hacer más para conectar a su fuerza laboral con oportunidades que les permitan adquirir experiencia. Además, el 74% considera vital priorizar las capacidades humanas como la empatía, el pensamiento crítico y la adaptabilidad como parte integral del éxito organizacional.
Reinventando el liderazgo intermedio
El rol del gerente tradicional también está en el centro de la transformación del trabajo. Los mandos intermedios, alguna vez encargados exclusivamente de supervisar tareas y asegurar el cumplimiento de procesos, hoy enfrentan una presión creciente para convertirse en líderes de talento, facilitadores de desarrollo humano y guías en la adaptación al cambio tecnológico.
Sin embargo, la realidad está lejos de ese ideal. Según el informe, los gerentes dedican casi el 40% de su tiempo a tareas administrativas o a apagar incendios, y apenas el 13% a desarrollar a sus equipos. Este desequilibrio refleja un uso ineficiente del recurso más valioso en tiempos de cambio: el capital humano. Además, un preocupante 40% de los gerentes afirma haber experimentado un deterioro en su salud mental tras asumir este rol, lo que evidencia la necesidad urgente de reformular tanto las responsabilidades como el soporte institucional que se les brinda.
La IA puede desempeñar un papel crucial en esta reinvención. Al automatizar tareas rutinarias y ofrecer análisis predictivos, los sistemas inteligentes pueden liberar tiempo y energía para que los gerentes se enfoquen en las personas. No se trata de reemplazar al liderazgo humano, sino de empoderarlo con tecnología.
A pesar de esto, solo el 7% de las organizaciones afirma estar haciendo grandes progresos en la reinvención del papel del gerente, lo que demuestra que aún hay un largo camino por recorrer. Aquellas que lo logren estarán mejor preparadas para gestionar la complejidad del futuro laboral.
La propuesta de valor al empleado en la era de la IA
Otra conclusión poderosa del informe es la necesidad de actualizar la propuesta de valor para el empleado (EVP, por sus siglas en inglés), es decir, el conjunto de beneficios, valores y oportunidades que una organización ofrece a su talento. A medida que la IA se convierte en parte integral del día a día laboral, la colaboración entre humanos y máquinas ya no es opcional, sino una realidad inevitable.
Este nuevo entorno requiere propuestas que integren no solo salario y beneficios, sino también crecimiento profesional, equilibrio entre vida laboral y personal, y claridad sobre cómo la tecnología afectará el trabajo. Según Deloitte, más de la mitad (52%) de los líderes empresariales reconoce el enorme valor potencial de una colaboración más profunda entre humanos y máquinas, y más del 70% de gerentes y trabajadores se sienten más propensos a comprometerse con una organización si su EVP los ayuda a prosperar en un entorno dominado por la IA.
Este cambio no es trivial. Implica rediseñar los roles, reformular los procesos de incorporación, inversión en formación continua, y una comunicación clara y empática desde el liderazgo. La tecnología, lejos de sustituir el talento humano, debe integrarse como una aliada estratégica que potencie sus capacidades.
Resultados a corto plazo vs. valor a largo plazo
Una de las tensiones más marcadas que plantea Deloitte es la existente entre el cumplimiento de objetivos inmediatos y la construcción de valor sostenible a largo plazo. En un entorno competitivo, muchas empresas priorizan resultados trimestrales y retornos financieros rápidos, lo cual puede ir en detrimento de inversiones estratégicas en talento, cultura y tecnología.
Karen Pastakia, Socia Líder Global de Capital Humano en Deloitte Canadá, lo resume así:
“Centrarse demasiado en los resultados a corto plazo puede ir en detrimento de la creación de valor en el largo plazo. Sí, las organizaciones pueden aprovechar los avances en IA para impulsar el valor y mejorar los resultados. Sin embargo, aquellas que utilizan esta tecnología de manera efectiva para identificar y abordar los desafíos emergentes, crear una mejor calidad de vida para los trabajadores y reimaginar estructuras de gestión rígidas, tienen el potencial de desbloquear un mayor valor para todas sus partes interesadas”.
La recomendación es clara: las organizaciones que prioricen una visión sistémica e inclusiva del cambio tendrán una ventaja competitiva sostenible. Esto implica invertir en personas, fomentar una cultura de aprendizaje continuo, empoderar a los gerentes y alinear la tecnología con objetivos humanos.
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Un futuro construido en colaboración
El informe de Deloitte no se limita a identificar tendencias: ofrece un llamado urgente a la acción. El futuro del trabajo no está predeterminado por la tecnología, sino por las decisiones humanas que tomemos hoy respecto al uso de esa tecnología.
Para cerrar brechas, empoderar liderazgos y renovar la propuesta de valor al talento, las organizaciones deben moverse más allá del status quo. El cambio es inevitable, pero su dirección depende de un liderazgo consciente, estratégico y valiente.
El verdadero reto no es simplemente adaptarse a la IA, sino construir un entorno en el que personas y tecnologías colaboren para alcanzar un propósito común, generando valor no solo económico, sino también humano y social.