Belleza con sello colombiano, auge del ecosistema cosmético nacional y su camino hacia la internacionalización, la industria de la belleza ha dejado de ser simplemente un sector asociado al cuidado estético para convertirse en un motor de innovación, emprendimiento y desarrollo económico. En Colombia, este fenómeno no solo ha tenido un impacto positivo en la economía, sino que también ha reafirmado la identidad del país como un semillero de creatividad, diversidad y resiliencia empresarial.
Durante las últimas décadas, el sector cosmético colombiano ha venido consolidando un crecimiento sostenido. Esto ha sido posible gracias a múltiples factores, entre los que destacan el talento local, la calidad de los productos, la innovación en fórmulas, el diseño llamativo, y una creciente preferencia de los consumidores por marcas locales. Este impulso se ha traducido en una transformación profunda del ecosistema de belleza en el país, abriendo paso a más de 400 marcas emergentes que hoy dan vida a un tejido empresarial vibrante.
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Una industria en expansión global… y local
A nivel global, la industria de la belleza tiene una proyección notable. De acuerdo con un informe de McKinsey & Company, se espera que este mercado alcance los 590.000 millones de dólares en 2028, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 6%. Este escenario refleja el creciente interés del consumidor por productos que no solo cumplan una función estética, sino que estén alineados con valores como sostenibilidad, autenticidad y bienestar integral.
Colombia no se ha quedado atrás en este panorama. Según la Cámara de la Industria Cosmética y de Aseo de la ANDI, el país alcanzó en 2023 ventas superiores a los 5.369 millones de dólares, lo que representó un crecimiento del 11,14% respecto al año anterior. Para el 2025, se proyecta un crecimiento del 6,3%, una cifra que confirma la consolidación de esta industria como una de las más dinámicas de la economía colombiana.
El papel clave de Krika Cosmetics: crear un ecosistema de marcas
En medio de este auge, una iniciativa ha cobrado especial relevancia: la creación de un ecosistema de belleza promovido por Krika Cosmetics, uno de los retailers especializados más destacados del país. Bajo la dirección de su CEO Camilo Zuluaga, Krika ha logrado agrupar a más de 400 marcas, de las cuales el 80% son colombianas. Esta plataforma no solo funge como vitrina comercial, sino como un verdadero laboratorio de crecimiento y posicionamiento para los nuevos emprendimientos del sector.
La apuesta de Krika va más allá de la simple comercialización. Su enfoque integral busca formar alianzas estratégicas con las marcas, brindándoles acompañamiento en múltiples frentes: desde el diseño de empaques y la creación de campañas de marketing efectivas, hasta la asesoría en temas de distribución, pricing y posicionamiento.
«En Colombia tenemos un talento impresionante para crear productos de belleza de alta calidad. Lo que buscamos en Krika es brindarles a estas marcas un espacio donde puedan crecer, mejorar su posicionamiento y, en muchos casos, dar sus primeros pasos en el mercado internacional», afirma Zuluaga.
Comprar local: más que una tendencia, un movimiento
El éxito de este ecosistema ha estado también impulsado por un cambio en la mentalidad del consumidor colombiano, quien cada vez muestra más interés en apoyar lo local. La premisa de “comprar colombiano” se ha convertido en un pilar para muchas marcas emergentes que encuentran en su origen un elemento diferenciador. Este giro no solo responde a un sentido de orgullo nacional, sino también al reconocimiento de que las marcas locales han alcanzado estándares de calidad comparables y en muchos casos superiores a los de firmas internacionales.
Gracias a esta dinámica, marcas como Atenea, Duvy Class, Khol, AME y Ani-K han logrado escalar posiciones y consolidarse en un mercado altamente competitivo. Muchas de ellas han tenido la posibilidad de internacionalizarse y diversificar sus canales de distribución gracias al respaldo logístico y comercial de Krika Cosmetics.
Exportaciones, consumo interno y el impacto económico del sector
La industria cosmética no solo representa oportunidades para los emprendedores, sino que constituye una fuente significativa de desarrollo económico para el país. Según cifras de la ANDI, entre enero y julio de 2024, las exportaciones de productos cosméticos superaron los 505 millones de dólares. Este resultado confirma la vocación exportadora del sector y la creciente demanda internacional por productos con sello colombiano.
Además, el consumo interno sigue demostrando su fortaleza. Durante el mismo periodo, el gasto de los hogares colombianos en productos de belleza y aseo personal superó los 20,62 billones de pesos, reflejando la importancia de estos artículos en el presupuesto familiar. Esto también ha sido interpretado por los expertos como un indicativo del cambio en la percepción del autocuidado, que ha dejado de ser un lujo para convertirse en una necesidad cotidiana y transversal a todas las clases sociales.
Digitalización e innovación: las nuevas palancas del crecimiento
El crecimiento del ecosistema de belleza colombiano también ha estado apalancado por la transformación digital. La pandemia aceleró la migración hacia plataformas de e-commerce, y muchas marcas aprovecharon esta coyuntura para fortalecer su presencia en canales digitales. Hoy, el consumidor colombiano puede encontrar una amplia gama de productos a través de marketplaces, redes sociales y tiendas virtuales, facilitando el acceso y generando nuevas oportunidades de visibilidad.
Sumado a esto, muchas marcas han apostado por la innovación en sus fórmulas, incluyendo ingredientes naturales, activos sostenibles, productos veganos, cruelty-free y biodegradables. Esta tendencia responde no solo a exigencias del mercado, sino también a un compromiso creciente con el medioambiente y la salud del consumidor. Este tipo de diferenciación también abre puertas en mercados internacionales, donde la conciencia por el consumo responsable es cada vez mayor.
Retos del sector: financiación, escalabilidad y visibilidad internacional
Aunque el ecosistema es vibrante y lleno de talento, no está exento de desafíos. Uno de los principales obstáculos que enfrentan las marcas emergentes es el acceso a financiación. Muchas empresas tienen productos innovadores y un alto potencial de crecimiento, pero carecen del capital necesario para escalar sus operaciones o competir con grandes multinacionales. En este punto, plataformas como Krika cumplen un papel esencial, al reducir la brecha entre pequeños productores y consumidores a través de una estructura comercial robusta.
Otro desafío importante es la escalabilidad. No todas las marcas están preparadas para enfrentar una demanda masiva o para cumplir con los estándares que exigen los grandes canales de retail. Aquí es donde los procesos de capacitación, asesoría y acompañamiento resultan determinantes para garantizar una expansión sostenible y ordenada.
Finalmente, está el reto de conquistar mercados internacionales. Si bien muchas marcas tienen productos competitivos, posicionarse en el exterior requiere una estrategia de exportación clara, un conocimiento profundo del consumidor extranjero y, en la mayoría de los casos, certificaciones específicas que garanticen la entrada a mercados exigentes.
El futuro: belleza como motor de transformación social
Más allá de su impacto económico, la industria de la belleza también está jugando un papel importante como agente de transformación social. Muchas marcas están lideradas por mujeres, comunidades afrodescendientes, indígenas y emprendedores de zonas rurales, quienes encuentran en este sector una vía para generar ingresos, empoderarse y mejorar su calidad de vida. Al mismo tiempo, el sector ha promovido discursos de inclusión y diversidad, desafiando los estándares tradicionales de belleza y abrazando múltiples formas de expresión estética.
En este sentido, el ecosistema de belleza en Colombia no solo representa una oportunidad de negocio, sino una plataforma para el cambio. Impulsar su desarrollo no solo significa dinamizar la economía, sino también construir una sociedad más equitativa, creativa y resiliente.
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Colombia vive un momento clave en la historia de su industria cosmética. Con más de 400 marcas locales consolidándose en el mercado y una creciente demanda tanto interna como externa, el país tiene todo el potencial para convertirse en un referente regional e incluso global en productos de belleza.
El trabajo colaborativo entre plataformas como Krika Cosmetics, los emprendedores, el gobierno y los consumidores es fundamental para mantener este impulso. Apostar por lo local, fomentar la innovación y derribar las barreras que enfrentan las pequeñas marcas es el camino para asegurar un crecimiento sostenible.
La belleza colombiana, más que un atributo estético, es hoy un símbolo de creatividad, talento, identidad y transformación.