América Latina ante un nuevo orden comercial, oportunidades y desafíos según McKinsey, la economía mundial está experimentando una reconfiguración significativa en sus patrones comerciales, lo que presenta a América Latina una oportunidad única para consolidarse como un actor clave en el comercio global. Así lo destaca el informe actualizado para 2025 del McKinsey Global Institute (MGI), titulado Geopolitics and the Geometry of Global Trade.
El estudio subraya que, si bien Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de la región, la participación de Asia ha crecido exponencialmente en las últimas dos décadas. China, en particular, ha incrementado su influencia como destino y origen de bienes, mientras que las economías del sudeste asiático emergen como mercados estratégicos para los productos latinoamericanos.
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Un escenario de cambios y oportunidades
Según Olivia White, Socia Senior y Directora de MGI, “América Latina tiene la posibilidad de convertirse en un socio comercial clave para aquellas economías que buscan diversificar sus fuentes de importación y exportación. Sin embargo, para materializar este potencial, es esencial una estrategia clara que combine diversificación, modernización de infraestructuras y una política comercial más agresiva y bien negociada”.
White también advierte que, si la región no toma decisiones estratégicas oportunas, podría perder esta coyuntura favorable y ver reducida su relevancia en la economía global. En este sentido, el informe de McKinsey enfatiza la necesidad de adoptar reformas estructurales que faciliten el comercio, mejoren la competitividad y fomenten la inversión extranjera.
Factores clave para el crecimiento comercial
Para aprovechar el cambio en la geometría del comercio mundial, América Latina debe superar una serie de desafíos estructurales. Entre los más destacados, McKinsey identifica:
- Infraestructura logística deficiente: La falta de conectividad y la insuficiencia de redes de transporte afectan la competitividad de la región. Mientras países como México han logrado mejorar su infraestructura, otras economías siguen rezagadas en este aspecto.
- Burocracia y regulación compleja: El entorno regulatorio en América Latina es percibido como uno de los más engorrosos a nivel mundial. La simplificación de trámites y la creación de un marco normativo estable podrían atraer más inversión extranjera directa (IED).
- Diversificación de mercados: Aunque China ha sido un socio comercial clave, la región debe ampliar sus lazos con otros países asiáticos y europeos para reducir la dependencia de un solo mercado y mitigar riesgos económicos.
- Inversión en tecnología y digitalización: La transformación digital puede optimizar los procesos comerciales, reducir costos operativos y mejorar la competitividad de las empresas en el comercio global.
- Adaptación al nearshoring: México ha capitalizado su cercanía con Estados Unidos a través del nearshoring, atrayendo inversiones para la reubicación de cadenas de suministro. Otros países podrían seguir este modelo para beneficiarse del nuevo orden comercial.
Colombia y su posición en la reconfiguración comercial
El informe de McKinsey también resalta que Colombia enfrenta retos particulares en infraestructura y eficiencia regulatoria, aspectos que han limitado su potencial como un hub logístico regional. A pesar de su ubicación estratégica, el país necesita una modernización en su red de transporte y puertos para integrarse más eficientemente en el comercio global.
A diferencia de Colombia, México ha logrado posicionarse como un actor relevante en la atracción de inversiones gracias a sus tratados comerciales, su cercanía con EE.UU. y una infraestructura más desarrollada. Esto le ha permitido jugar un papel clave en la relocalización de cadenas de suministro hacia mercados más estables.
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Un futuro con potencial de crecimiento
El panorama comercial global ha convertido a América Latina en una región clave para la reconfiguración de las cadenas de suministro. La diversificación de socios comerciales y la mejora en infraestructura y regulaciones podrían consolidar su papel en la economía mundial. Sin embargo, para lograrlo, los gobiernos y el sector privado deben actuar con rapidez y determinación.
Según McKinsey, la región tiene la oportunidad de consolidar su presencia en la economía global si se adoptan estrategias adecuadas para fortalecer la integración comercial y mejorar la competitividad. De lo contrario, el actual auge podría desvanecerse, dejando a la región en una posición de vulnerabilidad frente a las grandes economías.