Este año, la apertura de grandes tiendas del retail en Viernes Santo, una fecha tradicionalmente marcada por el cierre de comercios, ha generado una notable controversia en Chile. El 18 de abril será la primera vez que varias de estas empresas abrirán sus puertas durante esta jornada religiosa, lo que ha desatado una serie de reacciones, principalmente en el ámbito laboral y religioso.
El Debate: ¿Trabajo en Viernes Santo?
El diputado Andrés Giordano (Frente Amplio) fue uno de los primeros en alzar la voz durante una sesión de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados. Giordano señaló que, a diferencia de años anteriores, este 2025 varias grandes compañías del retail han tomado la decisión de abrir en Viernes Santo, lo que podría afectar a los trabajadores cristianos que consideran esta fecha como un día sagrado. En su intervención, el diputado remarcó que, aunque la preocupación inicial gira en torno a lo religioso, la decisión de abrir en este día trasciende el ámbito de la fe y tiene implicaciones más amplias.
En apoyo a esta posición, el presidente de la Unión Social de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Cristianos (USEC), Enrique Cruz, expresó en una carta a El Mercurio que trabajar en Viernes Santo representa un desafío para conciliar las creencias religiosas de los empleados con las metas comerciales de las empresas. Cruz sugirió que la clave para manejar esta situación es encontrar un equilibrio que permita a las empresas continuar con sus operaciones sin infringir los derechos religiosos de sus empleados. Propuso que una planificación adecuada podría resolver este conflicto, respetando tanto las necesidades comerciales como las espirituales de los trabajadores, sin forzar a nadie a sacrificar sus creencias.
Repercusiones legales: ¿Se infringen los derechos laborales?
Además de los cuestionamientos de índole religiosa, el diputado Giordano advirtió sobre posibles implicaciones legales de la decisión empresarial. En su intervención, subrayó que abrir en Viernes Santo podría ir en contra de dos aspectos clave del derecho laboral: los derechos adquiridos por los trabajadores y la regla de conducta establecida por la Dirección del Trabajo. A raíz de esto, Giordano solicitó que la Comisión de Trabajo de la Cámara oficie a la Dirección del Trabajo para analizar si esta apertura cumple con las normativas laborales.
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Hasta el momento, Falabella y Paris han confirmado que abrirán sus tiendas de manera habitual en Viernes Santo, mientras que en Ripley, el sindicato se mantiene a la espera de una reunión con la gerencia para discutir la decisión.
Impacto económico: ¿Vale la pena abrir en Viernes Santo?
En cuanto a las repercusiones económicas de esta decisión, varios expertos coinciden en que la apertura de los grandes comercios en Viernes Santo tendrá un impacto limitado. Según Valentina Apablaza, investigadora del Observatorio del Contexto Económico (OCEC) de la Universidad Diego Portales (UDP), la Semana Santa de 2024 fue atípica debido a que ocurrió en marzo, lo que resultó en un bajo crecimiento interanual ese mes. Sin embargo, este comportamiento se compensó con un crecimiento mayor en abril.
Apablaza señala que, para 2025, Viernes Santo podría tener un «efecto calendario negativo» en el Imacec de abril, ya que el cierre de actividades afectaría la producción y el comercio. A pesar de esto, la apertura de las tiendas en esta fecha podría mitigar parcialmente el impacto negativo. No obstante, el impacto global en el mes aún se anticipa como negativo debido a la afectación en otros sectores de la economía, como la industria manufacturera y ciertos servicios específicos.
Por otro lado, Nicolás Román, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de los Andes, considera que la apertura de los centros comerciales no tiene un efecto negativo considerable, dado que los malls no están obligados por ley a cerrar en Viernes Santo, aunque sí deben compensar adecuadamente a sus empleados. Sin embargo, dado que esta práctica no es habitual, el impacto sería limitado y no significaría una solución total para la caída en el Imacec de abril.
Visión desde el sector empresarial
En línea con estos puntos de vista, Francisco Labarca, docente de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, explicó que la decisión de abrir en Viernes Santo se debe a que las grandes tiendas del retail están buscando minimizar las pérdidas que implicaría mantener las tiendas cerradas en una jornada con alta demanda de consumo. Esto se debe a que las empresas tienen costos fijos y, al no abrir, se enfrentan a la pérdida de ingresos en un día importante para el comercio. De esta manera, la medida busca administrar los resultados financieros de las compañías y, aunque el impacto en el Imacec será mínimo, sigue siendo una opción favorable para los intereses comerciales.
En términos más específicos, Leonardo Rivas, académico de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Autónoma, advirtió que cerrar en Viernes Santo podría disminuir las ventas mensuales del comercio entre un 3% y un 4,6%. No obstante, explicó que al abrir, las tiendas pueden recuperar esos ingresos, sumando nuevas compras y fortaleciendo el Imacec de abril. Si bien estos efectos no impulsarán de manera estructural la economía, sí servirán para darle un respiro a los comercios durante un mes que, de otro modo, podría mostrar cifras negativas.
El futuro del retail en fechas religiosas
A medida que más empresas del retail se suman a la tendencia de abrir en fechas religiosas como Viernes Santo, surge la pregunta sobre si esta práctica se consolidará en el futuro o si volverá a ser una excepción. Si bien los beneficios para las empresas son claros, el debate sobre el respeto a las creencias religiosas de los trabajadores y la importancia de preservar el descanso en estas fechas sigue siendo un tema sensible.
En última instancia, lo que está en juego es encontrar un equilibrio entre los intereses comerciales de las grandes tiendas y los derechos laborales de los trabajadores, especialmente aquellos que consideran que su jornada en Viernes Santo debería ser dedicada a la reflexión espiritual y a las tradiciones religiosas. Mientras tanto, el impacto en la economía general parece ser moderado, con efectos tanto positivos como negativos, dependiendo de las diferentes perspectivas de los expertos.