Las implicancias.- Un proyecto de ley controvertido se encuentra actualmente en discusión en el Congreso, el cual propone el cierre anticipado de centros comerciales y supermercados que operan bajo una misma razón social. La iniciativa sugiere que los horarios de cierre se adelanten a las 19:00 y 20:00 horas de lunes a sábado, y a las 17:00 y 18:00 horas los domingos y festivos. Esta medida ha generado un amplio debate entre diversos sectores de la sociedad.
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La propuesta ha suscitado preocupaciones entre los gremios del comercio, ya que, según una encuesta realizada por la Cámara de Centros Comerciales y la Cámara Nacional de Comercio (CNC), la franja horaria de 18:00 a 21:00 horas es la más concurrida en las tiendas. De hecho, el 54% de los consumidores que trabaja visita los centros comerciales durante este horario. Además, la mayoría de los encuestados se opone a la medida, ya que el 52% considera que el adelanto del cierre les afectará personalmente, limitando su acceso a estos lugares.
Las implicancias de un cierre anticipado del comercio
Asimismo, el estudio revela que los fines de semana son los momentos preferidos para visitar los centros comerciales, siendo el sábado el día más popular con un 30% de las preferencias, seguido del domingo con un 22%. También se encontró que un 68% de los encuestados teme que la medida impacte negativamente en su experiencia de visita, mientras que el 65% considera que afectaría de manera anticompetitiva al comercio y al empleo local.
José Pakomio, presidente de la CNC, ha advertido que el cierre anticipado del comercio podría tener consecuencias severas para el empleo y la economía formal. Pakomio argumenta que esta medida limitaría la creación de turnos laborales, afectando especialmente a trabajadores a tiempo parcial, jóvenes y mujeres que dependen de estas oportunidades en un contexto de alto desempleo y creciente informalidad.
El presidente de la CNC también destacó que, en un momento crítico para la reactivación económica, restringir los horarios podría obstaculizar el crecimiento del empleo formal y fomentar el comercio informal, que opera sin regulaciones y pone en riesgo tanto a trabajadores como a consumidores. Además, advirtió que imponer un horario uniforme ignora las particularidades regionales y vulnera la libertad de desarrollar actividades económicas, un derecho garantizado por la Constitución.
Katia Trusich, presidenta de la Cámara de Centros Comerciales, también expresó su preocupación, señalando que restringir los horarios de cierre afectará a las micro y pequeñas empresas, así como a los trabajadores y consumidores. Según sus cifras, el 80% de los establecimientos están compuestos por empresas pequeñas, lo que resalta la importancia de esta medida en el contexto del comercio local.
Cabe mencionar que una propuesta similar fue rechazada por el Congreso el año pasado. Sin embargo, quienes abogan por el cierre anticipado argumentan que esta medida permitiría a los trabajadores pasar más tiempo con sus familias y garantizaría un trayecto más seguro al regresar a casa. A pesar de estos argumentos, la oposición a la iniciativa parece ser significativa.
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El debate sobre el cierre anticipado de los centros comerciales y supermercados continúa, con una fuerte resistencia de los gremios del comercio y preocupaciones sobre su impacto en el empleo y la economía local. La discusión se centra en encontrar un equilibrio entre la seguridad de los trabajadores y consumidores y la necesidad de mantener horarios de operación que favorezcan el comercio y la actividad económica.